Por: Carlos A. FERREYROS SOTO
Doctor en Derecho
Université de Montpellier I Francia.
M. Sc. Institut Agronomique Méditerranéen
cferreyros@hotmail.com
Conclusiones y recomendaciones
1. El CESE
recomienda la rápida adopción de una política inclusiva de administración
digital de la UE, sobre la base del Plan de Acción sobre Administración
Electrónica 2016-2020, la Declaración de Tallin sobre administración
electrónica y la Declaración de Berlín sobre la sociedad digital y la
administración digital basada en valores. El Consejo reconoce que las
administraciones públicas tienen la responsabilidad añadida de garantizar que
los ciudadanos reciban el mismo trato y tengan los mismos derechos de acceso a
la administración digital.
2. Para
intentar alcanzar la inclusividad, el CESE recomienda a los Gobiernos que
pongan en práctica estrategias integrales que apoyen medidas y legislación
adecuada y proporcionada, a fin de garantizar la interoperabilidad, la calidad,
el enfoque centrado en las personas, la transparencia, la seguridad, la
protección y la accesibilidad de los productos y los servicios públicos
digitales, así como un acceso óptimo a la salud, la educación y las
oportunidades económicas y culturales. Las administraciones nacionales,
regionales y locales tienen que digitalizarse lo antes posible y acelerar la
implantación de nuevas infraestructuras digitales, como la 5G.
3. El CESE
reconoce que los Gobiernos tienen que realizar una inversión inmensa para
lograr la inclusividad. Además, cabe suponer que, en los planes de recuperación
y resiliencia de los Estados miembros, la inclusividad desempeñará un papel muy
destacado en la transformación digital prevista, aprovechando el Fondo de
Transición Justa de la UE, a pesar de ser limitado, como parte de Next Generation EU, así como el programa
Europa Digital y los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos,
especialmente el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social
Europeo Plus (FSE+).
4. El CESE
reconoce que la digitalización puede representar tanto oportunidades como
amenazas para las empresas. De ahí la necesidad de que los Gobiernos
proporcionen la adecuada ayuda financiera, en particular a través de fondos de
la UE, a empresas de cualquier tamaño, especialmente pymes. Esto les ayudará a
adaptarse con éxito a la transición.
5. El CESE
recomienda asimismo que las prácticas laborales, como el teletrabajo, se
apliquen teniendo muy en cuenta el equilibrio entre la vida profesional y la
vida privada. El diálogo social, el apoyo a las pymes y a las empresas de la
economía social y el respeto a los derechos de los trabajadores, en particular
la negociación colectiva, son esenciales para garantizar una transición fluida.
6. El CESE
recomienda a los Estados miembros que cooperen más estrechamente en el desarrollo
y la validación de las soluciones digitales, de forma que generen una red de
intercambio de buenas prácticas.
7. El CESE
recomienda asimismo la realización de una revisión a escala de la UE de las
medidas y las políticas de los Gobiernos para implicar a las partes interesadas
pertinentes en la proposición de medidas eficaces basadas en la justicia
social. Esto debe incluir políticas y recursos financieros con el objetivo de
facilitar la transformación digital. El CESE también destaca la necesidad de
incrementar considerablemente las tasas de matriculación en los ámbitos
educativos relacionados con las CTIM durante los próximos años.
8. El CESE
recomienda reforzar la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados
Digitales, como condición previa a una transformación digital que sea fiable y
en la que los consumidores puedan tomar decisiones en un mercado verdaderamente
abierto y competitivo. En la Ley de Servicios Digitales, las responsabilidades
y las obligaciones de las plataformas deben exponerse con mayor claridad y
aplicabilidad que las propuestas en la actualidad. En la Ley de Mercados
Digitales, debe prohibirse el uso de «patrones oscuros» y demás arquitecturas
de elección «no neutra», que influyen subrepticiamente en el comportamiento de
los consumidores.
9. Por
último, el CESE reconoce que la digitalización y la ecologización de las
economías de la UE y los objetivos de la UE de neutralidad en carbono, en
concreto, van de la mano. La transformación «digital y ecológica» es de vital
importancia, pero el CESE hace nuevamente hincapié en que la equidad y el
diálogo social deben ser siempre los principios que guíen la aplicación de las
tecnologías digitales y verdes.
_________________________________________________________
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Mejorar el nivel de inclusividad, seguridad y fiabilidad de la digitalización para todos»
(Dictamen exploratorio)
(2021/C 374/03)
Ponente: | Philip VON BROCKDORFF |
Coponente: | Violeta JELIĆ |
Consulta | Presidencia eslovena, 19.3.2021 |
Fundamento jurídico | Artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea |
Sección competente | Mercado Único, Producción y Consumo |
Aprobado en sección | 15.6.2021 |
Aprobado en el pleno | 7.7.2021 |
Pleno n.o | 562 |
Resultado de la votación (a favor/en contra/abstenciones) | 221/0/3 |
1. Conclusiones y recomendaciones
1.1. El CESE recomienda la rápida adopción de
una política inclusiva de administración digital de la UE, sobre la base del
Plan de Acción sobre Administración Electrónica 2016-2020, la Declaración de
Tallin sobre administración electrónica y la Declaración de Berlín sobre la
sociedad digital y la administración digital basada en valores (1). En sus Conclusiones, el Consejo
reconoce que las administraciones públicas tienen la responsabilidad añadida de
garantizar que los ciudadanos reciban el mismo trato y tengan los mismos
derechos de acceso a la administración digital.
1.2. Para intentar alcanzar la inclusividad,
el CESE recomienda a los Gobiernos que pongan en práctica estrategias
integrales que apoyen medidas y legislación adecuada y proporcionada, a fin de
garantizar la interoperabilidad, la calidad, el enfoque centrado en las
personas, la transparencia, la seguridad, la protección y la accesibilidad de
los productos y los servicios públicos digitales, así como un acceso óptimo a
la salud, la educación y las oportunidades económicas y culturales. Las
administraciones nacionales, regionales y locales tienen que digitalizarse lo
antes posible y acelerar la implantación de nuevas infraestructuras digitales,
como la 5G.
1.3. El CESE reconoce que los Gobiernos tienen
que realizar una inversión inmensa para lograr la inclusividad. Además, cabe
suponer que, en los planes de recuperación y resiliencia de los Estados
miembros, la inclusividad desempeñará un papel muy destacado en la
transformación digital prevista, aprovechando el Fondo de Transición Justa de
la UE, a pesar de ser limitado, como parte de Next Generation EU, así como el
programa Europa Digital y los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos,
especialmente el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social
Europeo Plus (FSE+).
1.4. El CESE reconoce que la digitalización
puede representar tanto oportunidades como amenazas para las empresas. De ahí
la necesidad de que los Gobiernos proporcionen la adecuada ayuda financiera, en
particular a través de fondos de la UE, a empresas de cualquier tamaño,
especialmente pymes. Esto les ayudará a adaptarse con éxito a la transición.
1.5. El CESE recomienda asimismo que las
prácticas laborales, como el teletrabajo, se apliquen teniendo muy en cuenta el
equilibrio entre la vida profesional y la vida privada. El diálogo social, el
apoyo a las pymes y a las empresas de la economía social y el respeto a los
derechos de los trabajadores, en particular la negociación colectiva, son
esenciales para garantizar una transición fluida.
1.6. El CESE recomienda a los Estados miembros
que cooperen más estrechamente en el desarrollo y la validación de las
soluciones digitales, de forma que generen una red de intercambio de buenas
prácticas.
1.7. El CESE recomienda asimismo la
realización de una revisión a escala de la UE de las medidas y las políticas de
los Gobiernos para implicar a las partes interesadas pertinentes en la
proposición de medidas eficaces basadas en la justicia social. Esto debe incluir
políticas y recursos financieros con el objetivo de facilitar la transformación
digital. El CESE también destaca la necesidad de incrementar considerablemente
las tasas de matriculación en los ámbitos educativos relacionados con las CTIM
durante los próximos años.
1.8. El CESE recomienda reforzar la Ley de
Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales, como condición previa a una
transformación digital que sea fiable y en la que los consumidores puedan tomar
decisiones en un mercado verdaderamente abierto y competitivo. En la Ley de
Servicios Digitales, las responsabilidades y las obligaciones de las
plataformas deben exponerse con mayor claridad y aplicabilidad que las
propuestas en la actualidad. En la Ley de Mercados Digitales, debe prohibirse
el uso de «patrones oscuros» y demás arquitecturas de elección «no neutra», que
influyen subrepticiamente en el comportamiento de los consumidores.
1.9. Por último, el CESE reconoce que la
digitalización y la ecologización de las economías de la UE y los objetivos de
la UE de neutralidad en carbono, en concreto, van de la mano. La transformación
«digital y ecológica» es de vital importancia, pero el CESE hace nuevamente
hincapié en que la equidad y el diálogo social deben ser siempre los principios
que guíen la aplicación de las tecnologías digitales y verdes.
2. Observaciones generales
2.1. Las sociedades europeas se están moviendo
en línea. La pandemia de la COVID-19 ha acelerado la necesidad de que la
sociedad se digitalice, puesto que los canales digitales han sido, durante los
confinamientos, los únicos a disposición de la ciudadanía y las empresas.
2.2. Por su parte, numerosos empresarios
reconocen el hecho de que es necesario transitar hacia el mundo digital para
garantizar el éxito a largo plazo de sus negocios. De igual modo, los
trabajadores y la sociedad necesitan entender qué significa la digitalización,
cómo afecta a sus vidas diarias y laborales como miembros de una organización
empresarial o de un organismo público o simplemente como miembros de una
comunidad. Tal y como estipula la Nueva Agenda del Consumidor, los consumidores
europeos deben constituir el centro de las transiciones digitales y deben
recibir la protección y capacitación adecuadas durante el proceso de cambio.
2.3. Por lo que respecta a los Gobiernos de
toda la UE, la rápida digitalización es inevitable y solo podrá lograrse con
inversión pública en infraestructuras digitales. Los entes públicos a escalas
local, regional, nacional y europea tienen que convertirse en organizaciones
flexibles, resilientes e innovadoras, aprovechando los beneficios de la
transformación digital y tecnologías emergentes y las capacidades avanzadas
para ofrecer servicios digitales inclusivos, continuos, convenientes,
transparentes, seguros y fiables, centrados en las personas.
2.4. Las administraciones públicas, las
empresas, los trabajadores y el conjunto de la población tienen que adaptarse
(al tiempo que se les proporciona apoyo y, en caso necesario, soluciones
analógicas como alternativa) al mundo centrado en la tecnología en el que
vivimos, y es importante entender cuál es la diferencia entre la
digitalización, en sus dos acepciones, y la transformación digital.
2.5. La digitalización, en su primera
acepción, se refiere a la versión digital de elementos físicos o analógicos y
desempeña un importante papel en el contexto empresarial y de la administración
pública y en el número de horas trabajadas. El proceso de digitalización activa
una cadena de eventos que pueden optimizar el flujo de trabajo de cualquier
empresa y administración pública de forma drástica, dando lugar a procesos
empresariales y de administración pública automatizados. Esto representa un
reto tanto para los trabajadores como para los funcionarios públicos.
2.6. Si bien son numerosas las empresas y
administraciones públicas que utilizan métodos básicos de digitalización en sus
procesos diarios, se puede hacer mucho más para aplicar la digitalización de
manera eficaz. El reto en este sentido es crear confianza entre los
trabajadores, los funcionarios y el conjunto de la población para que puedan
adaptarse con éxito a los nuevos procesos y flujos de trabajo digitalizados. En
el lugar de trabajo, esta transición exige diálogo social, así como respeto a
la negociación colectiva. La transición puede afectar profundamente a las vidas
de los trabajadores y por eso es necesario informar y realizar consultas al
comienzo del proceso. Del mismo modo, la sociedad tiene que estar informada de
las consecuencias no intencionadas de la transformación.
2.7. Si bien la digitalización parece
incrementar la eficacia de las empresas y las administraciones públicas (los
potenciales beneficios siempre se han sobrestimado), siempre hay un coste, como
cuando se despiden trabajadores o funcionarios públicos, o cuando la población,
especialmente las personas de edad avanzada y las personas con discapacidad, no
se adaptan con la suficiente rapidez o no se adaptan en absoluto a la
digitalización. Por eso es tan importante que la digitalización sea accesible
para todos, con independencia de la edad, el género, la situación
socioeconómica o cualquier discapacidad. De igual modo, las pymes pueden
encontrarse en una situación de desventaja competitiva si no pueden mantener el
ritmo de la digitalización en su sector, especialmente si dichos procesos
exigen afrontar por adelantado un coste inicial elevado.
2.8. El término «digitalización» tiene además
un segundo significado, que las empresas, los trabajadores y el conjunto de la
población tienen que entender. Abarca una amplia gama de elementos. La
digitalización ayuda a transformar el modo de funcionamiento de las empresas a
través de la aplicación de tecnologías digitales. Esto afecta a los modelos de
negocio, los flujos de comunicación dentro de las empresas en cuestión y de
estas hacia el exterior y, en realidad, a toda la cadena de valor.
2.9. La digitalización abre nuevas ventanas de
oportunidades para empresas creando fuentes de ingresos basadas en la
tecnología digital que nunca antes habían estado disponibles. Desde la
integración de las redes sociales hasta la capacidad de ofrecer a los clientes
servicios de datos por suscripción, las aplicaciones empresariales a medida
pueden ser la clave de la innovación, el crecimiento y la expansión de las
empresas en el futuro. Las nuevas tecnologías digitales, especialmente las
englobadas en el acrónimo SMACIT (en inglés, «social, móvil, analítica, nube e
internet de las cosas») son una gran oportunidad para las pymes, porque para
las organizaciones grandes y antiguas, estas tecnologías representan
oportunidades y amenazas existenciales al mismo tiempo.
2.10. Tras años de estudio de los resultados
de las transformaciones digitales, se ha puesto de manifiesto que la tasa de
éxito de estos esfuerzos es sistemáticamente reducida: menos del 30 % de los
previstos. Las conclusiones recientes de un estudio de McKinsey en relación con
una muestra de 263 encuestados muestran que solo el 16 % de los encuestados
afirmaron que las transformaciones digitales de sus organizaciones habían
mejorado satisfactoriamente su rendimiento. Las «industrias inteligentes», como
la alta tecnología, los medios de comunicación y las telecomunicaciones,
también afrontan estos retos, y en su caso, la tasa de resultados
satisfactorios no supera el 26 %. Por otra parte, en organizaciones con menos
de 100 empleados, los encuestados tienen 2,7 veces más posibilidades de
presumir de una transformación digital más satisfactoria que las organizaciones
grandes de más de 50 000 empleados.
2.11. Independientemente del tamaño, sin
embargo, las empresas que todavía están ancladas en procesos más tradicionales
se arriesgan a perder competitividad, y es un error dar por hecho a priori
que todas las empresas pueden digitalizarse. Lo mismo se aplica a los
trabajadores, especialmente a aquellos que realizan actividades tradicionales.
2.12. La transición a la digitalización puede
ayudar a impulsar la eficacia de las empresas y abrir nuevas oportunidades de
negocio para generar ingresos, además de contribuir a reducir la huella de
carbono. También puede propiciar una mayor movilidad en el mercado laboral,
mejorar la productividad y la flexibilidad en el lugar de trabajo y permitir la
conciliación de la vida privada y la vida laboral cuando los trabajadores
teletrabajan desde casa, como ocurrió durante la pandemia de la COVID-19.
2.13. No obstante, la realidad puede ser muy
diferente y es necesario plantearse si la digitalización y el teletrabajo, en
concreto, han posibilitado realmente una mejora del equilibrio entre la vida
privada y la vida laboral. Si bien numerosos trabajadores prefieren el
teletrabajo, con frecuencia este se ha implantado de forma improvisada, lo que
ha afectado a las condiciones de trabajo, especialmente en el caso de las
madres trabajadoras y de los trabajadores con capacidades digitales
inadecuadas. Por consiguiente, es legítimo preguntar si la digitalización ha
borrado los límites entre la vida privada y la vida profesional. Si bien es
posible que la digitalización favorezca el rendimiento de las empresas y los
trabajadores, las implicaciones que tiene para la vida familiar y posiblemente
para la salud son otra historia. Las herramientas de inteligencia artificial,
aplicadas apresuradamente durante la pandemia, han tendido a aumentar el estrés
y los riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores.
2.14. Hay también una mayor tendencia a que
las personas no «desconecten» de los procesos de trabajo digitales. Dado que el
teletrabajo se está convirtiendo en la norma en las empresas y en los servicios
públicos, es de vital importancia que se produzca en el contexto del diálogo
social y la negociación colectiva. El derecho a desconectar también tiene que
ser reconocido a través de un instrumento a escala de la UE.
2.15. El último aspecto de la digitalización
afecta no solo a los empresarios, sino a la sociedad en general. Durante las
tres décadas pasadas, y especialmente en los diez últimos años, se ha producido
un cambio drástico hacia la adopción de tecnologías digitales en todos los
contextos sociales y actividades humanas. Esto ha dado lugar esencialmente a la
aparición de los llamados «clientes digitales», y cada vez son más las personas
que dependen de la digitalización en prácticamente todos los aspectos de sus vidas
diarias. La digitalización se está convirtiendo poco a poco en la base del modo
en que las organizaciones de todas las formas y tamaños conectan con los
clientes, pero sería un error dar por hecho que todas las personas, de
cualquier edad, son capaces de seguir el ritmo de los nuevos avances digitales.
2.16. Esto nos lleva a la distinción entre la
digitalización y la transformación digital. Esta última se refiere a la
transformación de las operaciones empresariales y sociales en elementos del
mundo digital, tal y como lo hemos vivido de innumerables maneras durante la
pandemia, por ejemplo, con el aumento del teletrabajo.
3. Observaciones específicas
3.1. La actual digitalización de nuestra
sociedad y economía seguirá aumentando e intensificándose, y si bien la
digitalización promete más ventajas sociales y económicas, también suscita
preocupación el hecho de que pueda causar una división en la sociedad y de si
un mayor número de personas tienen realmente destrezas digitales. Sobre el
papel, las tecnologías transformadoras parecen favorecer la inclusión social
más que aumentar la brecha entre los diestros y los desfavorecidos en materia
digital, pero una vez más, la realidad sobre el terreno puede ser bastante
diferente. Muchas personas simplemente no son capaces de adaptarse al rápido
ritmo de la transformación digital. Este es el caso, sobre todo, de las
personas de edad avanzada, las personas con discapacidad y las personas que
viven en zonas rurales y remotas.
3.2. Si bien la digitalización para todos es
necesaria a fin de mejorar la eficiencia y la productividad, así como de
acelerar el desarrollo socioeconómico en un mundo pospandémico, es necesario
que la transformación digital se haga bien. Con esto queremos decir que la
política en materia de transformación digital, tanto para la población como
para el sector privado, debe ser inclusiva, y evitar a toda costa la exclusión
de grupos de la sociedad como el de las personas de edad avanzada, las personas
desfavorecidas socioeconómicamente, las personas con discapacidad y las
personas que viven en zonas rurales.
3.3. Para lograr la inclusividad, los
Gobiernos tienen que llevar a la práctica estrategias integrales y medidas de
apoyo que garanticen la interoperabilidad, la calidad, el enfoque centrado en
las personas, la transparencia, la seguridad, la protección y la accesibilidad
de los productos y servicios públicos digitales, así como un acceso óptimo a la
salud, la educación y las oportunidades económicas y culturales. En este
contexto, las administraciones públicas pueden utilizar herramientas digitales
para implicar a la ciudadanía en la creación de servicios públicos digitales,
cerciorándose de que estos servicios satisfacen las necesidades y las
preferencias de los ciudadanos que los utilizan.
3.4. Sobre todo, lograr la inclusividad exige
una enorme inversión por parte de los Gobiernos y cabe suponer que, en los
planes de recuperación y resiliencia de los Estados miembros, la inclusividad
desempeñará un papel muy destacado en la transformación digital prevista,
aprovechando el Fondo de Transición Justa de la UE, como parte de Next
Generation EU, así como el programa Europa Digital y los Fondos Estructurales y
de Inversión Europeos (especialmente el FEDER y el FSE+). No obstante, en el
caso del Fondo de Transición Justa, se han formulado reservas en cuanto a si
resulta adecuado para dar respuesta a los retos de la transición, tanto de la
digitalización como del cambio climático (2). Las administraciones
nacionales, regionales y locales también tienen que digitalizarse y acelerar la
implantación de nuevas infraestructuras digitales, como la 5G.
3.5. La ola de la transformación digital no
tiene precedentes, en términos de rapidez, alcance y escala. Esperar que todas
las empresas, pymes y empresas de la economía social se adapten rápidamente y
con éxito a esta ola de cambio sin precedentes no es realista. La transformación
puede ocasionar tantas víctimas como éxitos, a no ser que se dé tiempo a las
empresas para que se adapten y que se les proporcione apoyo con medidas
pertinentes.
3.6. Estas medidas deben incluir proporcionar
a las empresas la infraestructura necesaria para apoyar la transformación
digital, así como el correspondiente marco legislativo, que sea proporcionado y
adecuado al fin pretendido. También es pertinente la necesidad de que los
Estados miembros cooperen estrechamente en el desarrollo y la validación de
soluciones digitales y generar así una red de intercambio de buenas prácticas.
Podrían también ofrecerse créditos fiscales para apoyar la inversión que
necesitan las empresas a fin de llevar a cabo la transformación digital de sus
operaciones y procesos de trabajo.
3.7. Los mercados en los que los consumidores
pueden confiar, en los que no se manipula y en los que se puede elegir en un
entorno realmente abierto y competitivo son una condición previa de una
digitalización fiable. A menudo esto no es así, si nos fijamos en el grado de
concentración de ciertos mercados (redes sociales, aplicaciones de
comunicación, búsqueda, sistemas operativos, etc.) y en la frecuencia con la
que se violan los derechos de los consumidores. El CESE destacó en su Dictamen
sobre la Nueva Agenda del Consumidor (INT/922 (3)) que es preciso adaptar las
normas de protección de los consumidores al mundo digital. Los nuevos retos que
plantean las tecnologías digitales emergentes, como la inteligencia artificial
(IA), el internet de las cosas y la robótica, requieren un refuerzo de la
protección actual.
3.8. Otra condición previa para alcanzar los
resultados deseados de la transformación digital es preparar a las empresas de
todos los tamaños, incluidas las empresas de la economía social, para la
transformación digital. Esto incluye el apoyo de los recursos financieros
disponibles y programas de formación para que los pequeños empresarios y el
personal se familiaricen con las últimas tecnologías y las oportunidades que
ofrecen. En segundo lugar, todos los aspectos relacionados con la introducción
de este profundo cambio tienen que comunicarse a todos los niveles en el lugar
de trabajo. En tercer lugar, también es necesario concienciar sobre la
necesidad de introducir nuevos modos de trabajar, comportarse y comunicarse en
línea con el cambio sin precedentes que se produce en la cultura organizativa.
3.9. La transformación digital ha dado lugar a
un aumento considerable en la demanda de capacidades digitales en prácticamente
todos los sectores, desde la fabricación hasta los servicios financieros y
otros, y en el futuro próximo la demanda se incrementará aún más. Así pues, es
necesario que las administraciones públicas y las empresas sigan invirtiendo en
educación y formación para todos, en particular en formación profesional, para
garantizar que la transformación digital se produce de forma fluida y con los
talentos adecuados para permitir que las personas y las empresas aprovechen los
beneficios de esta transición. Debe ofrecerse también formación en relación con
la participación en plataformas digitales.
3.10. El avance de la transformación digital
tiene que ir acompañado de un incremento considerable de las tasas de
matriculación en los ámbitos educativos relacionados con las CTIM en los
próximos años. El desarrollo de capacidades en CTIM es necesario para apoyar la
transformación, colmar la brecha de género y crear la próxima generación de
innovadores. La educación en CTIM ayudará a impulsar la economía y a crear
puestos de trabajo.
3.11. La transformación digital ha dado lugar
a una mayor intensificación del trabajo e inseguridad laboral, planteando retos
importantes para la protección de los trabajadores, su representación y el
trato justo. La Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del
Trabajo, adoptada en 2019, propuso un enfoque centrado en las personas para la
nueva tecnología del mundo del trabajo. Sin embargo, el desafío actual es cómo
convertir esto en políticas, legislación y medidas eficaces que protejan a los
trabajadores y permitan una representación adecuada. Por ello se considera
necesario realizar una revisión a escala de la UE de las políticas (y muy
posiblemente de la legislación con el fin de que sea proporcionada y adecuada
al fin pretendido) y las medidas, no solo por motivos de coherencia de las
políticas, sino también para implicar a las partes interesadas pertinentes en
la formulación de una política basada en el objetivo fundamental de lograr la
justicia social.
3.12. Por último, cualquier debate sobre la
digitalización para todos no puede pasar por alto su conexión con la
ecologización de las economías de la UE y los objetivos de neutralidad en
carbono de la UE, así como el énfasis puesto en los planes de recuperación y
resiliencia en relación con iniciativas que apoyan estos objetivos.
3.13. «Digital y ecológica» no solo deben ir
de la mano, sino que son esenciales para promover la innovación en toda la UE.
A modo de ejemplo cabe mencionar las tecnologías de cadena de bloques para
optimizar la cadena de suministro y mejorar la eficiencia, que contribuirían a
reducir el consumo de los recursos realizando, al mismo tiempo, el seguimiento
de los componentes, productos y materiales, favoreciendo así la economía
circular. Además, las tecnologías digitales pueden ayudar a neutralizar o a
compensar las emisiones que son técnicamente complicadas o caras. La
transformación «digital y ecológica» es de vital importancia, pero tal y como
se ha subrayado en el presente Dictamen, la justicia social debe ser siempre el
principio que guíe su aplicación. En otras palabras, los beneficios de la
transformación digital, por ejemplo, en la aplicación de las últimas
tecnologías utilizadas para proporcionar servicios inteligentes,
ininterrumpidos y de fácil acceso en los ámbitos de la energía, la seguridad,
la movilidad, el bienestar y la comunidad, que ayudan a lograr la neutralidad
en carbono, deben ser accesibles para todos.
3.14. Reconocemos que no es un objetivo fácil
de lograr, pero precisamente por eso los planes de digitalización conectados
con la ecologización de las economías de la UE deben entrañar un proceso de
análisis y consulta con múltiples partes interesadas, basado en el diálogo
social y la negociación colectiva, donde la prioridad sean los objetivos a
medio y largo plazo que suponen un cambio efectivo en las vidas de los
europeos.
Bruselas, 7 de julio de 2021.
La Presidenta del Comité Económico y Social Europeo
Christa SCHWENG
(1) Esto es conforme con las Conclusiones del Consejo sobre la configuración del futuro digital de Europa (9 de junio de 2020), en las que el Consejo «pide a la Comisión que proponga una política reforzada de administración digital de la UE que tenga en cuenta la inclusión digital de todos los ciudadanos y entes privados para garantizar la coordinación y el respaldo a la transformación digital de las administraciones públicas de todos los Estados miembros de la UE, en particular la interoperabilidad y unas normas comunes para unos flujos de datos y servicios seguros y sin fronteras».
(2) https://www.epsu.org/article/proposed-transition-fund-really-just.
(3) DO C 286 de 16.7.2021, p. 45.
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