martes, 21 de septiembre de 2021

DICTAMEN DEL COMITE ECONOMICO Y SOCIAL EUROPEO SOBRE «MEJORAR EL NIVEL DE INCLUSIVIDAD, SEGURIDAD Y FIABILIDAD DE LA DIGITALIZACIÓN PARA TODOS»

  Por: Carlos A. FERREYROS SOTO

        Doctor en Derecho
        Université de Montpellier I Francia.
        M. Sc.
 Institut Agronomique Méditerranéen

        cferreyros@hotmail.com

Conclusiones y recomendaciones

1.  El CESE recomienda la rápida adopción de una política inclusiva de administración digital de la UE, sobre la base del Plan de Acción sobre Administración Electrónica 2016-2020, la Declaración de Tallin sobre administración electrónica y la Declaración de Berlín sobre la sociedad digital y la administración digital basada en valores. El Consejo reconoce que las administraciones públicas tienen la responsabilidad añadida de garantizar que los ciudadanos reciban el mismo trato y tengan los mismos derechos de acceso a la administración digital.

 2. Para intentar alcanzar la inclusividad, el CESE recomienda a los Gobiernos que pongan en práctica estrategias integrales que apoyen medidas y legislación adecuada y proporcionada, a fin de garantizar la interoperabilidad, la calidad, el enfoque centrado en las personas, la transparencia, la seguridad, la protección y la accesibilidad de los productos y los servicios públicos digitales, así como un acceso óptimo a la salud, la educación y las oportunidades económicas y culturales. Las administraciones nacionales, regionales y locales tienen que digitalizarse lo antes posible y acelerar la implantación de nuevas infraestructuras digitales, como la 5G.

 3. El CESE reconoce que los Gobiernos tienen que realizar una inversión inmensa para lograr la inclusividad. Además, cabe suponer que, en los planes de recuperación y resiliencia de los Estados miembros, la inclusividad desempeñará un papel muy destacado en la transformación digital prevista, aprovechando el Fondo de Transición Justa de la UE, a pesar de ser limitado, como parte de Next Generation EU, así como el programa Europa Digital y los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos, especialmente el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo Plus (FSE+).

 4. El CESE reconoce que la digitalización puede representar tanto oportunidades como amenazas para las empresas. De ahí la necesidad de que los Gobiernos proporcionen la adecuada ayuda financiera, en particular a través de fondos de la UE, a empresas de cualquier tamaño, especialmente pymes. Esto les ayudará a adaptarse con éxito a la transición.

 5. El CESE recomienda asimismo que las prácticas laborales, como el teletrabajo, se apliquen teniendo muy en cuenta el equilibrio entre la vida profesional y la vida privada. El diálogo social, el apoyo a las pymes y a las empresas de la economía social y el respeto a los derechos de los trabajadores, en particular la negociación colectiva, son esenciales para garantizar una transición fluida.

 6. El CESE recomienda a los Estados miembros que cooperen más estrechamente en el desarrollo y la validación de las soluciones digitales, de forma que generen una red de intercambio de buenas prácticas.

 7. El CESE recomienda asimismo la realización de una revisión a escala de la UE de las medidas y las políticas de los Gobiernos para implicar a las partes interesadas pertinentes en la proposición de medidas eficaces basadas en la justicia social. Esto debe incluir políticas y recursos financieros con el objetivo de facilitar la transformación digital. El CESE también destaca la necesidad de incrementar considerablemente las tasas de matriculación en los ámbitos educativos relacionados con las CTIM durante los próximos años.

 8. El CESE recomienda reforzar la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales, como condición previa a una transformación digital que sea fiable y en la que los consumidores puedan tomar decisiones en un mercado verdaderamente abierto y competitivo. En la Ley de Servicios Digitales, las responsabilidades y las obligaciones de las plataformas deben exponerse con mayor claridad y aplicabilidad que las propuestas en la actualidad. En la Ley de Mercados Digitales, debe prohibirse el uso de «patrones oscuros» y demás arquitecturas de elección «no neutra», que influyen subrepticiamente en el comportamiento de los consumidores.

 9. Por último, el CESE reconoce que la digitalización y la ecologización de las economías de la UE y los objetivos de la UE de neutralidad en carbono, en concreto, van de la mano. La transformación «digital y ecológica» es de vital importancia, pero el CESE hace nuevamente hincapié en que la equidad y el diálogo social deben ser siempre los principios que guíen la aplicación de las tecnologías digitales y verdes.

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Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Mejorar el nivel de inclusividad, seguridad y fiabilidad de la digitalización para todos»

(Dictamen exploratorio)

(2021/C 374/03)

Ponente:

Philip VON BROCKDORFF

Coponente:

Violeta JELIĆ

Consulta

Presidencia eslovena, 19.3.2021

Fundamento jurídico

Artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea

Sección competente

Mercado Único, Producción y Consumo

Aprobado en sección

15.6.2021

Aprobado en el pleno

7.7.2021

Pleno n.o

562

Resultado de la votación

(a favor/en contra/abstenciones)

221/0/3

1.   Conclusiones y recomendaciones

 1.1. El CESE recomienda la rápida adopción de una política inclusiva de administración digital de la UE, sobre la base del Plan de Acción sobre Administración Electrónica 2016-2020, la Declaración de Tallin sobre administración electrónica y la Declaración de Berlín sobre la sociedad digital y la administración digital basada en valores (1). En sus Conclusiones, el Consejo reconoce que las administraciones públicas tienen la responsabilidad añadida de garantizar que los ciudadanos reciban el mismo trato y tengan los mismos derechos de acceso a la administración digital.

 

 1.2. Para intentar alcanzar la inclusividad, el CESE recomienda a los Gobiernos que pongan en práctica estrategias integrales que apoyen medidas y legislación adecuada y proporcionada, a fin de garantizar la interoperabilidad, la calidad, el enfoque centrado en las personas, la transparencia, la seguridad, la protección y la accesibilidad de los productos y los servicios públicos digitales, así como un acceso óptimo a la salud, la educación y las oportunidades económicas y culturales. Las administraciones nacionales, regionales y locales tienen que digitalizarse lo antes posible y acelerar la implantación de nuevas infraestructuras digitales, como la 5G.

 

 1.3. El CESE reconoce que los Gobiernos tienen que realizar una inversión inmensa para lograr la inclusividad. Además, cabe suponer que, en los planes de recuperación y resiliencia de los Estados miembros, la inclusividad desempeñará un papel muy destacado en la transformación digital prevista, aprovechando el Fondo de Transición Justa de la UE, a pesar de ser limitado, como parte de Next Generation EU, así como el programa Europa Digital y los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos, especialmente el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo Plus (FSE+).

 

 1.4. El CESE reconoce que la digitalización puede representar tanto oportunidades como amenazas para las empresas. De ahí la necesidad de que los Gobiernos proporcionen la adecuada ayuda financiera, en particular a través de fondos de la UE, a empresas de cualquier tamaño, especialmente pymes. Esto les ayudará a adaptarse con éxito a la transición.

 

 1.5. El CESE recomienda asimismo que las prácticas laborales, como el teletrabajo, se apliquen teniendo muy en cuenta el equilibrio entre la vida profesional y la vida privada. El diálogo social, el apoyo a las pymes y a las empresas de la economía social y el respeto a los derechos de los trabajadores, en particular la negociación colectiva, son esenciales para garantizar una transición fluida.

 

 1.6. El CESE recomienda a los Estados miembros que cooperen más estrechamente en el desarrollo y la validación de las soluciones digitales, de forma que generen una red de intercambio de buenas prácticas.

 

 1.7. El CESE recomienda asimismo la realización de una revisión a escala de la UE de las medidas y las políticas de los Gobiernos para implicar a las partes interesadas pertinentes en la proposición de medidas eficaces basadas en la justicia social. Esto debe incluir políticas y recursos financieros con el objetivo de facilitar la transformación digital. El CESE también destaca la necesidad de incrementar considerablemente las tasas de matriculación en los ámbitos educativos relacionados con las CTIM durante los próximos años.

 

 1.8. El CESE recomienda reforzar la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales, como condición previa a una transformación digital que sea fiable y en la que los consumidores puedan tomar decisiones en un mercado verdaderamente abierto y competitivo. En la Ley de Servicios Digitales, las responsabilidades y las obligaciones de las plataformas deben exponerse con mayor claridad y aplicabilidad que las propuestas en la actualidad. En la Ley de Mercados Digitales, debe prohibirse el uso de «patrones oscuros» y demás arquitecturas de elección «no neutra», que influyen subrepticiamente en el comportamiento de los consumidores.

 

 1.9. Por último, el CESE reconoce que la digitalización y la ecologización de las economías de la UE y los objetivos de la UE de neutralidad en carbono, en concreto, van de la mano. La transformación «digital y ecológica» es de vital importancia, pero el CESE hace nuevamente hincapié en que la equidad y el diálogo social deben ser siempre los principios que guíen la aplicación de las tecnologías digitales y verdes.

2.   Observaciones generales

 2.1. Las sociedades europeas se están moviendo en línea. La pandemia de la COVID-19 ha acelerado la necesidad de que la sociedad se digitalice, puesto que los canales digitales han sido, durante los confinamientos, los únicos a disposición de la ciudadanía y las empresas.

 

 2.2. Por su parte, numerosos empresarios reconocen el hecho de que es necesario transitar hacia el mundo digital para garantizar el éxito a largo plazo de sus negocios. De igual modo, los trabajadores y la sociedad necesitan entender qué significa la digitalización, cómo afecta a sus vidas diarias y laborales como miembros de una organización empresarial o de un organismo público o simplemente como miembros de una comunidad. Tal y como estipula la Nueva Agenda del Consumidor, los consumidores europeos deben constituir el centro de las transiciones digitales y deben recibir la protección y capacitación adecuadas durante el proceso de cambio.

 

 2.3. Por lo que respecta a los Gobiernos de toda la UE, la rápida digitalización es inevitable y solo podrá lograrse con inversión pública en infraestructuras digitales. Los entes públicos a escalas local, regional, nacional y europea tienen que convertirse en organizaciones flexibles, resilientes e innovadoras, aprovechando los beneficios de la transformación digital y tecnologías emergentes y las capacidades avanzadas para ofrecer servicios digitales inclusivos, continuos, convenientes, transparentes, seguros y fiables, centrados en las personas.

 

 2.4. Las administraciones públicas, las empresas, los trabajadores y el conjunto de la población tienen que adaptarse (al tiempo que se les proporciona apoyo y, en caso necesario, soluciones analógicas como alternativa) al mundo centrado en la tecnología en el que vivimos, y es importante entender cuál es la diferencia entre la digitalización, en sus dos acepciones, y la transformación digital.

 

 2.5. La digitalización, en su primera acepción, se refiere a la versión digital de elementos físicos o analógicos y desempeña un importante papel en el contexto empresarial y de la administración pública y en el número de horas trabajadas. El proceso de digitalización activa una cadena de eventos que pueden optimizar el flujo de trabajo de cualquier empresa y administración pública de forma drástica, dando lugar a procesos empresariales y de administración pública automatizados. Esto representa un reto tanto para los trabajadores como para los funcionarios públicos.

 

 2.6. Si bien son numerosas las empresas y administraciones públicas que utilizan métodos básicos de digitalización en sus procesos diarios, se puede hacer mucho más para aplicar la digitalización de manera eficaz. El reto en este sentido es crear confianza entre los trabajadores, los funcionarios y el conjunto de la población para que puedan adaptarse con éxito a los nuevos procesos y flujos de trabajo digitalizados. En el lugar de trabajo, esta transición exige diálogo social, así como respeto a la negociación colectiva. La transición puede afectar profundamente a las vidas de los trabajadores y por eso es necesario informar y realizar consultas al comienzo del proceso. Del mismo modo, la sociedad tiene que estar informada de las consecuencias no intencionadas de la transformación.

 

 2.7. Si bien la digitalización parece incrementar la eficacia de las empresas y las administraciones públicas (los potenciales beneficios siempre se han sobrestimado), siempre hay un coste, como cuando se despiden trabajadores o funcionarios públicos, o cuando la población, especialmente las personas de edad avanzada y las personas con discapacidad, no se adaptan con la suficiente rapidez o no se adaptan en absoluto a la digitalización. Por eso es tan importante que la digitalización sea accesible para todos, con independencia de la edad, el género, la situación socioeconómica o cualquier discapacidad. De igual modo, las pymes pueden encontrarse en una situación de desventaja competitiva si no pueden mantener el ritmo de la digitalización en su sector, especialmente si dichos procesos exigen afrontar por adelantado un coste inicial elevado.

 

 2.8. El término «digitalización» tiene además un segundo significado, que las empresas, los trabajadores y el conjunto de la población tienen que entender. Abarca una amplia gama de elementos. La digitalización ayuda a transformar el modo de funcionamiento de las empresas a través de la aplicación de tecnologías digitales. Esto afecta a los modelos de negocio, los flujos de comunicación dentro de las empresas en cuestión y de estas hacia el exterior y, en realidad, a toda la cadena de valor.

 

 2.9. La digitalización abre nuevas ventanas de oportunidades para empresas creando fuentes de ingresos basadas en la tecnología digital que nunca antes habían estado disponibles. Desde la integración de las redes sociales hasta la capacidad de ofrecer a los clientes servicios de datos por suscripción, las aplicaciones empresariales a medida pueden ser la clave de la innovación, el crecimiento y la expansión de las empresas en el futuro. Las nuevas tecnologías digitales, especialmente las englobadas en el acrónimo SMACIT (en inglés, «social, móvil, analítica, nube e internet de las cosas») son una gran oportunidad para las pymes, porque para las organizaciones grandes y antiguas, estas tecnologías representan oportunidades y amenazas existenciales al mismo tiempo.

 

 2.10. Tras años de estudio de los resultados de las transformaciones digitales, se ha puesto de manifiesto que la tasa de éxito de estos esfuerzos es sistemáticamente reducida: menos del 30 % de los previstos. Las conclusiones recientes de un estudio de McKinsey en relación con una muestra de 263 encuestados muestran que solo el 16 % de los encuestados afirmaron que las transformaciones digitales de sus organizaciones habían mejorado satisfactoriamente su rendimiento. Las «industrias inteligentes», como la alta tecnología, los medios de comunicación y las telecomunicaciones, también afrontan estos retos, y en su caso, la tasa de resultados satisfactorios no supera el 26 %. Por otra parte, en organizaciones con menos de 100 empleados, los encuestados tienen 2,7 veces más posibilidades de presumir de una transformación digital más satisfactoria que las organizaciones grandes de más de 50 000 empleados.

 

 2.11. Independientemente del tamaño, sin embargo, las empresas que todavía están ancladas en procesos más tradicionales se arriesgan a perder competitividad, y es un error dar por hecho a priori que todas las empresas pueden digitalizarse. Lo mismo se aplica a los trabajadores, especialmente a aquellos que realizan actividades tradicionales.

 

 2.12. La transición a la digitalización puede ayudar a impulsar la eficacia de las empresas y abrir nuevas oportunidades de negocio para generar ingresos, además de contribuir a reducir la huella de carbono. También puede propiciar una mayor movilidad en el mercado laboral, mejorar la productividad y la flexibilidad en el lugar de trabajo y permitir la conciliación de la vida privada y la vida laboral cuando los trabajadores teletrabajan desde casa, como ocurrió durante la pandemia de la COVID-19.

 

 2.13. No obstante, la realidad puede ser muy diferente y es necesario plantearse si la digitalización y el teletrabajo, en concreto, han posibilitado realmente una mejora del equilibrio entre la vida privada y la vida laboral. Si bien numerosos trabajadores prefieren el teletrabajo, con frecuencia este se ha implantado de forma improvisada, lo que ha afectado a las condiciones de trabajo, especialmente en el caso de las madres trabajadoras y de los trabajadores con capacidades digitales inadecuadas. Por consiguiente, es legítimo preguntar si la digitalización ha borrado los límites entre la vida privada y la vida profesional. Si bien es posible que la digitalización favorezca el rendimiento de las empresas y los trabajadores, las implicaciones que tiene para la vida familiar y posiblemente para la salud son otra historia. Las herramientas de inteligencia artificial, aplicadas apresuradamente durante la pandemia, han tendido a aumentar el estrés y los riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores.

 

 2.14. Hay también una mayor tendencia a que las personas no «desconecten» de los procesos de trabajo digitales. Dado que el teletrabajo se está convirtiendo en la norma en las empresas y en los servicios públicos, es de vital importancia que se produzca en el contexto del diálogo social y la negociación colectiva. El derecho a desconectar también tiene que ser reconocido a través de un instrumento a escala de la UE.

 

 2.15. El último aspecto de la digitalización afecta no solo a los empresarios, sino a la sociedad en general. Durante las tres décadas pasadas, y especialmente en los diez últimos años, se ha producido un cambio drástico hacia la adopción de tecnologías digitales en todos los contextos sociales y actividades humanas. Esto ha dado lugar esencialmente a la aparición de los llamados «clientes digitales», y cada vez son más las personas que dependen de la digitalización en prácticamente todos los aspectos de sus vidas diarias. La digitalización se está convirtiendo poco a poco en la base del modo en que las organizaciones de todas las formas y tamaños conectan con los clientes, pero sería un error dar por hecho que todas las personas, de cualquier edad, son capaces de seguir el ritmo de los nuevos avances digitales.

 

 2.16. Esto nos lleva a la distinción entre la digitalización y la transformación digital. Esta última se refiere a la transformación de las operaciones empresariales y sociales en elementos del mundo digital, tal y como lo hemos vivido de innumerables maneras durante la pandemia, por ejemplo, con el aumento del teletrabajo.

3.   Observaciones específicas

 3.1. La actual digitalización de nuestra sociedad y economía seguirá aumentando e intensificándose, y si bien la digitalización promete más ventajas sociales y económicas, también suscita preocupación el hecho de que pueda causar una división en la sociedad y de si un mayor número de personas tienen realmente destrezas digitales. Sobre el papel, las tecnologías transformadoras parecen favorecer la inclusión social más que aumentar la brecha entre los diestros y los desfavorecidos en materia digital, pero una vez más, la realidad sobre el terreno puede ser bastante diferente. Muchas personas simplemente no son capaces de adaptarse al rápido ritmo de la transformación digital. Este es el caso, sobre todo, de las personas de edad avanzada, las personas con discapacidad y las personas que viven en zonas rurales y remotas.

 

 3.2. Si bien la digitalización para todos es necesaria a fin de mejorar la eficiencia y la productividad, así como de acelerar el desarrollo socioeconómico en un mundo pospandémico, es necesario que la transformación digital se haga bien. Con esto queremos decir que la política en materia de transformación digital, tanto para la población como para el sector privado, debe ser inclusiva, y evitar a toda costa la exclusión de grupos de la sociedad como el de las personas de edad avanzada, las personas desfavorecidas socioeconómicamente, las personas con discapacidad y las personas que viven en zonas rurales.

 

 3.3. Para lograr la inclusividad, los Gobiernos tienen que llevar a la práctica estrategias integrales y medidas de apoyo que garanticen la interoperabilidad, la calidad, el enfoque centrado en las personas, la transparencia, la seguridad, la protección y la accesibilidad de los productos y servicios públicos digitales, así como un acceso óptimo a la salud, la educación y las oportunidades económicas y culturales. En este contexto, las administraciones públicas pueden utilizar herramientas digitales para implicar a la ciudadanía en la creación de servicios públicos digitales, cerciorándose de que estos servicios satisfacen las necesidades y las preferencias de los ciudadanos que los utilizan.

 

 3.4. Sobre todo, lograr la inclusividad exige una enorme inversión por parte de los Gobiernos y cabe suponer que, en los planes de recuperación y resiliencia de los Estados miembros, la inclusividad desempeñará un papel muy destacado en la transformación digital prevista, aprovechando el Fondo de Transición Justa de la UE, como parte de Next Generation EU, así como el programa Europa Digital y los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (especialmente el FEDER y el FSE+). No obstante, en el caso del Fondo de Transición Justa, se han formulado reservas en cuanto a si resulta adecuado para dar respuesta a los retos de la transición, tanto de la digitalización como del cambio climático (2). Las administraciones nacionales, regionales y locales también tienen que digitalizarse y acelerar la implantación de nuevas infraestructuras digitales, como la 5G.

 

 3.5. La ola de la transformación digital no tiene precedentes, en términos de rapidez, alcance y escala. Esperar que todas las empresas, pymes y empresas de la economía social se adapten rápidamente y con éxito a esta ola de cambio sin precedentes no es realista. La transformación puede ocasionar tantas víctimas como éxitos, a no ser que se dé tiempo a las empresas para que se adapten y que se les proporcione apoyo con medidas pertinentes.

 

 3.6. Estas medidas deben incluir proporcionar a las empresas la infraestructura necesaria para apoyar la transformación digital, así como el correspondiente marco legislativo, que sea proporcionado y adecuado al fin pretendido. También es pertinente la necesidad de que los Estados miembros cooperen estrechamente en el desarrollo y la validación de soluciones digitales y generar así una red de intercambio de buenas prácticas. Podrían también ofrecerse créditos fiscales para apoyar la inversión que necesitan las empresas a fin de llevar a cabo la transformación digital de sus operaciones y procesos de trabajo.

 

 3.7. Los mercados en los que los consumidores pueden confiar, en los que no se manipula y en los que se puede elegir en un entorno realmente abierto y competitivo son una condición previa de una digitalización fiable. A menudo esto no es así, si nos fijamos en el grado de concentración de ciertos mercados (redes sociales, aplicaciones de comunicación, búsqueda, sistemas operativos, etc.) y en la frecuencia con la que se violan los derechos de los consumidores. El CESE destacó en su Dictamen sobre la Nueva Agenda del Consumidor (INT/922 (3)) que es preciso adaptar las normas de protección de los consumidores al mundo digital. Los nuevos retos que plantean las tecnologías digitales emergentes, como la inteligencia artificial (IA), el internet de las cosas y la robótica, requieren un refuerzo de la protección actual.

 

 3.8. Otra condición previa para alcanzar los resultados deseados de la transformación digital es preparar a las empresas de todos los tamaños, incluidas las empresas de la economía social, para la transformación digital. Esto incluye el apoyo de los recursos financieros disponibles y programas de formación para que los pequeños empresarios y el personal se familiaricen con las últimas tecnologías y las oportunidades que ofrecen. En segundo lugar, todos los aspectos relacionados con la introducción de este profundo cambio tienen que comunicarse a todos los niveles en el lugar de trabajo. En tercer lugar, también es necesario concienciar sobre la necesidad de introducir nuevos modos de trabajar, comportarse y comunicarse en línea con el cambio sin precedentes que se produce en la cultura organizativa.

 

 3.9. La transformación digital ha dado lugar a un aumento considerable en la demanda de capacidades digitales en prácticamente todos los sectores, desde la fabricación hasta los servicios financieros y otros, y en el futuro próximo la demanda se incrementará aún más. Así pues, es necesario que las administraciones públicas y las empresas sigan invirtiendo en educación y formación para todos, en particular en formación profesional, para garantizar que la transformación digital se produce de forma fluida y con los talentos adecuados para permitir que las personas y las empresas aprovechen los beneficios de esta transición. Debe ofrecerse también formación en relación con la participación en plataformas digitales.

 

 3.10. El avance de la transformación digital tiene que ir acompañado de un incremento considerable de las tasas de matriculación en los ámbitos educativos relacionados con las CTIM en los próximos años. El desarrollo de capacidades en CTIM es necesario para apoyar la transformación, colmar la brecha de género y crear la próxima generación de innovadores. La educación en CTIM ayudará a impulsar la economía y a crear puestos de trabajo.

 

 3.11. La transformación digital ha dado lugar a una mayor intensificación del trabajo e inseguridad laboral, planteando retos importantes para la protección de los trabajadores, su representación y el trato justo. La Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo, adoptada en 2019, propuso un enfoque centrado en las personas para la nueva tecnología del mundo del trabajo. Sin embargo, el desafío actual es cómo convertir esto en políticas, legislación y medidas eficaces que protejan a los trabajadores y permitan una representación adecuada. Por ello se considera necesario realizar una revisión a escala de la UE de las políticas (y muy posiblemente de la legislación con el fin de que sea proporcionada y adecuada al fin pretendido) y las medidas, no solo por motivos de coherencia de las políticas, sino también para implicar a las partes interesadas pertinentes en la formulación de una política basada en el objetivo fundamental de lograr la justicia social.

 

 3.12. Por último, cualquier debate sobre la digitalización para todos no puede pasar por alto su conexión con la ecologización de las economías de la UE y los objetivos de neutralidad en carbono de la UE, así como el énfasis puesto en los planes de recuperación y resiliencia en relación con iniciativas que apoyan estos objetivos.

 

 3.13. «Digital y ecológica» no solo deben ir de la mano, sino que son esenciales para promover la innovación en toda la UE. A modo de ejemplo cabe mencionar las tecnologías de cadena de bloques para optimizar la cadena de suministro y mejorar la eficiencia, que contribuirían a reducir el consumo de los recursos realizando, al mismo tiempo, el seguimiento de los componentes, productos y materiales, favoreciendo así la economía circular. Además, las tecnologías digitales pueden ayudar a neutralizar o a compensar las emisiones que son técnicamente complicadas o caras. La transformación «digital y ecológica» es de vital importancia, pero tal y como se ha subrayado en el presente Dictamen, la justicia social debe ser siempre el principio que guíe su aplicación. En otras palabras, los beneficios de la transformación digital, por ejemplo, en la aplicación de las últimas tecnologías utilizadas para proporcionar servicios inteligentes, ininterrumpidos y de fácil acceso en los ámbitos de la energía, la seguridad, la movilidad, el bienestar y la comunidad, que ayudan a lograr la neutralidad en carbono, deben ser accesibles para todos.

 

 3.14. Reconocemos que no es un objetivo fácil de lograr, pero precisamente por eso los planes de digitalización conectados con la ecologización de las economías de la UE deben entrañar un proceso de análisis y consulta con múltiples partes interesadas, basado en el diálogo social y la negociación colectiva, donde la prioridad sean los objetivos a medio y largo plazo que suponen un cambio efectivo en las vidas de los europeos.

Bruselas, 7 de julio de 2021.

La Presidenta del Comité Económico y Social Europeo

Christa SCHWENG


(1)  Esto es conforme con las Conclusiones del Consejo sobre la configuración del futuro digital de Europa (9 de junio de 2020), en las que el Consejo «pide a la Comisión que proponga una política reforzada de administración digital de la UE que tenga en cuenta la inclusión digital de todos los ciudadanos y entes privados para garantizar la coordinación y el respaldo a la transformación digital de las administraciones públicas de todos los Estados miembros de la UE, en particular la interoperabilidad y unas normas comunes para unos flujos de datos y servicios seguros y sin fronteras».

(2)  https://www.epsu.org/article/proposed-transition-fund-really-just.

(3)  DO C 286 de 16.7.2021, p. 45.


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