Por: Carlos A. FERREYROS SOTO
Doctor en Derecho
Université de Montpellier I Francia.
M. Sc. Institut Agronomique Méditerranéen
cferreyros@hotmail.com
Conclusiones y recomendaciones vinculadas a las TICs.
La crisis de la
COVID-19, los cambios demográficos, la digitalización
del mercado laboral y la descarbonización de la economía están provocando una
gran transformación de los puestos de trabajos y las tareas. Incluso antes de
la pandemia, se preveía que en dos de cada cinco puestos de trabajo cambiarían
algunas tareas y que el 14 % de los empleos
experimentaría algún cambio debido a la digitalización
(Cedefop). De aquí a 2030, se podrían crear hasta 20 millones
de puestos de trabajo en todo el mundo gracias a la transición ecológica de la
actividad industrial (OCDE). Unos 128 millones
de personas adultas -
el 46,1 % de la población adulta europea - requiere una
mejora de las capacidades y un reciclaje profesional. El efecto de la digitalización, la robotización, los nuevos modelos
económicos como la Industria 4.0 y la economía circular y colaborativa en los
nuevos requisitos en materia de capacidades exige una acción concertada para
impulsar en mayor medida la educación de personas adultas en Europa.
El CESE valora positivamente que se haga mayor hincapié en la educación de personas adultas, la formación y el desarrollo de capacidades, algo que la Comisión Europea reitera en diversas iniciativas recientes, en particular, en la Agenda de Capacidades Europea.
El CESE considera que la rápida invención y difusión de nuevas tecnologías debe ir acompañada de medidas eficaces de mejora de las capacidades y reciclaje profesional.
El CESE
recomienda que los Estados miembros refuercen la política, la gobernanza y la
financiación de la educación de personas adultas con arreglo a los principios
de los cuatro pilares de la educación de la UNESCO: aprender a conocer,
aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos.
El CESE propone que la Comisión Europea y los Estados miembros fijen objetivos a largo plazo realizables y establezcan un sistema de seguimiento permanente de la participación en la educación de personas adultas y el aprendizaje permanente de alta calidad y accesible, incluida la formación del personal, para cada Estado miembro, tomando en consideración las diferencias regionales. Este sistema debería tener por objeto garantizar que todas las personas cuentan con los conocimientos, capacidades, competencias y actitud necesarios para que Europa establezca una sociedad justa, cohesionada, sostenible, digital y próspera.
A fin de garantizar que el 80 % de las personas adultas posea competencias digitales básicas, el CESE hace un llamamiento a la Comisión Europea y los Estados miembros para que ayuden a las personas adultas a adquirir de manera gratuita un nivel mínimo de capacidades digitales básicas y dotarlas así de competencias necesarias para el trabajo y la vida cotidiana.
El CESE pide a la Comisión Europea y a los Estados miembros que colaboren con los interlocutores sociales para poner en marcha campañas de información y sensibilización destinadas a las personas adultas y los trabajadores, hombres y mujeres, afectados por la transición ecológica y digital, a fin de ayudarlos a adquirir las capacidades necesarias.
El CESE hace
hincapié en que todas las personas adultas, especialmente los trabajadores, hombres
y mujeres, deben tener un mejor acceso a información actualizada sobre los
procedimientos de reconocimiento y validación. Esto puede lograrse aplicando
efectivamente la Recomendación del Consejo, de 20 de diciembre de 2012,
sobre la validación del aprendizaje no formal e informal y velando
por que los sistemas de validación reciban una financiación pública suficiente
en cada uno de los Estados miembros de la UE.
__________________________________________________________
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre «Educación de personas adultas»
(Dictamen exploratorio solicitado por la Presidencia eslovena)
(2021/C 374/04)
Ponente: | Tatjana BABRAUSKIENĖ |
Solicitud de la Presidencia eslovena del Consejo | Carta, 19.3.2021 |
Fundamento jurídico | Artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea |
Decisión de la Mesa | 23.3.2021 |
Sección competente | Empleo, Asuntos Sociales y Ciudadanía |
Aprobado en la sección | 21.6.2021 |
Aprobado en el pleno | 8.7.2021 |
Pleno n.o | 562 |
Resultado de la votación (a favor/en contra/abstenciones) | 233/3/5 |
1. Conclusiones y recomendaciones
1.1. El CESE
valora positivamente que se haga mayor hincapié en la educación de personas
adultas, la formación y el desarrollo de capacidades, algo que la Comisión
Europea reitera en diversas iniciativas recientes, en particular, en la Agenda
de Capacidades Europea. El CESE solicita que se diseñen y apliquen de inmediato
medidas políticas bien orientadas y acompañadas de incentivos para apoyar a los
Estados miembros, como ya señaló en su Dictamen sobre el tema «Sistemas
educativos de apoyo para evitar la inadecuación de las capacidades — ¿qué tipo de transición se necesita?» (1).
1.2. El CESE
considera que la rápida invención y difusión de nuevas tecnologías debe ir
acompañada de medidas eficaces de mejora de las capacidades y reciclaje
profesional. El CESE subraya que el impacto de la crisis de la COVID-19 en la
sociedad y la economía europeas ha puesto aún más de relieve la importancia que
revisten unas políticas eficaces en materia de educación y formación, así como
un empleo de alta calidad, para apoyar una recuperación y una resiliencia
sostenibles y justas en el plano económico y social, lo cual resulta esencial
para ayudar a Europa a superar las consecuencias de la pandemia. La inversión
en la educación de personas adultas y el desarrollo de capacidades puede
desempeñar un papel fundamental en la recuperación económica y la realización
de una Europa social.
1.3. El CESE
recomienda que la Comisión Europea y los Estados miembros refuercen las
políticas de educación de personas adultas mediante la adopción de un enfoque
integral y dotándolas de una mayor accesibilidad, calidad e inclusividad, al
mismo tiempo que se respetan las competencias nacionales y el principio de
subsidiariedad. El CESE pide que las políticas de educación de personas adultas
se mejoren en sentido amplio, tomando en consideración estrategias eficaces que
permitan satisfacer los nuevos requisitos de capacidades adaptados a las
necesidades locales. El CESE destaca la importancia de mejorar la pedagogía y
la andragogía ofreciendo a los educadores de personas adultas una educación
inicial de calidad, desarrollo profesional continuo y unas condiciones de
trabajo mejores y más justas, así como un entorno de trabajo más favorable.
1.4. El CESE
hace hincapié en que este tipo de educación es esencial para ayudar a las
personas adultas a mejorar y adquirir capacidades cívicas y participar de
manera activa en la sociedad. El aprendizaje permanente debería convertirse en
un estilo de vida para todas las personas a fin de superar las disparidades y
desigualdades sociales, y en una realidad en el lugar de trabajo. A este
respecto, el uso de las «capacidades» es de suma importancia en el sentido y la
concepción más amplios del término respecto del lugar de trabajo, entendiendo
la vida social y personal como una percepción global del proceso de desarrollo
de capacidades.
1.5. El CESE
insiste en la importancia de la educación de personas adultas y lamenta que las
instituciones de la UE y varios Estados miembros no la consideren una prioridad
política a pesar de tratarse de un sector esencial para aprovechar plenamente
el potencial del empleo y la inclusión social, y permitir que las personas
adultas participen activamente en el mercado laboral y en la vida democrática.
El CESE recomienda que los Estados miembros refuercen la política, la
gobernanza y la financiación de la educación de personas adultas con arreglo a
los principios de los cuatro pilares de la educación de la UNESCO (2): aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a
ser y aprender a vivir juntos. A fin de alcanzar el ODS 4, es necesario prestar
un apoyo efectivo a la sociedad civil para construir una asociación basada en
la oferta de educación de personas adultas en contextos informales y no
formales, y garantizar una sensibilización eficaz de la ciudadanía.
1.6. El CESE
propone que la Comisión Europea y los Estados miembros fijen objetivos a largo
plazo realizables y establezcan un sistema de seguimiento permanente de la
participación en la educación de personas adultas y el aprendizaje permanente
de alta calidad y accesible, incluida la formación del personal, para cada
Estado miembro, tomando en consideración las diferencias regionales. Este
sistema debería tener por objeto garantizar que todas las personas cuentan con
los conocimientos, capacidades, competencias y actitud necesarios para que
Europa establezca una sociedad justa, cohesionada, sostenible, digital y próspera. También es importante mejorar la
investigación y la información estratégica sobre las capacidades a escala
sectorial y nacional en lo que respecta a las necesidades y previsiones en
materia de capacidades para actualizar la educación de las personas adultas que
se enfrentan a transiciones, mejorar los datos sobre la inversión de los
Estados miembros en educación de personas adultas y garantizar una supervisión
y una recogida de datos periódicas sobre los cursos de aprendizaje y formación
realizados por el personal. Los interlocutores sociales y la sociedad civil
deberían participar activamente en la mejora de la información estratégica
sobre las capacidades a escala nacional, en particular, analizando, previendo y
anticipando las necesidades en la materia.
1.7. Los
Estados miembros deben avanzar en la aplicación de la Recomendación del
Consejo, de 19 de diciembre de 2016,
relativa a Itinerarios de mejora de las capacidades: Nuevas oportunidades para
adultos (3), a fin de velar por que las personas adultas con
escasas capacidades y cualificaciones desarrollen sus capacidades básicas y
cuenten con la orientación y la motivación necesarias para participar en
actividades de formación que contribuyan a mejorar su vida y empleabilidad. A
fin de garantizar que el 80 % de las personas
adultas posea competencias digitales básicas, el
CESE hace un llamamiento a la Comisión Europea y los Estados miembros para que
ayuden a las personas adultas a adquirir de manera gratuita un nivel mínimo de
capacidades digitales básicas y dotarlas así de
competencias necesarias para el trabajo y la vida cotidiana.
1.8. El CESE
señala que todas las personas adultas, cualesquiera que sean sus
cualificaciones y su contexto socioeconómico, necesitan apoyo para acceder a un
aprendizaje permanente inclusivo y de calidad, así como para validar sus
capacidades y competencias. Los servicios públicos de empleo deberían no solo
aumentar y facilitar el acceso a una orientación y un asesoramiento justos y
gratuitos, sino garantizar que todas las personas adultas reciben información
sobre las posibilidades de aprendizaje permanente y que los trabajadores,
hombres y mujeres, son conscientes de cómo cambiará el empleo y qué capacidades
se requerirán para los puestos de trabajo y tareas nuevos.
1.9. El CESE
pide a la Comisión Europea y a los Estados miembros que colaboren con los
interlocutores sociales para poner en marcha campañas de información y
sensibilización destinadas a las personas adultas y los trabajadores, hombres y
mujeres, afectados por la transición ecológica y digital,
a fin de ayudarlos a adquirir las capacidades necesarias. La Comisión Europea
debería organizar actos anuales, siguiendo el ejemplo de la Semana de las
Capacidades en EFP, para informar y motivar a la ciudadanía sobre la educación
de personas adultas y el aprendizaje complementario, así como para contribuir a
las políticas nacionales.
1.10. El
CESE subraya la importancia del principio de subsidiariedad respecto de las
políticas de educación de personas adultas para que se respete el papel de los
interlocutores sociales nacionales y sectoriales en la determinación de los
requisitos de capacidades y la gestión de sistemas nacionales de financiación y
garantía del acceso a la educación de personas adultas y la formación del
personal. El CESE considera que la aplicación del pilar europeo de derechos
sociales debería garantizar el derecho y la capacidad de todas las empresas
para establecer estrategias en materia de capacidades para sus necesidades de
innovación y respaldar una transición justa para la mano de obra y una
formación de aprendices de calidad para las personas jóvenes y adultas en el contexto
de la transición ecológica y digital. Las
orientaciones del Consejo para las políticas de empleo de los Estados miembros (4) (2020) hacen
una clara distinción entre garantizar los derechos a la formación y
proporcionar cuentas individuales de aprendizaje como una de las posibles
herramientas, permitiendo que cada país decida cómo garantizar tales derechos.
Las cuentas individuales de aprendizaje son instrumentos que podrían garantizar
el derecho a la formación. Todas las personas adultas y los trabajadores,
hombres y mujeres, deben tener derecho —de
acuerdo con los convenios colectivos y la legislación nacional— a acceder a una
formación de la mano de obra de calidad, a permisos educativos remunerados, a
cualificaciones, a la validación del aprendizaje informal y no formal, y a una
orientación y un asesoramiento flexibles y con garantía de calidad. Los Estados
miembros de la UE tienen que establecer mecanismos e instrumentos financieros
para facilitar el acceso de las personas adultas —en
particular, el de la mano de obra— a la educación y la formación, con la
participación de los interlocutores sociales.
1.11. El
CESE recuerda a los Estados miembros que deben garantizar que todas las
personas adultas, especialmente aquellas con un origen socioeconómico
desfavorecido, pueden acceder en igualdad de condiciones a un aprendizaje
permanente que redunde en beneficio de su desarrollo personal o profesional. Se
ha de prestar una asistencia específica a las personas que ni estudian, ni
trabajan, ni reciben formación (nini), los migrantes y refugiados, hombres y
mujeres, y los grupos desfavorecidos y vulnerables, así como a las personas de
edad avanzada, a fin de velar por un envejecimiento activo y saludable. El CESE
pide a la Comisión Europea que garantice, por un lado, que la nueva Estrategia
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la UE se centre también en
la educación de aprendientes de todas las edades y en procurar que la educación
de personas adultas sea accesible y gratuita para todos los aprendientes con
discapacidad y dificultades de aprendizaje en entornos físicamente accesibles
y, por otro, que se imparta formación al profesorado sobre cómo adaptar sus
clases y hacer que el aprendizaje en línea también sea accesible.
1.12. El
CESE subraya que la gobernanza democrática —al
igual que un diálogo social efectivo y una consulta significativa a las
organizaciones de la sociedad civil— es un aspecto fundamental de los sistemas
de educación y formación para apoyar el desarrollo de las capacidades de todas
las personas adultas, en particular los trabajadores, hombres y mujeres, y las
personas desempleadas, procurando alcanzar al mismo tiempo los objetivos de la
UE sobre participación en la educación de personas adultas establecidos en el
Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales, la Recomendación del
Consejo sobre la EFP y la Declaración de Osnabrück, y para contribuir a la
futura Resolución del Consejo sobre una agenda para la educación de personas
adultas. El CESE señala que el diálogo social y la interacción entre las
organizaciones sindicales y patronales son factores decisivos para mejorar el
acceso de toda la ciudadanía a la educación de personas adultas, promover la
flexibilidad y la orientación, adaptar la formación a las necesidades del
mercado laboral, garantizar la calidad de la formación y financiar la
formación.
1.13. El
CESE hace hincapié en que todas las personas adultas, especialmente los
trabajadores, hombres y mujeres, deben tener un mejor acceso a información
actualizada sobre los procedimientos de reconocimiento y validación. Esto puede
lograrse aplicando efectivamente la Recomendación del Consejo, de 20 de diciembre de 2012, sobre la validación del aprendizaje no formal e
informal (5) y velando por
que los sistemas de validación reciban una financiación pública suficiente en
cada uno de los Estados miembros de la UE. Al garantizar el reconocimiento de
la formación, las organizaciones patronales y sindicales pueden apoyar la mejora
de los niveles de cualificación de la mano de obra y contribuir no solo al
desarrollo de sus carreras profesionales, sino a una transición justa en el
mercado laboral. Se considera esencial la participación de los interlocutores
sociales —también mediante la promoción de
acciones conjuntas entre estos últimos— en la gobernanza de los sistemas de
educación de personas adultas, de formación en el empleo y de concesión de
permisos educativos remunerados.
1.14. El
CESE hace hincapié en que la mejora de las capacidades y el reciclaje
profesional son de suma importancia a la hora de apoyar la transición ecológica
y digital de la actividad industrial, por lo que
deben considerarse una responsabilidad social y económica para garantizar una
formación inclusiva con vistas a unos puestos de trabajo de calidad y una
transición justa para todas las personas. Es necesario elaborar estrategias
industriales con visión de futuro, en particular, políticas eficaces en materia
de capacidades, para apoyar la mejora de las capacidades y el reciclaje
profesional de la mano de obra. Esto puede ayudar a garantizar una transición
justa y socialmente equitativa hacia una economía climáticamente neutra,
estableciendo un equilibrio en el mercado laboral que contribuya a una digitalización inclusiva y a puestos de trabajo de
alta calidad. Las empresas necesitan un apoyo eficaz para reforzar y financiar
sus estrategias de mejora de las capacidades y reciclaje profesional de su
personal a fin de promover la innovación. Al mismo tiempo, debe respetarse el
interés económico y social general. Los convenios colectivos deberían
determinar el acceso a distintos tipos de permisos educativos remunerados, que
respondan a las necesidades personales y profesionales de los trabajadores,
hombres y mujeres. El CESE recuerda a los Estados miembros de la UE que deben
adaptar lo antes posible el acceso de los trabajadores y trabajadoras a
permisos educativos remunerados al Convenio n.o 140 de la OIT sobre la licencia pagada de estudios a
través de medidas y convenios colectivos de carácter nacional, y que velen, con
el apoyo de los interlocutores sociales, por un uso eficaz de estos permisos.
1.15. El
CESE aboga por una financiación nacional sostenible de la educación de personas
adultas, acompañada de un uso eficaz de los fondos de la UE, en particular, el
Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), a fin de apuntalar el
crecimiento económico y una sociedad resiliente en el contexto de las
transiciones digital y ecológica de la economía,
garantizando una educación de personas adultas inclusiva y de calidad para toda
la ciudadanía, incluidas las personas desempleadas y otros ciudadanos y
ciudadanas que se encuentran fuera del mercado laboral, y velando en especial
por que la formación esté disponible y sea accesible para toda la mano de obra.
A este respecto, es necesario un compromiso claro a escala europea y nacional
para destinar una proporción adecuada de los recursos disponibles a promover el
desarrollo de sistemas de educación de personas adultas sistemáticos y
coordinados, como un componente esencial de los planes nacionales.
1.16. El
CESE destaca la importancia de garantizar la calidad, la pertinencia, la
eficacia y la inclusividad de la educación y la formación de personas adultas.
Propone que se inste a los Estados miembros a velar por que todos los programas
y planes de estudios de aprendizaje educativo y formación de los trabajadores
definan claramente los resultados del aprendizaje y las competencias clave;
considera, asimismo, que la Comisión Europea debería seguir trabajando en la
aplicación de la Recomendación del Consejo, de 22 de mayo de 2018, relativa
a las competencias clave para el aprendizaje permanente
(6) y en el apoyo a
las acciones conjuntas entre los interlocutores sociales. Es importante mejorar
los sistemas de garantía de calidad de la educación de personas adultas y
seguir desarrollando la red EQAVET de la Comisión Europea para aplicarla a la
educación de personas adultas, la EFP continua, la formación de aprendices y la
formación de los trabajadores. A este respecto, debería tenerse en cuenta la
integración de las necesidades de la economía, el empresariado y los
trabajadores en los programas y planes de estudios de la educación de personas
adultas.
1.17. El
CESE insta a los Estados miembros a que permitan a las empresas y los
sindicatos participar, en la mayor medida posible, en la elaboración de
estrategias de desarrollo de capacidades con vistas a las transiciones digital y ecológica de la actividad industrial. El
CESE propone establecer un vínculo entre las políticas medioambientales y las
educativas, e instaurar estrategias ecológicas nacionales sobre capacidades y
competencias, con el fin de sensibilizar a todas las personas adultas acerca
del cambio climático, la responsabilidad medioambiental y el desarrollo
sostenible en el marco del aprendizaje permanente mediante el nombramiento de
coordinadores nacionales.
1.18. El
CESE hace un llamamiento a la Comisión Europea y los Estados miembros para que
refuercen las políticas de educación de personas adultas, a fin de lograr que
este tipo de educación inclusiva y de calidad relativa a las capacidades para
la vida se convierta en un derecho para todas las personas adultas, y para
cumplir y elevar el objetivo del 60 % de
participación en la educación de personas adultas cada año, abordando la
inadecuación de las capacidades y mejorando la gobernanza y financiación de
este tipo de educación, incluida la formación de la mano de obra. El CESE pide
a la Comisión Europea que restablezca métodos abiertos de coordinación entre
los ministerios responsables de la educación de personas adultas en los Estados
miembros de la UE, los interlocutores sociales y la sociedad civil en el marco
de un grupo de trabajo y que vele por que se prosiga con la fructífera labor
realizada por los anteriores grupos de trabajo sobre este tipo de educación. El
CESE pide, asimismo, que se cree una plataforma para los coordinadores
nacionales de educación de personas adultas, los interlocutores sociales y las
partes interesadas, que sea distinta de la EPALE (7), y que todos estos agentes se reúnan en red
periódicamente.
2. Antecedentes
2.1. La
crisis de la COVID-19, los cambios demográficos, la digitalización
del mercado laboral y la descarbonización de la economía están provocando una
gran transformación de los puestos de trabajos y las tareas. Incluso antes de
la pandemia, se preveía que en dos de cada cinco puestos de trabajo cambiarían
algunas tareas y que el 14 % de los empleos
experimentaría algún cambio debido a la digitalización
(Cedefop). De aquí a 2030, se podrían crear hasta 20 millones
de puestos de trabajo en todo el mundo gracias a la transición ecológica de la
actividad industrial (OCDE). Unos 128 millones
de personas adultas (8) —el 46,1 % de la población adulta europea— requiere una mejora
de las capacidades y un reciclaje profesional. El efecto de la digitalización, la robotización, los nuevos modelos
económicos como la Industria 4.0 y la economía circular y colaborativa en los
nuevos requisitos en materia de capacidades exige una acción concertada para
impulsar en mayor medida la educación de personas adultas en Europa.
2.2. El 7 de mayo de 2021, los dirigentes de los Estados miembros de la UE
se reunieron en la Cumbre Social de Oporto para reforzar el pilar europeo de
derechos sociales. Las medidas propuestas en el Plan de Acción del Pilar
Europeo de Derechos Sociales tienen por objeto crear «más y mejores puestos de
trabajo», promover «las cualificaciones y la igualdad» y mejorar «la protección
y la inclusión sociales». Además, se fijaron metas para 2030, por ejemplo, al
menos el 60 % de las personas adultas debería
participar cada año en la educación de personas adultas y el 80 % de las personas adultas debería contar, como
mínimo, con capacidades digitales básicas. Estos
objetivos guardan relación con el primer principio del pilar europeo de
derechos sociales, que establece que «toda persona tiene derecho a una
educación, formación y aprendizaje permanente inclusivos y de calidad, a fin de
mantener y adquirir capacidades que le permitan participar plenamente en la
sociedad y gestionar con éxito las transiciones en el mercado laboral», y
también con los derechos mencionados en el cuarto principio, entre ellos, el
derecho a recibir ayuda para la formación y el reciclaje y, en particular, el
derecho de la juventud a la educación continua, la formación de aprendices y
los períodos de prácticas.
2.3. La
reciente aplicación de iniciativas políticas (9) de la Comisión
Europea relativas al aprendizaje permanente, la mejora de las capacidades y el
reciclaje profesional tienen que ayudar a cumplir los objetivos del pilar
europeo de derechos sociales para la educación de personas adultas a través de
un diálogo social efectivo con los interlocutores sociales y la consulta a la
sociedad civil. De acuerdo con la Recomendación (UE) 2021/402 de la Comisión (10), de 4 de marzo de 2021, sobre
un apoyo activo eficaz para el empleo tras la crisis de la COVID-19 (EASE), los
sistemas de educación de personas adultas deben completarse mediante la
creación de sistemas eficaces de orientación permanente y actividades de
asesoramiento y sensibilización, la integración de los grupos vulnerables y la
introducción de sistemas eficaces de validación del aprendizaje no formal e
informal para toda la ciudadanía.
3. Observaciones generales
3.1. El
refuerzo de la gobernanza democrática a escala europea y nacional, y el
aprovechamiento del potencial de los interlocutores sociales para determinar
las necesidades en materia de capacidades y contribuir a una mayor inclusividad
del mercado laboral, se consideran esenciales para diseñar y aplicar sistemas
de educación de personas adultas más accesibles y de calidad, a fin de mejorar
las capacidades para la vida y las competencias sociales de toda la ciudadanía
y, en particular, para sensibilizar sobre el desarrollo sostenible, la
responsabilidad medioambiental, la ciudadanía democrática, la tolerancia y los
valores europeos. Es importante reforzar las políticas de educación de personas
adultas en sentido amplio y tomar en consideración estrategias eficaces que
permitan satisfacer los nuevos requisitos de capacidades.
3.2. El
diálogo social efectivo con los interlocutores sociales y la consulta a la
sociedad civil son fundamentales para garantizar que las políticas de educación
de personas adultas se diseñen y apliquen con éxito. Los interlocutores
sociales desempeñan un papel esencial en la definición de las necesidades en
materia de capacidades y la actualización de los perfiles de cualificación,
puesto que las empresas y los trabajadores están sujetos a la evolución de los
puestos de trabajo y las tareas en su día a día. Las empresas y los
trabajadores, hombres y mujeres, deben participar plenamente en la elaboración
de estrategias de desarrollo de capacidades para las transiciones digital y ecológica de la actividad industrial.
3.3. Un
mayor acceso de toda la ciudadanía a los sistemas de educación de personas
adultas pasa por unas estrategias nacionales sólidas y una mayor cooperación
política entre los Estados miembros de la UE, en particular, entre los
ministerios, los interlocutores sociales del sector educativo y las partes
interesadas pertinentes de la sociedad civil. Es importante establecer un
vínculo entre las políticas de la UE, nacionales, regionales y locales, a fin
de garantizar un acceso efectivo a la educación de personas adultas y la
formación de la mano de obra, y asociar los diversos ámbitos políticos para que
las políticas sociales, medioambientales, de digitalización
y financieras puedan mejorar la educación de personas adultas.
3.4. El
ambicioso objetivo de participación en materia de educación de personas adultas
fijado en el Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales puede
alcanzarse si una iniciativa de la UE, avalada por una Recomendación del
Consejo, anima a los gobiernos a garantizar un mejor acceso y una financiación
suficiente para la educación de personas adultas y la formación de la mano de
obra a través de diversos instrumentos financieros. El CESE se remite a su
Dictamen sobre el tema «Financiación sostenible para el aprendizaje permanente
y el desarrollo de capacidades, en un contexto de escasez de mano de obra
cualificada» (11) y subraya que
una inversión pública sostenible en educación de personas adultas y una
inversión privada eficaz en formación de la mano de obra son requisitos previos
para el éxito de las medidas políticas dirigidas a impulsar la inclusión social
y económica de aprendientes de todas las edades y a prestar apoyo a las
empresas. Por lo tanto, el Plan de Recuperación para Europa, el instrumento
NextGenerationEU y otros fondos de la UE (como el fondo FSE+ y el Fondo de
Transición Justa) deben utilizarse de modo eficiente y coherente para apoyar
las políticas de educación y formación en el contexto del Semestre Europeo.
3.5. El CESE
destaca (12) la importancia
de mejorar las capacidades, las competencias y las actitudes de todas las
personas en Europa en relación con el medio ambiente, y de abordar la cuestión
de las necesidades de capacidades. Los Estados miembros de la UE deben
establecer un vínculo entre las políticas medioambientales y las educativas e
instaurar estrategias nacionales sobre capacidades y competencias ecológicas
para sensibilizar a todas las personas adultas acerca del cambio climático, la
responsabilidad medioambiental y el desarrollo sostenible en el marco del
aprendizaje permanente y para garantizar que los trabajadores, hombres y mujeres,
también están dotados de las capacidades y las competencias ecológicas
necesarias para la transición justa de las actividades industriales.
3.6. Es
necesario ofrecer apoyo en formación a las personas que más lo necesitan, como
la mano de obra poco cualificada y atípica. La formación en el empleo y la
formación fuera de las empresas, pero financiada por estas, tienen que apoyar
el desarrollo de las capacidades para dar respuesta a las necesidades de las
empresas y la mano de obra. Es necesario celebrar convenios a nivel sectorial,
nacional y empresarial para determinar las necesidades y disposiciones en
materia de formación, a fin de velar por que todos los trabajadores, hombres y
mujeres, cualesquiera que sean su nivel de capacidades y situación contractual,
tengan acceso a la mejora de sus capacidades y al reciclaje profesional.
También se requieren convenios colectivos para garantizar que la mano de obra
tenga acceso, mediante diversos incentivos, a la educación de personas adultas
y a permisos educativos remunerados.
3.7. El CESE
se remite a la Resolución del Consejo sobre un plan europeo renovado de
aprendizaje de adultos (13) y hace hincapié
en que los Estados miembros tienen que realizar un mayor esfuerzo por mejorar
la calidad de la enseñanza en el sector de la educación de personas adultas,
mejorando la educación inicial y el desarrollo profesional continuo con la
participación del profesorado, facilitando la movilidad de este último, del
personal de formación y de otros docentes dedicados a la enseñanza de adultos,
y velando por unas condiciones laborales adecuadas y un entorno de trabajo
favorable para quienes trabajan en el sector de la educación de personas
adultas. Es necesario un diálogo social eficaz con los sindicatos a fin de
acordar medidas para que la profesión sea más atractiva y para mejorar la tasa
de contratación y retención de estas personas.
3.8. El
establecimiento de una plataforma de intercambio europea para materiales y
cursos digitales en el marco del Plan de Acción
de Educación Digital 2021-2027 y de normas
europeas en materia de microcredenciales puede resultar útil para mejorar el
acceso a los cursos de educación de personas adultas y la confianza en este
tipo de enseñanza. Los alumnos necesitan información exhaustiva sobre si los
cursos dan lugar a cualificaciones completas o parciales o a microcredenciales,
y para saber quién valida y garantiza la calidad de los cursos, si estos se
reconocen y en qué condiciones pueden convertirse en cualificaciones completas.
Bruselas, 8 de julio de 2021.
La Presidenta del Comité Económico y Social Europeo
Christa SCHWENG
(1) DO C 228 de 5.7.2019, p. 16.
(2) https://es.unesco.org/themes/education/research-foresight/revisiting-learning
(3) DO C 484 de 24.12.2016, p. 1.
(4) Orientaciones para las políticas de empleo.
(5) DO C 398 de 22.12.2012, p. 1.
(6) DO C 189 de 4.6.2018, p. 1, https://ec.europa.eu/education/education-in-the-eu/council-recommendation-on-key-competences-for-lifelong-learning_es
(7) https://epale.ec.europa.eu/es.
(8) Cedefop: Empowering adults through upskilling and reskilling pathways. Volume 1: adult population with potential for upskilling and reskilling, febrero de 2020.
(9) Estas iniciativas son la Comunicación titulada «Agenda de Capacidades Europea para la competitividad sostenible, la equidad social y la resiliencia», la Recomendación del Consejo, de 24 de noviembre de 2020, sobre la educación y formación profesionales (EFP) para la competitividad sostenible, la equidad social y la resiliencia (DO C 417 de 2.12.2020, p. 1), la Comunicación «Apoyo al empleo juvenil: un puente hacia el empleo para la próxima generación», la Propuesta de Recomendación del Consejo «Un puente hacia el empleo: refuerzo de la Garantía Juvenil» y el Plan de Acción de Educación Digital 2021-2027.
(10) Recomendación (UE) 2021/402 de la Comisión, de 4 de marzo de 2021, sobre un apoyo activo eficaz para el empleo tras la crisis de la COVID-19 (EASE) (DO L 80 de 8.3.2021, p. 1).
(11) DO C 232 de 14.7.2020, p. 8.
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