sábado, 29 de diciembre de 2012

Ejecutivos, Redes Sociales e Identidad Digital



El título del artículo, los agentes, el medio y la propuesta resultan bastante optimistas o reductores, quiero pensar en lo primero.  El título no sintetiza  la amplitud que entraña el contenido, ni puede reducirse a la dicotomía agentes: empresarios-clientes, ni mucho menos referirse solo al medio redes sociales ni a la propuesta de tener una “fuerte identidad digital”.

Si los tres primeros conceptos son casi estables, el de identidad digital aún no lo es. Identidad digital conlleva una serie de cambios y adaptaciones técnicas y jurídicas que es difícil hoy establecer su alcance, ni menos asegurar su confiabilidad. La identidad digital,  sin detallar el adjetivo “fuerte”, se emparenta a varias nociones jurídicas conocidas de la persona pero en el ámbito digital, una parte de éste se refiere a las redes sociales. El parentesco de ambas nociones, identidad real e identidad digital, tiene que ver con: la existencia de los agentes: personas físicas y/o jurídicas (de todos aquellos que participan en la relación, incluyendo los proveedores de acceso Internet); los  prenombres y apellidos o denominaciones empresariales, incluyendo pseudos, anónimos y avatares; los domicilios físicos o virtuales, incluyendo sedes; el sexo de la persona; su nacionalidad; sus derechos y obligaciones; la competencia y jurisdicción nacionales. Pero aun se requiere, que “alguien”, entidad pública oficialice o no la identidad digital nacional,  expida los certificados en los cuales se porta ésta, o se recurra a entidades de certificación nacionales o extranjeras reconocidas en el territorio nacional.

Obviamente, si el proyecto del artículo es poner en relación personas físicas o jurídicas nacionales (y/o jurídicas extranjeras?), será necesario en el mundo de los negocios, de verificar la identidad digital ajena y obtener una, confiable, hasta ahora ello es posible pero con términos de referencia personalizados. Claro está que los empresarios pueden - de facto y en el estado actual de cosas - comunicar, acercar, fidelizar a sus clientes a través de las redes sociales, pero el problema es de seguridad, de confidencialidad, de secreto, de saber hacer: están seguros que las personas con las cuales intercambian existen realmente? son identificables cuanto a sus apelativos, domicilios, nacionalidad, o los  derechos y obligaciones serán cumplidos, y que la competencia y jurisdicción serán aplicables en casos de litigio?

Por ahora, creo que somos demasiado optimistas y confiados, y aunque podría ser una alternativa incluir el criterio de riesgo, costo-beneficio, o de Códigos de Buena Conducta para servirse de la tecnología mientras se completan las tareas jurídicas para administrar y controlar mejor la identidad digital, mantengámonos alerta sobre su evolución. No dicen que el dinero es lo mas cobarde frente a la inseguridad…      

"Los ejecutivos peruanos aún no son conscientes de la importancia de tener una fuerte identidad digital"

Fernando García, director de Comunicación Online de Llorente & Cuenca , sostuvo que la presencia online de los líderes empresariales es clave para inspirar a los stakeholders de la compañía. Sin embargo -aseguró-, esta tendencia ya está empezando a cambiar.

La importancia de una comunicación dinámica entre las empresas y sus clientes a través de los medios digitales, como las redes sociales, es innegable. Y es que, la comunicación online en estos tiempos ha permitido acercar y fidelizar a más clientes, logrando una mayor interacción e identificación con la compañía.
Sin embargo, el bajo perfil online de los ejecutivos peruanos impide que se dé una mejor transmisión de los objetivos y valores de la compañía, según Fernando García, director de comunicación online de Llorente & Cuenca.
“Existe una falta de consciencia sobre cuán importante es para el negocio el que un un primer ejecutivo, un CEO o un empresario tenga una fuerte identidad digital con la cual pueda transmitir los objetivos de la empresa e inspirar a sus stakeholders”, sostuvo.
Explicó que estos “miedos” a revelarse en público provienen de épocas pasadas donde era considerado hasta como un ‘peligro’ el tener un perfil público alto. Sin embargo -señaló-, esto ya está empezando a cambiar.
“Ya están empezando a ser consientes de que la presencia en los medios puede ser un factor diferencial y un catalizador de acciones que apoye los resultados de la compañía para que cumpla su plan estratégico”, refirió.
“Además las menciones en las redes sociales sobre los ejecutivos, aun sin tener presencia digital, suelen ser positivas pues la gente los observa “como personas comprometidas, trabajadoras y creativas”, agregó.

martes, 13 de noviembre de 2012

Marcas e Identidad Virtual




El tema de la propiedad - y la marca es una forma de propiedad intelectual protegible jurídicamente bajo la forma de derecho de propiedad industrial - expresa tanto el derecho moral como el patrimonial, es decir, el reconocimiento, identitario, psicológico, moral, como económico del creador y de los empresarios. Es más, el concepto de enajenación, alienación,  desposesión de la creación, es antes un concepto económico que médico, psicológico, o jurídico.  El tema de marcas tiende a ser más complejo a futuro, pues ya no toma en cuenta solo la referencia a los elementos reales/psicológicos que identifican los signos perceptibles y distintivos de la marca del producto o servicios, sino que las marcas responden TAMBIEN a una identidad virtual, referida a personas físicas o jurídicas reales o  no, que explotan o no, los atributos inherentes a esas personas pero en el ámbito virtual: nombres, pseudos, nombres de dominio, domicilios virtuales, direcciones de sitios webs, de correos electrónicos de determinados países o nacionalidades, imagen, enlaces primarios o profundos. Basta ver la importancia de los nombres de dominio que fueron capaces de sustituir nombres de personas y de marcas, en los últimos anos. El reto futuro es saber, cuál es la percepción del consumidor o usuario de las marcas en el ámbito virtual?


Dónde habita una marca

Uno de los fenómenos donde el marketing se cruza con la psicología y que me origina mucho interés es la marca como una realidad. Creo que para reflexionar sobre este punto es necesario hacer una primera distinción entre marca y producto (o servicio) y así poder identificar mejor qué es una marca y sus características.
En el caso de los productos y servicios se hace referencia a la realidad más tangible o funcional de esos bienes. Es decir características objetivas y medibles como el precio, su tamaño, el color y textura, el tiempo que duran, sus sabores, la forma en que deben ser consumidos, el lugar donde se venden, el modo en que funcionan y cómo deben ser utilizados para que funcionen correctamente.
A eso me refiero con el producto. La presentación llana del bien o servicio que satisface una necesidad y tiene una serie de características objetivas basadas en la forma en que este ha sido desarrollado así como el modo en que se comercializa. Desde esa perspectiva el producto permanece y vive en las góndolas de los supermercados o los exhibidores de las tiendas, como también en los almacenes dentro de cajas para luego reponer aquellos que alguien a comprado. El producto es una mercancía inerte independiente del consumidor.
Por otro lado ese mismo producto tiene una dimensión distinta, la cual se produce y mantiene una dinámica diferente cuando se vincula con un consumidor. En este plano deja de ser una mera mercancía y pasa a convertirse en una realidad adherida de adjetivos, percepciones, creencias y actitudes que se sostienen en su vinculación con el consumidor.
Desde esta perspectiva el producto ya no es un bien que vive expuesto en el punto de venta, sino una marca que habita en la mente de un sujeto o un colectivo de individuos. Ha pasado de convertirse en mercancía a ser una construcción mental hacia la cual se vinculan una constelación de ideas, recuerdos, experiencias, expectativas, percepciones, deseos y necesidades por cubrir y creencias.
Esta construcción mental compuesta por diversos elementos se origina a partir de diferentes fuentes o puntos de contacto entre la marca y el sujeto. La publicidad y otros esfuerzos de marketing -como el precio, ofertas o los lugares de venta- participan en la conformación, pero es quizá la propia experiencia de compra y uso del producto la que tenga más influencia en la constitución de la marca.
La literatura se encuentra bastante de acuerdo en denominar todo este conjunto de percepciones que constituyen la marca como la actitud general hacia ella. Así la actitud se comprende como el resumen de un sistema más complejo y dinámico de ideas, creencias, pensamientos emociones y demás vinculaciones entre el consumidor y una marca determinada.
De esta forma es posible afirmar que la marca vive en la mente del consumidor, pues en definitiva es una construcción de naturaleza psicológica, y quizá más en particular en su memoria de largo plazo, donde la información de sus creencias y experiencias es almacenada.


jueves, 8 de noviembre de 2012

Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública 2




La exigencia de transparencia fue consagrada ya en el artículo 15° de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789: "La sociedad  tiene el derecho de exigir cuentas a todo agente público de su administración”. El acceso a la información y a los documentos administrativos siempre ha sido complejo, marcado por el secreto, la confidencialidad, poco a poco ha permitido a la administración pública como a aquellas organizaciones privadas que realizan un servicio público sean transparentes en su accionar. En diversos países, España, Francia, se han creado Comisiones Autónomas de Acceso a los Documentos Administrativos e inclusive de Reutilización de la Información y Datos Públicos. Paulatinamente se ha incorporado normas relacionadas con la protección de los datos personales contenidos en la administración pública, la consecuente anonimización, como la gestión de ficheros y archivos. Finalmente, la transparencia de la información pública, atenúa, limita la corrupción,  permite evaluar mejor las acciones públicas y sobre todo, reforzar el control ciudadano, directamente, o a través de la prensa, la defensoría. 


Piden crear autoridad para acceso a la información


http://www.larepublica.pe/08-11-2012/piden-crear-autoridad-para-acceso-la-informacion

En el marco de la V Conferencia Nacional de Acceso a la Información Pública, promovida por el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y la Defensoría del Pueblo, esta última institución presentó un anteproyecto de ley que propone crear una Autoridad Nacional en materia de transparencia y acceso a la información pública, la misma que tendría poder de fiscalización y aplicación de sanciones.
El defensor del Pueblo, Eduardo Vega Luna, señaló que esta propuesta legislativa responde a la constatación de incumplimiento de plazos en la entrega de información, cobros arbitrarios y negativa para entregar información.
Refirió que estos datos han sido recabados de las 5.600 quejas que ha recibido la Defensoría del Pueblo entre el 2008 y el 2011. El incumplimiento de la ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública es tal que solo 3 de cada 10 entidades públicas cumplen con reportar a la PCM los pedidos de información pública que reciben, precisó.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Transparencia y Acceso a la Informacion Publica

Acertada la idea, antes habria que definir si el Estado peruano esta preparado para ello. Hemos visto surgir el carácter de control administrativo y mercantilización de datos personales que se ha arrogado el MINJUS con la Ley 29733, elevándose como un supra poder desde el Ejecutivo, cuando el RENIEC tiene mejores ventajas comparativas y es un organismo autónomo. Quién garantiza que no ocurrirá lo mismo con esta Autoridad? Definamos pronto que tipo de Proyecto social transpartidario queremos alcanzar en el Peru. Y veamos como esta Autoridad puede ser una oportunidad para impulsar la defensa de los datos personales de los ciudadanos, la transparencia, acceso a la informacion  y la reutilizacion de los datos publicos.

Defensoría del Pueblo plante crear una Autoridad Nacional en Transparencia y Acceso a Información Pública

Defensor del Pueblo, Eduardo Vega.
Defensor del Pueblo, Eduardo Vega.

http://www.larepublica.pe/07-11-2012/defensoria-del-pueblo-plante-crear-una-autoridad-nacional-en-transparencia-y-acceso-informacion-publ

“Significa crear un mecanismo eficiente que fortalece el sistema democrático y que beneficia directamente a la ciudadanía, facilitando el ejercicio efectivo de sus derechos”, manifestó Eduardo Vega.
Con ocasión de la V Conferencia Nacional de Acceso a la Información Pública, el defensor del Pueblo, Eduardo Vega, presentó hoy miércoles un Anteproyecto de Ley que propone la creación de una Autoridad Nacional en materia de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
“La ley de transparencia, publicada hace 10 años, significó un avance sustantivo en la superación de la cultura del secreto. No obstante ello, para superar los problemas advertidos en su aplicación se requiere fortalecer sus mecanismos de garantía”, indicó.
La propuesta, que contó con el apoyo del Banco Mundial, advierte que los problemas que dan origen a los incumplimientos de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública no están siendo solucionados.
Vega señaló, a modo de ejemplo, que, en los últimos cuatro años, la Defensoría del Pueblo ha recibido alrededor de 5 mil 600 quejas de la población, en las cuales se verificó el incumplimiento del plazo de entrega, el establecimiento de cobros arbitrarios, la negación injustificada al acceso a la información pública, entre otros.
De la misma manera precisó que, en los últimos tres años, el promedio de cumplimiento de la obligación de difundir información pública a través de los portales de transparencia, ha fluctuado entre el 60% y el 80% en el caso de los gobiernos regionales; mientras que en las municipalidades provinciales, ha variado apenas entre el 40% y el 60%.
En tal sentido, el Defensor del Pueblo recalcó que esta situación perjudica seriamente el pleno ejercicio de los derechos fundamentales de las personas y afirmó que una Autoridad Nacional Autónoma, con recursos, atribuciones suficientes y estrategias definidas, hará frente a los problemas señalados.
Sostuvo que sus principales facultades serían el establecimiento de criterios vinculantes, la resolución de controversias a nivel administrativo y la fiscalización del cumplimiento de las normas de transparencia y acceso a la información pública.
Además de la difusión de estas, así como sus mecanismos de protección entre la población y la capacitación continua y especializada de los funcionarios públicos.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Automatización, empleo y formación

 

Dos inquietudes: primero, creo que no puede generalizarse los promedios de ahorros de los costos operativos por cada empresa, ellos dependen de su estructura,  por cada rama productiva de bienes y servicios, del tamaño de la empresa, de su localización. En todo caso, sería interesante verificar la muestra utilizada.  Segundo, la automatización, por definición, desespecializa, recrea rutinas humanas que permiten substituir procesos cognitivos o manuales repetitivos, tediosos, peligrosos,  ergo, desemplea, pero que puede regenerar empleos si se acompaña de formación ex ante o ex post a los procesos de automatización. El desafío se encuentra allí, porque a fuerza de reducir empleos, la talla del mercado de los que producen, se reduce. A menos que la empresa ocupe posiciones dominantes, …

Automatizar procesos en una empresa puede ahorrar hasta un 50% en costos operativos

Miércoles, 31 de octubre del 2012
Este tipo de tecnología permite “tomar control sobre lo que está pasando” en cualquier organización y reduce los tiempos de ejecución de tareas específicas en un 80%, aseguró Miguel Hernández, gerente de desarrollo de negocio de Datco Perú.

Un banco peruano rediseñó, ya hace algunos años, su proceso de evaluación crediticia. Comenzó con productos como tarjetas de crédito y créditos de consumo , hasta llegar a los créditos hipotecarios . Como resultado, el proceso de entrega de estos productos pasó de durar una semana a solo quince minutos.
¿Qué sucedió? Miguel Hernández, gerente de desarrollo de negocio de Datco Perú, explicó que este cambio en el ritmo de trabajo se debió a la automatización de procesos. “Cuando haces esto, tomas control de la gestión en la empresa y, a la vez, te vuelves más eficiente y maximizas la productividad”, agregó.
“La teoría y la experiencia que tenemos nos dice que la reducción de costos es entre 30% y 50% cuando automatizas procesos. En términos de tiempo, estamos hablando —en muchos casos— de un 80% de reducción”, aseguró Hernández.
Esta última cifra va a depender de cómo se esté llevando hasta el momento el flujo de trabajo: si el proceso ya está marchando bien y solo falta automatizarlo, el ahorro de tiempo será menor, pero el beneficio en productividad aumentará.
Sin despidos
Uno de los mitos que acompañan la automatización de procesos es el recorte de personal, comentó el ejecutivo. En el caso del banco con el que Datco trabajó, lo que se dio fue una reorientación del trabajo de los empleados.
“Antes de tener el proceso automatizado, tenías unos 100 digitadores. De ese número, luego quedaron unos 40, mientras que los otros 60 fueron reubicados en otras áreas de la empresa, sin generar despidos”, detalló.
“Todas las empresas tienen procesos críticos para el negocio o administrativos —dijo Hernández— por lo que esto funciona en todos los sectores”. Hasta el momento, el sistema financiero ha sido el más exitoso en el rediseño de su flujo de trabajo a través de esta tecnología. Mientras menos se animen a dar este salto, “estamos perdiendo una oportunidad con respecto a otras empresas en la región”, advirtió.

domingo, 21 de octubre de 2012

Identidad Perdida o Pérdida de Identidad?



Fernando Henrique Cardozo, decía en la “Revue du Tiers Monde”, hace una veintena de años, que las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, TICs estaban cambiando, sustancialmente, las formas de organización y de producción de la sociedad. Hoy, los medios de tratamiento de la información y de las comunicaciones (ordenadores,  teléfonos, Internet,…) y sus nuevas materias primas: principalmente, datos personales y contenidos de vocación mercantil, refuerzan la insurgencia de una nueva sociedad de la información. Su flanco negativo, es que en ella se amenaza o vulnera – urbi, orbi y por un buen tiempo - los atributos de la personalidad del ser humano: existencia, nombre, sexo, domicilio, nacionalidad, usurpando o modificando su identidad, y/o alienando su patrimonio creativo. Para las comunicar, Internet  se sirve de números IP (Protocolo Internet) reemplazando los identificantes reales por virtuales: anónimos, pseudónimos o avatares; o domicilios, sexos o nacionalidades virtuales.  Así, los procesos de identidad e identificación de la persona humana, como su portabilidad en documentos oficiales o legales de estos rasgos ceden, sin ser necesariamente reemplazados. Además se altera, vía la gobernanza de Internet por auto-regulación o incipiente co-regulación, principios de soberanía y de jurisdicción detentados por el Estado en el ejercicio de la autoridad nacional y de la aplicación del derecho.

Su abogado le aconsejo bien, pero parcialmente. El problema de la identidad personal, no es solo obra de canallas, resentidos, o envidiosos, ni menos de acomplejados, imbéciles o aburridos, ni dirigidos contra la identidad de la persona humana o contra las personas morales o jurídicas, también, se barajan interés empresariales, extranjeros, y en última instancia se atenta contra las antiguas forma social de regulación y respeto de la identidad real. Siempre las regulaciones técnicas, económicas han sido más rápidas que las regulaciones políticas o jurídicas, pero ahora más que nunca, ello nos interpela sobre el tipo de sociedad que se construye, en la cual la identidad de persona deviene un valor mercantil que ni la persona ni las autoridades, técnicas, económicas; políticas o jurídicas nacionales son capaces de proteger eficazmente. El tiempo y la complejidad juegan en contra, y no exclusivamente contra Philip Roth o Mario Vargas Llosa.

La identidad perdida



En The New Yorker del 7 de septiembre de este año hay una “Carta abierta a Wikipedia” del novelista norteamericano Philip Roth que es sumamente instructiva. Cuenta cómo Roth, al descubrir la descripción errónea que hacía Wikipedia de su novela The Human Stain (“La mancha humana”), envió una carta al administrador de esa enciclopedia virtual pidiendo una rectificación. La respuesta que obtuvo fue sorprendente: aunque la entidad reconocía que un autor es “una indiscutible autoridad sobre su propia obra”,  su sola palabra no era suficiente para que Wikipedia admitiera haberse equivocado. Necesitaba, además, “otras fuentes secundarias” que avalaran la corrección.
En su carta abierta, Philip Roth demuestra, con precisiones y datos fehacientes, que su novela no está inspirada, como afirma Wikipedia, en la vida del crítico y ensayista Anatole Broyard, a quien conoció muy de paso y cuya vida privada ignoraba por completo, sino en la de su amigo Melvin Tumin, sociólogo y catedrático de la Universidad de Princeton, que, por haber usado en una clase una palabra considerada despectiva hacia los afroamericanos, se vio envuelto en una verdadera pesadilla de ataques y sanciones que por poco destruyen su vida, pese a sus muchos años dedicados a combatir como intelectual y académico la discriminación y el prejuicio racial en los Estados Unidos. Philip Roth publicó esta carta abierta en The New Yorker para tratar de contrarrestar de algún modo una falsedad respecto a su obra que la multitudinaria Wikipedia ha desparramado ya por el mundo entero.
No es esta la primera vez que el gran novelista norteamericano da esa batalla quijotesca en defensa de la verdad. Hace algunos años, descubrió en The New York Times que le atribuían una afirmación que no recordaba haber hecho. Después de no pocas gestiones y esfuerzos consiguió llegar a la fuente que había utilizado el diario para citarlo: una entrevista en un diario italiano, firmada por Tommaso Debenedetti. Que él no había dado jamás. Gracias a esta investigación, se descubrieron las proezas fraudulentas de Debenedetti, que, desde hacía ya varios años, publicaba –en la prensa de Italia y otros países– reportajes a personas de diversos oficios y funciones inventadas de pies a cabeza (yo merecí el honor de ser una de sus víctimas, y, otra de ellas, nada menos que Benedicto XVI). Demás está decir que las setenta y nueve colaboraciones falsas del personaje no han merecido sanción alguna y la historia de su fraude ha convertido al simpático Tommaso Debenedetti en un verdadero héroe de la civilización del espectáculo.
Ahora quisiera yo meterme en este artículo y contar dos episodios de mi vida reciente que muestran una inquietante vecindad con lo ocurrido a Philip Roth. Estaba en Buenos Aires y una señora, en la calle, me detuvo para felicitarme por mi “Elogio a la mujer”, que acababa de leer en Internet. Pensé que me confundía con otro pero, pocos días después, ya de regreso al Perú, dos personas más me aseguraron que habían leído el texto susodicho y firmado por mí. Finalmente, un alma caritativa o perversa me lo hizo llegar. Era breve, estúpido y de una cursilería rechinante (“La verdadera belleza está en las arrugas de la felicidad”, “Todas las mujeres bellas que he visto son las que andan por la calle con abrigos largos y minifaldas, las que huelen a limpio y sonríen cuando las miran”, y cosas todavía peores). Pregunté a amigos fanáticos de la red si había alguna manera de identificar al falsario que había pergeñado esa excrecencia retórica usando mi nombre y me dijeron que en teoría sí, pero en la práctica no. Porque no hay nada más fácil que borrar las pistas de los fraudes retóricos, inyectando mentiras y embauques de esta índole. Podía intentarlo, desde luego, pero me costaría mucho tiempo y sin duda bastante dinero. Mejor me olvidaba del asunto. Es lo que hice, por supuesto.
Hasta que, uno o dos años después, recibí una llamada de un periodista de La Nación, de Buenos Aires, el diario que publica en Argentina mis artículos. Me preguntaba, sorprendido, si yo era el autor de un texto, firmado con mi nombre, titulado “Sí, lloro por ti Argentina”, que era una diatriba feroz contra los argentinos y que andaba circulando por Internet. En este caso, el texto que me atribuían era infame, pero no estúpido. El falsificador lo había urdido con una astucia cuidadosa, tomando frases que efectivamente yo había usado alguna vez, por ejemplo para criticar la política de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner o la del presidente Hugo Chávez, de Venezuela, y adobándolas con vilezas y vulgaridades pestilenciales de su propia cosecha (“el desquiciado, paria, bestia troglodita de la extinta y queridísima República de Venezuela”, “El peronismo es el partido de los resentidos más aberrantes, llenos de odio, de rencores viscerales, fanáticos, fascistas, enfermos de rabia inexplicable” y lindezas por el estilo).
Consulté a un abogado. Me explicó que el tema de los derechos de autor, del copyright, en el mundo digital es todavía un bosque confuso, objeto de múltiples negociaciones en las que todavía nadie se pone de acuerdo, y que, aunque en principio, mediante una larga y costosa investigación, podría llegar a la fuente de donde había salido originalmente el texto fraudulento, probablemente el esfuerzo sería inútil pues el o los falsificadores habrían tomado las precauciones necesarias para borrar las pistas, lanzando el artículo calumnioso no desde su propia computadora sino usando alguna de las que se alquilan en cualquier cibercafé. ¿No había nada que hacer, entonces?  En realidad, no. O, más bien, sí: tomarlo a la broma y olvidarse.
Y aquí llegamos a la parte más seria y trascendente del asunto, más permanente que lo anecdótico. La revolución tecnológica audiovisual, que ha impulsado las comunicaciones como nunca antes en la historia, y que ha dotado a la sociedad moderna de unos instrumentos que le permiten sortear todos los sistemas de censura, ha tenido también, como perverso e impremeditado efecto, el de poner en manos de la canalla intelectual y política, del resentido, el envidioso, el acomplejado, el imbécil o simplemente el aburrido, un arma que le permite violar y manipular lo que hasta ahora parecía el último santuario sacrosanto del individuo: su identidad. Técnicamente es hoy día posible desnaturalizar la vida real de una persona –qué es, cómo es, qué hace, qué dice, qué piensa, qué escribe– e ir sutilmente alterándola hasta desnaturalizarla del todo, provocando con ello, a veces, irreparables daños. Probablemente lo peor del caso es que estas operaciones delictivas ni siquiera resultan de una conspiración política, o empresarial, o cultural, sino, más pedestremente, de pobres diablos que de este modo tratan de combatir el tedio o la pavorosa sequedad de sus vidas. Necesitan divertirse de algún modo y ¿no es acaso un deporte divertido envilecer o ridiculizar o poner en situaciones de escándalo a los otros si, además, ello se puede perpetrar con la impunidad más absoluta?    
Por eso, los valerosos esfuerzos que un Philip Roth hace en defensa de su identidad de escritor y de ciudadano, para que le permitan seguir siendo lo que es y no una caricatura de sí mismo, aunque admirables, son probablemente totalmente inútiles. Vivimos en una época en que aquello que creíamos el último reducto de la libertad, la identidad personal, es decir, lo que hemos llegado a ser mediante nuestras acciones, decisiones, creencias, aquello que cristaliza nuestra trayectoria vital, ya no nos pertenece sino de una manera muy provisional y precaria. Al igual que la libertad política y cultural, también nuestra identidad nos puede ser ahora arrebatada, pero en este caso por tiranuelos y dictadores invisibles que en vez de látigos, espadas o cañones usan teclas y pantallas y se sirven del éter, de un fluido inmaterial y subrepticio y tan sutil y poderoso que puede invadir nuestra intimidad más secreta y reconstruirla a su capricho.
A lo largo de su historia, el ser humano ha debido enfrentar toda clase de enemigos de la libertad y, con grandes sacrificios y dejando el campo de batalla sembrado de innumerables víctimas, siempre ha conseguido derrotarlos. Y creo que también, a la larga, derrotaremos a este último. Pero esta victoria, me temo mucho, demorará y ni Philip Roth ni yo alcanzaremos a celebrarla.
Madrid, octubre de 2012