Por: Carlos A. Ferreyros Soto
Doctor en Derecho
El Comité Económico y Social Europeo (CESE) ha emitido un Dictamen sobre la Industria 5.0, cuyo objetivo supone un nuevo nivel en el avance hacia un impacto más profundo de las tecnologías digitales en la producción, el rol central del ser humano, la resiliencia económica y la sostenibilidad debido a la necesidad de una recuperación económica de la pospandemia, acelerar la convergencia y transacciones verdes y digitales y el imperativo de mantener la competitividad industrial europea.
Las principales Conclusiones de la industria 5.0 se
relacionan con su Rol transformador (La
industria debe convertirse en un catalizador de cambio e innovación, no sólo en
términos económicos sino también sociales, medioambientales); el Uso de las Tecnologías digitales (optimizar la interacción
hombre-máquina y fomentar la innovación radical en el centro de trabajo); Sostenibilidad (la industria
europea debe liderar la implementación del Pacto Verde en Europa) y su Impacto
social de transformación de la
sociedad).
Entre las Recomendaciones, el CESE propone implementar
eficazmente la Industria 5.0, vía un nuevo Pacto Industrial basado en los logros
del modelo social europeo, basado en:
- Condiciones de inversión
estables
- Sociedad inclusiva
- Mano de obra comprometida
y bien formada.
- Servicios públicos idóneos
- Negociación colectiva y
diálogo social.
Finalmente, el Dictamen del CESE para la Industria 5.0 propone un enfoque integral de equilibrio, entre el progreso tecnológico con las necesidades humanas y ambientales, apuntando a las bases para una industria europea más competitiva, sostenible y socialmente responsable.
A fin de acceder a normas similares y estándares europeos, las empresas, organizaciones públicas y privados interesados en asesorías, consultorías, capacitaciones, estudios, evaluaciones, auditorías sobre el tema, sírvanse comunicar al correo electrónico: cferreyros@hotmail.com
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Diario Oficial | ES Serie C |
C/2025/108 | 10.1.2025 |
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo
Industria 5.0: cómo hacerla realidad
(Dictamen de iniciativa)
(C/2025/108)
Ponente:
Giuseppe GUERINICoponente:
Guido NELISSENAsesor | Paolo MANFREDI (por el ponente – Grupo III) |
Decisión de la Asamblea | 18.1.2024 |
Base jurídica | Artículo 52, apartado 2, del Reglamento interno |
Órgano competente | Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales (CCMI) |
Aprobado en sección | 24.9.2024 |
Aprobado en el pleno | 23.10.2024 |
Pleno n.o | 591 |
Resultado de la votación (a favor/en contra/abstenciones) | 248/1/4 |
1. Conclusiones y recomendaciones
1.1. La industria 5.0 supone un nuevo nivel
en el avance hacia un impacto más profundo de las tecnologías digitales en la fabricación,
ya que también incluye la posición central del ser humano, la resiliencia económica
y la sostenibilidad. Debe considerarse una continuación de la actual revolución
industrial digital, pero abordando las deficiencias de la industria 4.0 al potenciar
valores sociales y ecológicos que actualmente son prioritarios. La industria 5.0
permite a las empresas y a la industria adoptar una perspectiva más amplia y aportar
soluciones a los retos sociales emergentes.
1.2. Las instituciones de la UE deben fomentar
la creación de un ecosistema industrial europeo propicio, que tiene que estar preparado
para el futuro y mejorar su competitividad como primera economía del mundo centrada
en el ser humano.
1.3. El CESE opina que se debe seguir profundizando
en el concepto de industria 5.0 con el fin de definir mejor sus consecuencias económicas,
sociales, políticas, jurídicas y tecnológicas, disociando al mismo tiempo los hechos
de las propuestas de venta. Ante todo y sobre todo, es importante evaluar los resultados
de la industria 4.0, que aún se encuentra en proceso de despliegue y dista mucho
de haberse implantado a gran escala.
1.4. El CESE apoya a las autoridades y a los
interlocutores sociales en el desarrollo de un marco conceptual, económico y reglamentario
más claro y de planes de acción para la adopción generalizada de los principios
de la industria 5.0, teniendo en cuenta al hacerlo los posibles costes sociales.
Esto significa invertir en innovación en el lugar de trabajo para fomentar la competitividad
de las empresas europeas, procurando mantener niveles de empleo elevados y mejorar
la calidad de los puestos de trabajo. Para garantizar una transición tecnológica
ordenada, se requiere una mayor participación de los trabajadores y un diálogo social
consolidado que implique a todas las partes interesadas pertinentes y a la sociedad
civil organizada.
1.5. El despliegue de la industria 5.0 también
debe contar con el apoyo de plataformas descentralizadas de partes interesadas y
asociaciones público-privadas, que tendrán que desarrollar herramientas de aprendizaje,
establecer programas o actividades empresariales, promover la asimilación e intercambiar
o difundir buenas prácticas. Debe garantizarse y respaldarse un amplio acceso a
estos programas (entre otros, para las pymes, los empresarios y los empleados de
todos los niveles, así como para las regiones remotas) como políticas esenciales
para la innovación y el desarrollo.
1.6. Asimismo, la industria 5.0 debe convertirse
en una herramienta con la que aumentar el atractivo del sector manufacturero para
la juventud, con el fin de abordar el creciente problema de la falta de capital
humano cualificado, conservando los conocimientos especializados, manteniendo a
los trabajadores comprometidos ante los retos y aprovechando el potencial de innovación
de las generaciones jóvenes.
1.7. Desde el punto de vista de la política
industrial, el CESE considera importante:
—
fundamentar la visión de la industria 5.0 en las políticas europeas existentes,
como el Pacto Verde, la Estrategia Industrial de la UE, la Ley de Inteligencia Artificial,
la Década Digital, el pilar europeo de derechos sociales y la Agenda de Capacidades.
Al mismo tiempo, estas políticas deben actualizarse con el fin de integrar también
los principios de la industria 5.0;
—
integrar los principios de la industria 5.0 en el diseño de las vías de transformación
para los ecosistemas industriales y los programas existentes, como la asociación
«Made in Europe»;
—
expandir el conocimiento del potencial de las tecnologías digitales entre las empresas
manufactureras, en especial las pymes. Esto requiere un apoyo adecuado para que
las empresas comprendan el potencial de la innovación en su negocio, definan sus
objetivos digitales, ecológicos y de resiliencia y elaboren y apliquen planes estratégicos
transformadores;
—
prestar apoyo continuo y suficiente a las costosas inversiones de 360° necesarias
para actualizar las empresas a fin de adecuarlas a la industria 5.0;
—
centrarse en cadenas de valor y ecosistemas completos y en procesos de producción
circulares para lograr la integración de los objetivos sociales en el desarrollo
económico;
—
invertir en programas de I+D e innovación, tanto públicos como privados, para desarrollar
nuevos modelos económicos, sistemas de producción y mercados sostenibles, resilientes
y centrados en el ser humano;
—
emplear la industria 5.0 como palanca para respaldar las estrategias de transformación
regional, combinando la reconversión económica con políticas de transición justa
y cadenas de valor circulares, resilientes y sostenibles.
1.8. El CESE desea llamar la atención de los
responsables de la toma de decisiones sobre la necesidad de desarrollar un enfoque
exhaustivo de la innovación digital de nuestros sistemas y sociedades productivos,
en una época de cambios bruscos, con el fin de mejorar los perfiles normativos orientados
desde el punto de vista ético por los valores democráticos, la equidad social, la
competencia leal y la competitividad inclusiva.
1.9. El CESE considera que integrar las tecnologías
digitales de forma centrada en el ser humano y convertir las empresas en «organizaciones
de aprendizaje permanente» mejorará la competitividad de la UE.
2. Contexto de la propuesta
2.1. El presente Dictamen aborda el concepto
emergente de «industria 5.0», que tiene por objeto hacer frente a las preocupaciones
sociales asociadas a la transformación digital en curso de la industria, considerando
tanto el sector manufacturero como el de los servicios y velando, al mismo tiempo,
por mantener la productividad y la competitividad de la industria de la UE.
2.2. La ambición de la industria 5.0 es integrar
las cuestiones sociales y medioambientales en los procesos empresariales, ya que
la industria 4.0 no las aborda de manera adecuada por estar orientada principalmente
a la digitalización y la automatización. La súbita aparición en los últimos años
de nuevos escollos y preocupaciones también está teniendo un profundo impacto en
las estrategias empresariales y suscitando cada vez más inquietud en torno a la
amplitud del concepto de las responsabilidades sociales y medioambientales de las
empresas.
2.3. La industria 5.0 actualiza y amplía los
conceptos de la industria 4.0, centrándose en lo que se ha dado en llamar las «tres
P»: las personas, el planeta y la prosperidad. Esta actualización se debe a tres
factores principales: los cambios tecnológicos que han acaecido; las crecientes
cuestiones sociales y políticas que han surgido desde el desarrollo de la idea;
y el cambiante paradigma geopolítico, que está afectando en profundidad al modo
en que se organiza espacialmente la fabricación.
2.4. Al integrar tecnologías destinadas a afrontar
mejor los nuevos retos mundiales, como el cambio climático, la escasez de recursos,
la eficiencia energética, la nueva y compleja geoeconomía así como la necesidad
de un desarrollo más justo desde el punto de vista social, la industria 5.0 brinda
la oportunidad de desarrollar un paradigma industrial que vaya más allá de un enfoque
centrado meramente en la tecnología y orientado al crecimiento.
3. De la industria 4.0 a la industria 5.0: ¿revolución o evolución?
3.1. La industria 4.0 se desarrolló inicialmente
como estrategia nacional para introducir a la industria manufacturera alemana en
la era digital y se convirtió en un nuevo paradigma para la innovación digital en
la industria. Se caracterizó por la adopción generalizada de múltiples tecnologías
de automatización, como la computación en la nube, los macrodatos, el aprendizaje
automático, las tecnologías de automatización, los robots y la internet de las cosas
(en lo sucesivo, IdC), que permitía la comunicación entre dispositivos no supervisada
por humanos. Gracias a una potencia computacional cada vez mayor y a redes más rápidas,
los sistemas de fabricación pueden gestionarse en tiempo real y prepararse para
tomar decisiones basadas en datos, lo cual aumenta de forma drástica la flexibilidad
y la eficiencia y permite un alto grado de personalización, incluso en la producción
en serie. Las «fábricas inteligentes» resultantes harán que la industria esté «preparada
para el futuro», vinculando máquinas, productos, sistemas y personas, y fusionando
los mundos físico y virtual por medio de sistemas ciberfísicos.
3.2. La industria 4.0 se ha implantado en distintos
contextos productivos, incluidas las pymes. Su desarrollo, en una época geopolítica
y económica turbulenta, ha suscitado no obstante algunas inquietudes en cuanto a
las repercusiones sociales (seguridad laboral, obsolescencia de las capacidades)
de una automatización tan masiva de los procesos productivos, al tiempo que nuevos
retos se colaban entre las prioridades de las agendas de los dirigentes mundiales.
El objetivo de la industria 4.0 era digitalizar la fabricación partiendo de su situación
en 2011, organizada como estaba en cadenas de valor mundiales en apariencia sin
fisuras y con una preocupación mucho menor por sus consecuencias medioambientales
y sociales.
3.3. Después de años de desarrollo y experimentación
en todo el mundo, ha quedado patente que el énfasis de la industria 4.0 en la automatización
ha relegado a un segundo plano sus consecuencias sobre el capital humano, desde
la falta de las capacidades necesarias para hacer frente a la creciente complejidad
de las tecnologías digitales hasta el riesgo de intensificación del trabajo, pasando
por el problema cada vez mayor de la integración de los trabajadores de edad avanzada
en un entorno en constante cambio.
3.4. Además, debe prestarse más atención a la
«datificación», es decir, la tendencia hacia una dependencia total de los datos
y el control algorítmico de los procesos de producción, lo cual tiene la virtud
de lograr unos procesos de producción cada vez más precisos, pero también puede
menoscabar la creatividad que aportan las competencias humanas.
3.5. La industria 4.0 ha subestimado el factor
humano como principal contribuyente al éxito del proceso de producción, en especial
en las sociedades abiertas y democráticas. También ha prestado menos atención a
algunas dimensiones clave de la producción industrial que van más allá de la productividad
y que desde entonces se han convertido en prioridades políticas de primer orden,
como la necesidad de garantizar que la industria tenga una huella mucho menor en
el medio ambiente mediante la reducción de los residuos, el fomento de la circularidad
y la resiliencia económica, así como el consumo de menos energía y más ecológica.
3.6. De todo lo anterior se desprende la necesidad
de replantear en profundidad la visión y los objetivos de la industria 4.0, lo que
se ha dado en llamar «industria 5.0». A este respecto, el CESE apoya la visión de
la DG Investigación e Innovación (1), cuyo objetivo es dotar de una nueva dimensión
a la profundización de las tecnologías digitales en la industria integrando las
facetas de la sostenibilidad, la posición central del ser humano y la resiliencia.
La industria 5.0 no puede considerarse una nueva revolución industrial sino más
bien una continuación de la actual transición industrial digital, que potencia también
los valores sociales y ecológicos. Además, su implantación a gran escala aún no
ha comenzado.
3.7. La industria 5.0 encuentra su inspiración
en la «sociedad 5.0», un concepto desarrollado en Japón en 2017 con vistas a transformar
digitalmente la sociedad y que, por tanto, va mucho más allá de la fabricación.
El origen japonés de la industria 5.0 no es casual, puesto que Japón ha sido el
primer país desarrollado en experimentar los problemas sociales y de productividad
que han obligado a adoptar un enfoque más prospectivo y global de la tecnología,
no como una herramienta para quienes ya se encuentran en posición de ventaja, sino
como un medio necesario para superar retos crecientes, como el envejecimiento de
la sociedad y una economía menos productiva y competitiva. Aplicado a la industria,
significa combinar la innovación tecnológica de la industria 4.0 con la preocupación
por el bienestar general de la sociedad y del medioambiente, integrando tres nuevas
facetas: la posición central del ser humano, la sostenibilidad y la resiliencia.
La posición central del ser humano y el capital humano
3.8. La visión de la industria 5.0 invita a
las empresas a adoptar una perspectiva más amplia basada en valores y a tomar en
consideración el impacto de la producción en general, así como a elaborar una definición
mucho más general de la creación de valor. Las empresas deben asignar nuevas prioridades
a los objetivos sociales que vayan más allá del crecimiento para convertirse en
proveedores de prosperidad resilientes. Fruto de este compromiso, deben implantar
modelos de producción e innovación responsables, respetar y empoderar a su capital
humano, reconsiderar sus objetivos medioambientales y sociales e ir más allá de
un enfoque orientado a los beneficios a corto plazo, al tiempo que persiguen activamente
la doble transición.
3.9. La industria 5.0 vuelve a situar al ser
humano en el centro de la producción, considerando que su experiencia, sus conocimientos
y sus capacidades son recursos fundamentales para obtener ventajas competitivas
duraderas. Equilibra las ventajas de la automatización en términos de productividad
con la creatividad y la artesanía, que se consideran únicamente humanas, incluyendo
también los casos en los que la participación de los trabajadores es intrínseca
a la propia naturaleza de la empresa, como es el caso de las cooperativas.
3.10. Al centrarse en el fomento de la fabricación
digital como objetivo principal en sí mismo, la industria 4.0 ignoró en cierto modo
el impacto que supone la automatización repentina y generalizada para el capital
humano y las sociedades, tanto por la amenaza que supone para las tasas de empleo
como por la infravaloración de la contribución única que los seres humanos pueden
aportar a la producción de calidad. Mientras que las máquinas solo pueden hacer
aquello para lo que han sido programadas, las personas aportan innovación y creatividad
al proceso de producción. Por tanto, es importante tender puentes entre las personas
y las máquinas en todas las actividades de la fábrica de que se trate, con máquinas
inteligentes que apoyen y potencien el trabajo humano (por ejemplo, «cobots» que
automaticen las partes repetitivas, extenuantes y peligrosas de la producción),
permitiendo a los trabajadores centrarse en el diseño de procesos y productos, la
resolución de problemas, la organización, la planificación y los servicios al cliente.
Por último, la posición central del ser humano también significa prestar más atención
a la salud y la seguridad de los trabajadores en general, incluso con una preocupación
mucho mayor para los trabajadores que, independientemente de las precauciones que
se tomen, se están viendo o se verán desplazados por la automatización.
Sostenibilidad
3.11. La industria 5.0 pretende contribuir a
alcanzar los objetivos climáticos de Europa. Aspira a romper el modelo económico
lineal de «extraer-fabricar-desechar» sustituyéndolo por una economía circular y
regenerativa basada en la reutilización, la refabricación, un enfoque circular desde
el diseño y procesos de producción que eviten la generación de residuos. La industria
5.0 tiene como prioridad fundamental aprovechar las tecnologías digitales para controlar
el consumo de energía, optimizar la eficiencia de los recursos, desarrollar procesos
circulares o reducir los flujos de residuos mediante el seguimiento digital (una
economía circular digitalizada).
Resiliencia
3.12. Las crecientes tensiones geoeconómicas
han provocado un necesario aumento de la atención dedicada a la gestión de riesgos,
dado que las incertidumbres de todo tipo han pasado a ser un elemento constante
de la actividad empresarial. La industria 5.0 pretende desarrollar estrategias de
resiliencia basadas en la diversificación de las cadenas de suministro, una capacidad
de producción más adaptable o modular y descentralizada y sistemas de producción
flexibles con el fin de superar toda una serie de amenazas a la producción, desde
tensiones geopolíticas hasta crisis energéticas y de materias primas, pasando por
catástrofes relacionadas con el clima o pandemias. La resiliencia también implica
una mayor atención a la ciberseguridad, ya que los sistemas de automatización a
gran escala podrían colapsar por completo a causa de ciberataques. A este respecto,
la industria 5.0 puede contribuir no solo a apoyar la competitividad de las empresas
europeas, sino también a consolidar la autonomía estratégica de la UE.
4. Habilitadores clave para la transición a la industria 5.0
4.1. Los componentes principales de la industria
5.0 son los procesos de fabricación basados en la IdC industrial, la comunicación
inalámbrica de alta velocidad, la robótica avanzada, el análisis de macrodatos,
la inteligencia artificial y la computación en la nube. La esencia de estas tecnologías
ya estaba presente en la industria 4.0, mientras que en los años posteriores a 2011
se ha producido una considerable expansión de sus ámbitos de aplicación, además
de abaratarse y volverse más accesibles. En concreto, algunas tecnologías, como
la IA generativa, han adquirido cada vez más relevancia desde entonces.
4.2. De acuerdo con los objetivos mencionados,
la industria 5.0 está redirigiendo la atención hacia tecnologías destinadas a fomentar
la colaboración entre humanos y software o máquinas,
como los «cobots» (robots colaborativos), que interactúan con los humanos y mejoran
la gestión de la energía y el ciclo de vida de los productos. Esta visión de ecosistema
industrial hiperconectado está encaminada a desarrollar productos inteligentes,
destinados a clientes y consumidores inteligentes y a través de cadenas de suministro
inteligentes, cerrando al mismo tiempo el ciclo ecológico mediante la gestión del
ciclo de vida de los productos.
4.3. La participación de los trabajadores y
el diálogo social resultan esenciales para aprovechar las oportunidades que brinda
la introducción de la industria 5.0, ya que ello requiere el compromiso de todos
los empleados a todos los niveles. Por consiguiente, la información y la consulta
deben tener lugar en una fase temprana con vistas a: i) garantizar que las soluciones
digitales apoyen y empoderen al capital humano, en lugar de sustituirlo; ii) mitigar
los posibles costes sociales y establecer redes de seguridad para los trabajadores
que pasan de un empleo a otro, con soluciones a medida previstas para los trabajadores
que no puedan reciclarse; iii) garantizar una redistribución equitativa de los beneficios
subyacentes; y iv) entablar en diferentes niveles y sectores un diálogo social que
suponga una mayor implicación de la sociedad civil organizada.
5. Organización del trabajo
5.1. Al centrarse en reafirmar el papel del
capital humano en entornos productivos altamente automatizados, la industria 5.0
concibe un entorno laboral más gratificante y atractivo, basado en una interacción
sólida, creativa y significativa entre humanos y máquinas, Esto debe ser posible
entendiendo que la tecnología complementa al ser humano y que la colaboración entre
humanos y máquinas debe plantearse desde una perspectiva de aprendizaje. Mediante
el uso de la tecnología, el ser humano debería aprender a mejorarla.
5.2. La innovación tecnológica está reescribiendo
en profundidad el panorama laboral actual, al tiempo que requiere nuevos conjuntos
de capacidades. Esta situación dará pie a la necesidad de redefinir los puestos
de trabajo y de adaptar en consecuencia los programas de formación, al tiempo que
suscitará la preocupación de que los trabajadores resulten más vulnerables a la
obsolescencia de sus capacidades y a ser sustituidos mediante la automatización
de sus tareas. A fin de liberar el pleno potencial de la industria 5.0, se requiere
una amplia gama de conjuntos de capacidades nuevos o actualizados. Además de las
capacidades digitales y técnicas relacionadas con los procesos, también serán muy
necesarias las aptitudes interpersonales. Esta mejora de las capacidades y este
reciclaje profesional a gran escala revestirán la máxima importancia, no solo en
el presente, sino aún más para el futuro.
5.3. A medida que la industria 5.0 propicia
una planificación de la producción más precisa y unos flujos de trabajo más eficientes,
también podría reducir la autonomía de los trabajadores, ya que su papel puede verse
reconfigurado y disminuido, por ejemplo obligándoles a seguir instrucciones de sistemas
digitalizados, como ya ocurre en la logística altamente automatizada, o limitando
sus tareas a supervisar los resultados de tecnologías que se están perfeccionando,
como ocurre con los textos y traducciones generados por IA.
5.4. Una organización del trabajo más eficiente
y digitalizada también podría conllevar un aumento de la intensidad del trabajo
—al ser las tecnologías las que marquen el ritmo que los seres humanos tratarán
de seguir—, así como un agravamiento de las desigualdades. En un extremo se situarían
los trabajadores altamente cualificados, extremadamente demandados y bien remunerados
que diseñan, implementan y mantienen las tecnologías digitales; en el otro, trabajadores
poco cualificados que realizan tareas monótonas cuya sustitución tecnológica sería
demasiado costosa o que se limitan a supervisar máquinas que hacen el trabajo, o
falsos autónomos de la economía por encargo en plataformas digitales. Este ámbito
también es susceptible de seguir ampliándose a los empleos de carácter intelectual,
anteriormente considerados parte de una élite e inmunes a la sustitución tecnológica,
cuyas tareas están llamadas a ser sustituidas, o marginadas, por tecnologías como
la IA.
6. Capacidades
6.1. Las capacidades digitales están cobrando
cada vez más importancia, por lo que debe garantizarse el acceso a la educación
y la formación digitales a todos los niveles, y abordarse la exclusión digital (acceso
a equipos informáticos, a una conectividad rápida a internet y a capacidades digitales
básicas para todas las personas). En el marco del paradigma «industria 5.0», las
capacidades digitales también deben ir acompañadas de competencias ecológicas generalizadas
y conectadas, ya que ámbitos como la reducción de residuos, la gestión de residuos
y de energía, la recuperación y el reciclado de materiales secundarios y la consecución
de ciclos de vida más eficientes exigen cada vez más aptitudes.
6.2. La digitalización de la educación y la
formación ha de promoverse. El recurso generalizado a las tecnologías digitales
en el ámbito de la enseñanza y la formación ampliará el acceso a oportunidades de
aprendizaje que sitúan al ser humano en primera línea de la toma de decisiones.
6.3. En todas las empresas deben establecerse
itinerarios de formación para todos los trabajadores, incluidos los más mayores
y los menos formados. En especial en las pymes, estos itinerarios deben incluir
también a los empresarios, ya que son ellos quienes lideran las decisiones de inversión,
y se les debe concienciar sobre la necesidad de perseguir la doble transición digital
y ecológica.
6.4. Dado que es importante aprovechar al máximo
la experiencia de los trabajadores, las empresas deben desarrollar una base de conocimiento
colectivo que permita a los empleados intercambiar experiencias, trabajar mejor
juntos, resolver problemas con mayor eficacia e impulsar una toma de decisiones
responsable y resiliente.
6.5. Las empresas de la economía social, y en
particular las cooperativas, han demostrado, incluso en los sectores industriales,
que saben cómo combinar eficazmente la democracia en el lugar de trabajo, la participación
de los trabajadores y la implicación de las comunidades locales, creando ecosistemas
de proximidad económica capaces de promover el desarrollo sostenible. Por esta razón
es importante incluir la capacidad de cooperación entre las competencias interpersonales
necesarias para la industria del futuro.
6.6. Para poder integrar las tecnologías digitales
de forma centrada en el ser humano, las empresas deben convertirse en «organizaciones
de aprendizaje», creando una cultura del aprendizaje que aproveche al máximo las
capacidades de los trabajadores en cuanto al uso de la tecnología.
6.7. A fin de reducir la brecha digital por
motivos de género y de edad y la polarización de los mercados laborales, y de garantizar
la calidad de los puestos de trabajo existentes, resulta esencial organizar procesos
continuos de mejora de las capacidades y reciclaje profesional para los trabajadores.
6.8. Debe prestarse atención a la prevención
de los nuevos riesgos laborales, que conciernan ya sea la seguridad y la ergonomía
derivadas de la interacción entre las personas y los robots o a la falta de privacidad
y autodeterminación del trabajo como consecuencia de las prácticas de vigilancia
y control digitalizados.
Bruselas, 23 de octubre de 2024.
El Presidente
del Comité Económico y Social Europeo
Oliver RÖPKE
(1) Comisión Europea, DG Investigación e Innovación, Breque M., De Nul L., Petridis A: Industry 5.0 - Towards a sustainable, human-centric and resilient European industry https://op.europa.eu/es/publication-detail/-/publication/468a892a-5097-11eb-b59f-01aa75ed71a1.
ELI: http://data.europa.eu/eli/C/2025/108/oj
ISSN 1977-0928 (electronic edition)
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