Por: Carlos A. FERREYROS SOTO
Doctor en Derecho
Universidad de Montpellier I Francia.
RESUMEN
La digitalización de la energía en Europa revela un eventual equilibrio entre
las oportunidades y riesgos para los consumidores europeos. Si bien las herramientas digitales
brindan oportunidades extraordinarias, en particular a la hora de facilitar la producción,
la flexibilidad en el lado de la demanda y la descarbonización del sector energético,
ellas entrañan el riesgo de complicar aún más el funcionamiento y la comprensión
de los mercados energéticos, ya de por sí muy complejos, para los pequeños consumidores
de energía, como los hogares y las microempresas y pequeñas empresas. La energía
debe seguir siendo asequible, renovable y fácil de utilizar. Conviene que los consumidores
sigan teniendo la posibilidad de optar por precios, contratos y servicios de atención
al cliente de forma «predigital».
Las oportunidades pueden encontrarse en una mayor Eficiencia Energética y Sostenibilidad,
una Reducción de Costes, un mayor Innovación y Crecimiento Económico. Del
lado de los riesgos, la digitalización del sistema energético aumenta los
Cíberataques que podrían comprometer
su suministro, las amenazas y vulneraciones en materia de Privacidad y Protección de Datos, el Desigual Acceso a las Tecnologías y un aumento del Consumo Energético de las Infraestructuras Digitales,
que incluyen Centros de Datos y Redes de Telecomunicaciones.
En Conclusión, mientras la digitalización del sector energético europeo ofrece
importantes oportunidades en términos de eficiencia y sostenibilidad, también plantea
riesgos significativos que deben ser gestionados cuidadosamente a fin de proteger a
los consumidores y las infraestructuras, maximizando sus beneficios potenciales.
A fin de acceder a normas similares y estándares
europeos, las empresas, organizaciones públicas y privados interesados en asesorías,
consultorías, capacitaciones, estudios, evaluaciones, auditorías sobre el tema,
sírvanse comunicar al correo electrónico:cferreyros@hotmail.com
____________________________________________________________
Diario Oficial | ES Serie C |
C/2024/6020 | 23.10.2024 |
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo
Digitalización de la energía: alcanzar un equilibrio entre las oportunidades y los riesgos para los consumidores europeos
(Dictamen de iniciativa)
(C/2024/6020)
Ponente:
Kęstutis KUPŠYSAsesora | Marine CORNELIS (por el ponente) |
Decisión de la Asamblea | 15.2.2024 |
Base jurídica | Artículo 52, apartado 2, del Reglamento interno |
Sección competente | Transportes, Energía, Infraestructuras y Sociedad de la Información |
Aprobado en sección | 21.6.2024 |
Aprobado en el pleno | 11.7.2024 |
Pleno n.o | 589 |
Resultado de la votación (a favor/en contra/abstenciones) | 187/2/1 |
1. Conclusiones y recomendaciones
1.1. Las herramientas digitales
brindan oportunidades extraordinarias, en particular a la hora de facilitar la
producción, la flexibilidad en el lado de la demanda y la descarbonización del
sector energético. Sin embargo, entrañan el riesgo de complicar aún más el
funcionamiento y la comprensión de los mercados energéticos, ya de por sí muy
complejos, para los pequeños consumidores de energía, como los hogares y las
microempresas y pequeñas empresas. La energía debe seguir siendo asequible,
renovable y fácil de utilizar. Conviene que los consumidores sigan teniendo la
posibilidad de optar por precios, contratos y servicios de atención al cliente
de forma «predigital».
1.2. Es preciso conceder prioridad a la
ciberseguridad de los datos de los usuarios. La digitalización acentúa la
necesidad de elaborar una normativa de protección de los consumidores dinámica
y adaptada a los nuevos contextos y participantes en el sector, quienes pueden
no ser necesariamente los agentes «convencionales» del sector de la energía o
mantener un contacto directo con los consumidores.
1.3. Es fundamental emprender la
digitalización de los sistemas energéticos sin perjudicar a las capas más
vulnerables de nuestras sociedades, en particular las personas que ya son
víctimas de la pobreza energética o de la brecha digital, establecer garantías
de responsabilidad entre las distintas partes interesadas e igualar las
condiciones de competencia. Los agentes y entes locales desempeñan un papel
clave a la hora de colmar la brecha digital.
1.4. Las herramientas de inteligencia
artificial (IA) y de tecnologías de registros distribuidos pueden resultar
útiles a la labor de los responsables de la toma de decisiones, los organismos
de resolución alternativa de litigios (RAL) y las organizaciones de consumidores
mediante la detección de patrones y deficiencias en la observancia y el
ejercicio de los derechos de los consumidores, pero no son infalibles. En todo
caso, los consumidores deben tener derecho a la supervisión humana para
comprobar y hacer un seguimiento de las prácticas de los agentes energéticos y
digitales.
1.5. Los consumidores que realmente deseen
beneficiarse de la gestión de la demanda deben instalar equipos e
infraestructuras de comunicación, como contadores inteligentes y
electrodomésticos conectados, los cuales deben ser asequibles y fáciles de
utilizar, sostenibles, y estar diseñados en función de los intereses de los
usuarios. El Comité Económico y Social Europeo (CESE) recomienda adoptar un
enfoque equilibrado, centrado en un diseño inclusivo y accesible, y
complementar la oferta de herramientas digitales más avanzadas y aparentemente
más onerosas con medidas que mejoren la «fluidez» de los hogares en materia de
eficiencia energética.
1.6. Hay que impartir formación a los
trabajadores, en particular a través de las academias para una industria de
cero emisiones netas, que deben empezar a funcionar lo antes posible y
promoverse entre todas las partes interesadas y en las que se prestará especial
atención a las competencias en el ámbito de la eficiencia energética.
1.7. En su calidad de representante de la
sociedad civil organizada de la UE, convendría invitar al CESE a participar en
los grupos de trabajo y mesas redondas sobre la gobernanza de los sistemas
energéticos inteligentes mencionados. En particular, el CESE insta a la
Comisión a que redoble sus esfuerzos para poner en marcha el Grupo de Expertos
en Energía Inteligente de la UE.
2. Contexto
general
2.1. En una Comunicación publicada
en 2022 (1),
la Comisión Europea describía la situación en esos momentos en el sector
energético y proponía maneras de situar a los consumidores domésticos «en un
lugar central» de la digitalización del sistema energético. En 2023, el CESE
emitió un Dictamen (2) al
respecto.
2.2. En la Comunicación se daban algunas
pistas sobre la dirección que debe tomarse para proteger los derechos de los
consumidores en el nexo entre la agenda energética y la agenda digital. La
normativa general de la UE en materia de protección de los consumidores
desempeña un papel fundamental en este sentido; sin embargo, un sector
energético digitalizado plantea problemas adicionales: sumar una dimensión
digital conlleva añadir complejidad, y las herramientas que se desarrollaron
para la era «analógica» pueden no ser adecuadas (3) para
la digital. El marco jurídico de la UE protege los derechos de los
consumidores, pero según la Comunicación «su ejecución es lenta».
2.3. En cuanto a la protección de los
consumidores, la Comisión Europea ha dado algunos pasos en la dirección
correcta, por ejemplo con la adopción en 2023 de un Reglamento de
Ejecución para mejorar el acceso a los datos de medición y consumo (4).
Queda por ver el éxito de estas iniciativas a escala de la UE y el grado de
arraigo de la inercia del sector energético «tradicional». Están surgiendo
nuevas oportunidades empresariales, pero para poder alcanzar el ritmo del
cambio necesario, el desarrollo de competencias es clave. En este sentido,
Europa necesita ante todo mano de obra cualificada para implantar los
dispositivos digitales. Además, es fundamental proporcionar información
exhaustiva y educar a los hogares y las pequeñas empresas sobre la forma
aprovechar al máximo todas las oportunidades que brinda la digitalización. Es
importante reconocer la gran complejidad inherente al sector energético y la
dificultad de comprenderlo incluso para consumidores que disponen de un cierto
nivel de conocimientos especializados.
2.4. Se han publicado numerosos estudios y
documentos políticos que aportan ideas sobre cómo proteger y capacitar a los
consumidores con la ayuda de la digitalización. En dichos estudios se han
propuesto conceptos y utilizado palabras clave que se refieren a la protección
de datos y la capacitación de los consumidores, las redes y los contadores
inteligentes, el intercambio de energía y el comercio entre pares, la respuesta
de la demanda, las ciudades y los edificios inteligentes o la recarga
inteligente, entre otros aspectos. Está ampliamente aceptado que las
oportunidades superan a los riesgos.
2.5. El CESE pretende contribuir al debate en
curso centrándose en cómo las acciones de la sociedad en los sistemas digitales
y energéticos podrían dar lugar a un futuro más integrador, en el que todas las
personas se sientan seguras y los hogares se beneficien de las nuevas
tecnologías. La digitalización de la demanda de los consumidores es una
cuestión que reviste cada vez más importancia a la vista de la transición
ecológica, ya que permite a los consumidores comprender mejor su impacto en la
transición energética y participar activamente en ella. En este sentido, pueden
beneficiarse de la dinámica de los mercados de la energía, mejorar la
eficiencia energética, usar energía procedente de fuente renovables e implantar
prácticas de suficiencia energética.
3. Convertir
las fortalezas en oportunidades
3.1. En el panorama en rápida evolución del
sector energético europeo, la digitalización se perfila como un arma de doble
filo. Por un lado, promete una eficiencia sin precedentes, la capacitación de
los consumidores y una vía hacia un futuro de energía sostenible. Las redes
inteligentes avanzadas, los datos de consumo de energía en tiempo real (que
permiten una mayor flexibilidad en el lado de la demanda en los hogares) y los
sistemas de gestión de la energía basados en la IA pueden transformar
drásticamente la forma en que los consumidores interactúan con los sistemas
energéticos modernos, prever sus necesidades energéticas y ajustar el consumo
de energía. Por el momento, la instalación de estos sistemas está estancada en
muchos Estados miembros, lo que impide dar respuestas adecuadas a la pobreza
energética e integrar de manera fluida en la red a los prosumidores y las
comunidades de energía.
3.2. Estas innovaciones albergan el potencial
de democratizar el acceso a la energía, reducir los costes y contribuir de
forma significativa a los objetivos del Pacto Verde Europeo. La ciudadanía y
las empresas de la UE están bien situadas para explorar y adoptar las nuevas
tecnologías ya disponibles; en el contexto mundial, nuestro continente está
relativamente avanzado en términos de conectividad digital, acceso a las redes
y nivel general de concienciación en los hogares.
3.3. Además, en cuanto a sus ventajas, la
digitalización puede no solo mejorar la penetración de las fuentes de energía
renovables y la resiliencia de la red, sino también generar ganancias
económicas para los consumidores, aumentar la cohesión social y reducir la
pobreza energética. En general, la digitalización mejora la integración y la
interacción entre las distintas partes interesadas, lo que permite a los
consumidores tener un mayor acceso a los recursos energéticos locales y
renovables y beneficiarse de ellos.
3.4. Las redes inteligentes y la
digitalización desempeñan un papel fundamental en la descarbonización de la
energía. Permiten una gestión más eficiente de los recursos energéticos,
facilitan la integración de las energías renovables y optimizan el consumo, en
particular mediante el análisis de datos en tiempo real y la automatización.
Las redes inteligentes pueden mejorar la estabilidad y la fiabilidad de la red
al responder automáticamente a los cambios en el sistema. Representan una
herramienta formidable para fortalecer las infraestructuras con vistas a
superar una serie de retos relacionados con el acceso a la energía, la pobreza
energética y el cambio climático (5).
Con el tiempo, las herramientas digitales pueden reducir los costes operativos
y energéticos ya que mejoran la eficiencia del sistema y reducen los picos de
demanda.
3.5. La digitalización, en particular a través
de la automatización basada en IA, la internet de las cosas (IdC) - también la
IdC colaborativa - y el análisis de
datos, permite supervisar la producción y el consumo de energía en tiempo real,
lo que resulta esencial para equilibrar la oferta y la demanda sin recurrir a
fuentes de energía con una elevada huella de carbono. Las herramientas
digitales pueden mejorar la resiliencia de los sistemas energéticos frente a
las perturbaciones físicas y cibernéticas, al permitir una capacidad de
reacción rápida. Si bien la transformación digital está detrás de modelos de
negocio y servicios innovadores en el sector energético, como los agregadores,
no hay que olvidar que la energía es un servicio esencial, por lo que el acceso
a la misma debe seguir siendo un derecho público.
3.6. Las herramientas digitales pueden
proporcionar a los consumidores datos detallados sobre el consumo de energía,
permitiéndoles tomar decisiones informadas sobre sus patrones de consumo. Asimismo,
la digitalización influye en la relación entre consumidores y servicios
públicos de suministro (gestores de redes de distribución (GRD), proveedores y
agregadores), por ejemplo, en la firma de contratos y la prestación de
servicios al cliente.
3.7. Las herramientas digitales también pueden
facilitar la toma de decisiones a la hora de elaborar políticas más centradas
en el usuario, en particular planes de acción contra la pobreza energética.
Deben crearse protocolos de comunicación e intercambio de datos sobre el
consumo de energía entre los GRD o los proveedores y las autoridades para
facilitar la identificación de consumidores vulnerables y acometer medidas de
apoyo específicas en materia de energía destinadas en particular a las personas
que se encuentran en situación de pobreza energética oculta.
3.8. Mediante herramientas digitales y
tecnologías inteligentes, la flexibilidad en el lado de la demanda podría
reducir el consumo eléctrico de los hogares de la UE en más de
71 000 millones EUR al año de aquí a 2030 (6).
Diseñar medidas inclusivas de flexibilidad en el lado de la demanda puede
brindar innumerables beneficios directos a las poblaciones vulnerables. Dichas
medidas deben procurar que la participación en ellas resulte fácil y no suponga
ningún estrés, deben mantener la comodidad y el bienestar y deben integrarse en
las medidas de asistencia social y protección de precios. Para que la
aplicación de estas medidas resulte satisfactoria, será necesario que puedan
capacitar a los consumidores, reducir los costes de la energía y contribuir a
la eficiencia y sostenibilidad generales del sistema energético.
3.9. Algunos dispositivos digitales
sofisticados pueden «ahuyentar» a los consumidores, en lugar de impulsar su
participación, ya que pueden contener demasiadas opciones innecesarias. La
proliferación de tales herramientas y los elevados costes de compra y utilización
de estos dispositivos pueden generar desconfianza. El CESE recomienda adoptar
un enfoque equilibrado, centrado en un diseño inclusivo y accesible, y
complementar la oferta de herramientas digitales más avanzadas y aparentemente
más onerosas con medidas que mejoren la «fluidez» de los hogares en materia de
eficiencia energética. Asimismo, el Comité propone establecer un procedimiento
de controles de auditoría para garantizar el respeto de este principio.
3.10. En la Resolución del Parlamento Europeo
que lleva por título «Tecnologías de registros distribuidos y cadenas de
bloque» [P8_TA(2018)0373] se pone de relieve el potencial de estas tecnologías
para capacitar a los ciudadanos mediante la promoción del control de datos, la
reducción de los costes de las transacciones y la mejora de la
transparencia (7).
Sustituir bases de datos centralizadas frágiles por tecnologías de registros
distribuidos (TRD) podría inspirar en los consumidores más confianza de que los
datos no se verán alterados. Esto se aplica a cualquier tipo de datos que
consideremos importantes y que reflejen el comportamiento de los consumidores y
las obligaciones contractuales o extracontractuales, como los datos sobre
producción y consumo de energía, servicios conexos, etc.
3.11. La TRD parece especialmente prometedora
en el contexto del intercambio de energía y las comunidades de energía, y su
utilidad para el comercio entre pares es evidente. Es necesario promover las
buenas prácticas en materia de transparencia de la gobernanza y uso eficiente
de la TRD en el mundo académico, los proveedores de tecnología y las
agrupaciones de consumidores a través de plataformas de intercambio y grupos de
especialistas.
4. Subsanar
las deficiencias del sistema y gestionar las amenazas
4.1. Por otra parte, la digitalización también
presenta riesgos concretos. La propiedad, soberanía y gobernanza de datos y la
preocupación por la privacidad, la prevención, la seguridad y los posibles
ciberataques contra las infraestructuras energéticas, las lagunas jurídicas, la
inaplicación de la legislación y la brecha digital que podría dejar atrás a
colectivos vulnerables son cuestiones que deben mitigarse.
4.2. La digitalización es compleja y costosa.
La implantación de las tecnologías digitales suele requerir importantes
inversiones iniciales en infraestructura y formación. Los sistemas digitales
añaden complejidad a la gestión de la energía, lo que puede dar lugar a nuevos
fallos.
4.3. Las infraestructuras energéticas se
consideran de alto riesgo, tal como se establece de manera expresa en el
anexo III de la Ley de Inteligencia Artificial. La dependencia excesiva de
las tecnologías digitales puede aumentar la vulnerabilidad de los sistemas
energéticos frente a fallos de la infraestructura digital. La propia
infraestructura digital consume energía, lo que podría contrarrestar algunas de
las ganancias de eficiencia.
4.4. Los retos que plantea la llegada de la
computación cuántica suponen un riesgo aún mayor para la integridad de los
sistemas energéticos (8).
Seguimos confiando en que los gestores de redes y los grandes productores de
energía sean conscientes de lo que eso significa para ellos, y en que posean
competencias de primer orden que les permitan afrontar el «reto cuántico». Sin
embargo, el uso de esta nueva y potente tecnología por parte de agentes
malintencionados también podría afectar a los consumidores como unidad de
consumo individual.
4.5. Las herramientas digitales siguen siendo
muy inaccesibles para muchas personas, a pesar de figurar entre los elementos
centrales de las políticas energéticas recientes de la UE. Esto plantea una
cuestión importante: ¿tiene sentido digitalizar cuando no se dispone de
suficiente energía asequible en primera instancia? El acceso a tecnologías energéticas
modernas y a soluciones digitales avanzadas suele ser más restringido para los
hogares en situación de pobreza energética, debido a la falta de conocimientos
o capacidades, la limitada capacidad de inversión y el escaso interés de las
empresas por ofrecerles soluciones específicas. Las políticas en materia de
energía deben centrarse en poner estas tecnologías a disposición de los hogares
en situación de pobreza energética y en lograr que las acepten, ya que en ellas
se encuentran las premisas para reducir la factura de la luz.
4.6. A fin de mitigar la brecha digital, es
necesaria una actuación liderada por el sector: a los proveedores les interesa
asegurarse de que los consumidores puedan adaptarse sin dificultad a los
cambios en los procesos internos y a los nuevos servicios; sin embargo, esto
solo será posible si los consumidores comprenden las ventajas de la interacción
digitalizada. La mejor manera de avanzar es hacer que las cosas sean simples y
fáciles: complicar más los servicios será contraproducente, ya que los
consumidores mostrarán una mayor aversión al riesgo a la hora de adoptar
cualquier tecnología novedosa.
4.7. Por lo tanto, el CESE reitera la
necesidad de garantizar la equidad y la inclusividad desde el diseño. A la luz
de la brecha digital, el CESE pide que se tomen medidas para que las soluciones
y plataformas energéticas digitales sean accesibles e inclusivas para todos los
consumidores, incluidos los colectivos vulnerables. Esto implica desarrollar
herramientas digitales fáciles de usar que se adapten a las diversas
necesidades y promuevan la igualdad de acceso a los servicios energéticos
digitales. En 2022, solo una de cada diez personas en la Unión utilizaba
termostatos, contadores de suministros, luces, unidades enchufables o
cualesquiera otras soluciones domésticas de gestión de la energía con conexión
a internet (9).
A este respecto, existe un desfase enorme entre los Estados miembros de la UE,
ya que en Países Bajos estas soluciones se encuentran a disposición de dos
tercios de la población, mientras que en Rumanía y Bulgaria son casi
inexistentes.
4.8. La flexibilidad de la demanda, si bien se
considera beneficiosa en general para el funcionamiento de los mercados
energéticos, es un producto arriesgado en sí mismo, ya que la aplicación de
servicios de flexibilidad a nivel doméstico implica que los consumidores firmen
una tarifa variable vinculada al mercado, lo que podría provocar que se
transfiriera la volatilidad de los precios al hogar. En estas circunstancias,
el consumidor tiene poco o ningún poder de negociación, lo que le hace
vulnerable a las fluctuaciones de precios y otras condiciones adversas del
mercado. El CESE señala que es necesario disponer de mecanismos de emergencia
por si se produce una perturbación sin precedentes con efectos desastrosos en
las facturas de los consumidores.
4.9. El CESE opina que las ayudas directas y
las subvenciones desempeñan un papel a la hora de apoyar la adopción de
tecnologías e infraestructuras digitales, al menos en la fase de adopción
temprana. Urge prestar apoyo específico a los países que se sitúan en extremo
más alejado de la curva de digitalización, con el fin de agilizar la adopción
de soluciones con conexión a internet de cara a la gestión energética y la
infraestructura correspondiente, mientras que los agentes del mercado de estos
países deben someterse a procedimientos de control más estrictos para
garantizar que cumplen las obligaciones nacionales y de la UE en materia de
digitalización.
4.10. Es bien sabido que la introducción de
nuevas tecnologías y soluciones digitales puede contribuir a conseguir ahorros
energéticos significativos y procurar un margen para la eficiencia energética;
sin embargo, los ahorros iniciales pueden conducir también a un repunte del
consumo (10).
El CESE considera que estos efectos pueden minimizarse con medidas destinadas a
desarrollar la «fluidez» energética de los consumidores y con una ludificación
inteligente, haciendo hincapié en la suficiencia energética.
4.11. El sector de la energía debe predicar
con el ejemplo y aplicar una normativa estricta sobre privacidad de datos para
proteger la información de los consumidores y granjearse la confianza del
público. Poner la tecnología a disposición de diversos grupos y de los más
marginados debe ser una prioridad. Podrían (re)diseñarse espacios controlados
de pruebas para dirigir las acciones de los agentes que los utilicen, para lo
cual sería imprescindible realizar una «prueba de vulnerabilidad» para
maximizar los beneficios del régimen reglamentario laxo. Por ejemplo, cuando se
desarrolla un aparato o dispositivo doméstico inteligente, la primera
preocupación debe ser si es capaz de resistir un ciberataque malintencionado en
una «prueba de choque». Sin embargo, en paralelo, estos dispositivos deben
tener interfaces y diseños intuitivos para garantizar que, en el peor de los
casos, incluso los usuarios con menos conocimientos estén en condiciones de
tomar las medidas necesarias y evitar las peores repercusiones.
4.12. Para abordar las posibles cuestiones
éticas derivadas del uso de la IA y los macrodatos en el sector de la energía,
el CESE pide que se apliquen marcos sectoriales estrictos. Estos deben hacer
hincapié en la gobernanza ética de la IA y los macrodatos, y garantizar que
estas tecnologías se utilicen de manera que respeten los valores humanos
fundamentales y los derechos de los consumidores, tal como se prevé en la Ley
de Inteligencia Artificial.
4.13. La TRD aún está en proceso de alcanzar
su máximo potencial en las aplicaciones prácticas cotidianas. El CESE reconoce
la importancia de la TRD para garantizar la seguridad de los datos y las
transacciones energéticas, ya que fomenta la transparencia y la confianza, y
respalda con cautela su creciente uso en las aplicaciones de transacciones
energéticas digitales. Se necesitan una supervisión y unas salvaguardias
reglamentarias sólidas.
4.14. Las brechas digital y energética suelen
ir precedidas de una arraigada pobreza intergeneracional y desigualdad de
oportunidades. Al desplegar herramientas financieras para mitigar este reto,
debe respetarse el principio de transición justa. En el centro de la transición
digital justa se halla la necesidad de prestar apoyo a los sectores y
trabajadores más perjudicados por las perturbaciones debidas a la
digitalización. Este apoyo, en forma de programas de reciclaje profesional y
ayuda financiera, debe dirigirse en primer lugar a los más vulnerables, sin
crear nuevos desequilibrios. Se prevé que las academias para una industria de
cero emisiones netas (11) formen
a 100 000 alumnos cada una en los tres años siguientes a su creación;
la digitalización del sector energético, con sus evidentes beneficios para la
eficiencia energética, es uno de los ámbitos en los que deben centrarse estas
academias aún por materializar.
4.15. La «brecha de digitalización energética»
podría tener un impacto incluso mayor de lo que cabría esperar de forma
natural. Es posible que los consumidores que queden al margen de la
digitalización de este sector no puedan aprovechar las nuevas oportunidades y
participar efectivamente en el proceso de transición energética. La brecha cada
vez mayor entre los «consumidores avanzados», los prosumidores y los
«consumidores convencionales» puede conllevar que los consumidores vulnerables
soporten una proporción relativamente más elevada de los costes del sistema
energético. En este caso, la transición energética tendría carácter injusto y
regresivo. Es necesario adoptar una amplia gama de medidas para garantizar una
inclusión adecuada de los consumidores, como las medidas de diseño inclusivo y
asequibilidad, ya que la digitalización no constituye un fin en sí mismo.
4.16. Las herramientas de IA pueden resultar
útiles para la labor de los responsables de la toma de decisiones, los
organismos de RAL y las organizaciones de consumidores mediante la detección de
patrones y deficiencias en la observancia y el ejercicio de los derechos de los
consumidores, pero no son infalibles. En todo caso, los consumidores deben
tener derecho a la supervisión humana para comprobar y hacer un seguimiento de
las prácticas de los agentes energéticos y digitales.
4.17. El CESE también pide a la UE que asuma
un papel de liderazgo en el desarrollo de normas internacionales para los
consumidores de energía digital. Convertir las amenazas en oportunidades a
escala mundial significa observar de cerca a otras regiones en busca de las
mejores prácticas y adaptarlas a nivel local, al mismo tiempo que se promueven
a escala internacional. Los esfuerzos encabezados por la Unión para alcanzar
los más altos niveles de protección de los consumidores deben centrarse en
fomentar la colaboración mundial para diseñar un enfoque unificado de los
derechos y obligaciones de los consumidores digitales.
4.18. Para lograr este objetivo, es
fundamental colaborar con socios clave de todo el mundo, como la Agencia
Internacional de la Energía (AIE), la Comisión Electrotécnica Internacional
(CEI) y la Federación Mundial de la Energía Inteligente. Estas organizaciones
pueden proporcionar información y apoyo valiosos, que garanticen la
exhaustividad e inclusividad de las normas, y responder con eficacia a las
necesidades de los consumidores digitales de energía en todo el mundo. Con esta
cooperación, la UE puede encabezar los esfuerzos por armonizar la normativa,
mejorar la protección de los consumidores y promover prácticas energéticas
sostenibles a escala mundial.
Bruselas,
11 de julio de 2024.
El
Presidente
del
Comité Económico y Social Europeo
Oliver RÖPKE
(2) Dictamen
del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Comunicación de la Comisión al
Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al
Comité de las Regiones - Digitalizar el
sistema energético: plan de acción de la UE» ( DO C 184 de
25.5.2023, p. 93).
(3) Equidad digital: control de
adecuación de la legislación de la UE en materia de protección de los
consumidores.
(4) Commission adopts new implementing act to improve access to metering and
consumption data.
(5) https://www2.deloitte.com/xe/en/pages/energy-and-resources/articles/distribution-grid-investment-to-power-energy-transition.html.
(6) https://smarten.eu/wp-content/uploads/2022/09/SmartEN-DSF-benefits-2030-Report_DIGITAL.pdf.
(7) https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-8-2018-0373_ES.pdf.
(8) https://www.smart-energy.com/industry-sectors/cybersecurity/preparing-the-power-grid-for-future-quantum-cyberattacks/.
(9) Eurostat, https://doi.org/10.2908/ISOC_IIOT_USE.
(10) https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2214629620302334.
(11) The Net-Zero Industry Act:
Accelerating the transition to climate neutrality (La Ley sobre
la industria de cero emisiones netas: Acelerar la transición hacia la
neutralidad climática).
ELI:
http://data.europa.eu/eli/C/2024/6020/oj
ISSN 1977-0928
(electronic edition)
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