Por: Carlos A. FERREYROS SOTO
Doctor en Derecho
Universidad de Montpellier I Francia.
RESUMEN
El presente Dictamen recoge la posición del Comité Económico y Social Europeo (CESE) respecto de la Comunicación COM(2023)558 ComunicaciónFinal de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, al Consejo, al ComitéEconómico Y Social Europeo y al Comité de las Regiones Hacia una Europea mas resiliente,competitiva y sostenible, adoptada por la Comisión Europea de cara a la celebración de la cumbre de Granada, con el fin de tenerla en cuenta en la preparación del próximo mandato legislativo europeo.
Dada la diversidad de las cuestiones abordadas en el documento (Reforzar nuestras capacidades de defensa y construir una paz duradera en Europa, Mejorar la seguridad energética de Europa y hacer frente a la crisis climática, Construir una base económica más sólida y sostenible, Fomentar la inversión pública y privada), el presente Dictamen se centra en cuatro sectores clave para el futuro de la autonomía estratégica de Europa: la energía, las tecnologías digitales, la defensa y el espacio. En él se formulan propuestas concretas para reafirmar la necesidad de que Europa sea una potencia económica y política.
La UE ha actuado decididamente para hacer frente a los riesgos económicos y
las dependencias estratégicas adoptando medidas de reducción del riesgo en ámbitos
claves [1) Materias primas fundamentales, 2) Semiconductores, 3) Tecnologías
de cero emisiones netas, 4) Sanidad, 5) Transformación digital, 6) Productos alimenticios y 7) Tecnologías
críticas].
Particularmente en Transformación digital, la UE está decidida a mantener e intensificar su
participación activa en diversos foros internacionales, en particular el Proceso
de Hiroshima puesto en marcha por el G7, y a promover bilateralmente el
desarrollo y la adopción de una inteligencia artificial fiable a escala
mundial. Adicionalemnte ver: Reglamento
Europeo en materia de Inteligencia Artificial; Interrogantes
y Respuestas de la CNIL sobre riesgos y articulación de los Reglamentos de
Protección de Datos Personales y de Inteligencia Artificial
El Dictamen del CESE concluye pidiendo a la Comisión Europea que:
— garantice una mejor coordinación
de la industria europea de la defensa;
— invierta masivamente
en I+D para reforzar la soberanía tecnológica de Europa en ámbitos críticos y garantizar
su superioridad operativa frente a posibles adversarios;
— vele por que la UE y
sus Estados miembros aumenten de forma considerable sus contribuciones para adaptar
la defensa europea al nuevo entorno estratégico;
— facilite el acceso a
la inversión y la financiación privadas y públicas mediante políticas y medidas
reglamentarias; y
— fomente y apoye los esfuerzos de los Estados miembros destinando la mayor parte de los presupuestos a adquirir equipos y sistemas de proveedores europeos.
A fin de acceder a normas similares y estándares europeos, las empresas, organizaciones públicas y privados interesados en asesorías, consultorías, capacitaciones, estudios, evaluaciones, auditorías sobre el tema, sírvanse comunicar al correo electrónico:cferreyros@hotmail.com
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Diario Oficial | ES Serie C |
C/2024/4062 | 12.7.2024 |
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo
Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones
Hacia una Europa más resiliente, competitiva y sostenible
[COM(2023) 558 final]
(C/2024/4062)
Ponente:
Alain COHEURCoponente:
Alain TACCOENAsesor | Olivier LEMAITRE (por el ponente del Grupo III) |
Consulta | 13.11.2023 |
Base jurídica | Artículo 304 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea |
Sección competente | Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales |
Aprobado en sección | 8.4.2024 |
Aprobado en el pleno | 24.4.2024 |
Pleno n.o | 587 |
Resultado de la votación (a favor/en contra/abstenciones) | 163/0/1 |
1. Conclusiones y recomendaciones
1.1. En el presente
Dictamen se recoge la posición del CESE respecto de la Comunicación COM(2023) 558
final adoptada por la Comisión Europea de cara a la celebración de la cumbre de
Granada, con el fin de tenerla en cuenta en la preparación del próximo mandato legislativo
europeo. Dada la diversidad de las cuestiones abordadas en el documento, el presente
Dictamen se centra en cuatro sectores clave para el futuro de la autonomía estratégica
de Europa: la energía, las tecnologías digitales, la defensa y el espacio. En él
se formulan propuestas concretas para reafirmar la necesidad de que Europa sea una
potencia económica y política.
1.2. El CESE expresa
su profunda preocupación por el retraso acumulado con respecto a Estados Unidos
y China en sectores tan estratégicos como los que se abordan en el presente Dictamen,
lo que sigue debilitando la independencia, la soberanía y el modelo de sociedad
europeos. Debido a la grave falta de inversión en comparación con sus competidores,
la Unión Europea (UE) no tiene una posición dominante en prácticamente ninguno de
estos sectores industriales y carece de liderazgo geoestratégico. La voluntad de
la UE de volver a ejercer un control estricto sobre el gasto público debilitará
aún más de manera permanente su modelo económico y social.
1.3. En el futuro,
el sistema energético de la UE estará altamente electrificado y dominado por las
energías renovables intermitentes. Satisfará una demanda variable, por lo que será
necesario en todo caso velar por su independencia y su seguridad energética. En
la actualidad, el equilibrio entre la oferta y la demanda depende en gran medida
de las centrales hidroeléctricas, nucleares, térmicas y fósiles; por ello, garantizar
dicho equilibrio en el futuro revestirá una extrema complejidad. Al mismo tiempo,
deberá reforzarse la seguridad energética de la UE, lo que requerirá cuantiosas
inversiones y un marco normativo propicio.
1.4. Asegurar la
transición energética de Europa implica mantener numerosos empleos dignos y disponer
de nuevas competencias. Además, la UE deberá poner a disposición de la ciudadanía
itinerarios educativos que les permitan detectar mejor los patrones de desinformación
y, en consecuencia, contrarrestarlos de manera más eficaz.
1.5. La independencia
digital de Europa se basará en varios elementos, a saber, su capacidad para desarrollar
superordenadores, almacenar datos en su territorio y fomentar el desarrollo de auténticos
agentes industriales.
1.6. La sostenibilidad
y la soberanía de la industria espacial europea deberán afrontar numerosos desafíos:
la fragmentación, la duplicación y el escaso volumen de los principales mercados
institucionales europeos debilitan la Unión; al mismo tiempo, aumenta el déficit
de financiación respecto de Estados Unidos y China, y la UE se enfrenta a operadores
gigantes del sector privado que están optimizando sus cadenas de suministro internas.
La crisis de la industria europea de lanzadores pone de manifiesto estas vulnerabilidades
y afecta ahora al segmento de los satélites. Las capacidades de la Unión siguen
evaluándose en gran medida desde el estrecho ángulo de las políticas nacionales,
pero son inadecuadas para responder a la dimensión europea de los grandes retos
espaciales, lo que se traduce en menores volúmenes de producción para todos los
agentes y mayores costes unitarios para los clientes.
1.7. En los próximos
años, la industria europea de la defensa tendrá que dotar a los Estados miembros
y a sus fuerzas armadas de equipos y capacidades de defensa de alta calidad y adaptados
al nuevo entorno estratégico, pero también prestar asistencia militar continua a
Ucrania y a otros socios; además, deberá garantizarse la adaptabilidad, la sostenibilidad,
la capacidad, la resiliencia y la competitividad de la base tecnológica e industrial
europea de defensa.
2. Observaciones generales
2.1. Garantizar la seguridad
energética de la UE
2.1.1. La UE es
un importador neto: en 2020, el 58 % de la energía disponible en la UE procedía
de un tercer país. Cabe señalar que Europa ha pasado de depender en gran medida
de un proveedor, Rusia, a depender de Estados Unidos para sus compras de gas. China
mantiene una posición dominante en una gran parte de las cadenas de valor industriales
del sector de la energía.
2.1.2. Para responder
a los riesgos que plantea el cambio climático, la UE se ha comprometido a alcanzar
la neutralidad en carbono de aquí a 2050. La Comisión Europea ha propuesto reducir
los gases de efecto invernadero entre un 85 % y un 95 % antes de 2040 mediante una
disminución de la demanda, la descarbonización de los usos finales gracias a una
fuerte electrificación y la renovación energética de los edificios, cuyo ritmo es
en la actualidad demasiado lento.
2.1.3. La electrificación
deberá desarrollarse rápidamente en el futuro, con una producción prevista de 3
362 TWh en 2030, frente a 2 901 TWh en 2021. Para abastecer esta demanda final,
la producción debe basarse en un desarrollo masivo de la producción de electricidad
descarbonizada y en una aceleración de los procedimientos de autorización de los
permisos de producción.
2.1.4. Los usos
térmicos y de refrigeración, la movilidad y la industria son los tres principales
sectores de consumo de energía. La UE ha decidido avanzar hacia la electrificación
directa (con bombas de calor o baterías, entre otras soluciones) e indirecta (mediante
hidrógeno electrolítico) y los combustibles renovables e hipocarbónicos, sin descuidar
la captura de carbono.
2.1.5. El CESE alberga
dudas sobre las hipótesis de referencia que maneja la Comisión Europea, que no permiten
a los agentes industriales prever una planificación estratégica de sus inversiones.
En 2009, la captura de carbono se consideraba fundamental para 2030, antes de retrasarse
a 2035 en 2013, luego para después de 2040 en 2016, desaparecer en 2020 y volver
a ser clave en 2024. También cabe poner en tela de juicio los volúmenes de hidrógeno:
para 2030, el ajuste al objetivo del 55 % preveía 233 TWh; REPowerEU, 670 TWh, y
en 2024 vuelve a situarse en 105 TWh.
2.1.6. El futuro
sistema eléctrico europeo estará dominado por las energías renovables intermitentes
y tendrá que satisfacer una demanda variable. En la actualidad, el equilibrio entre
la oferta y la demanda depende de las centrales nucleares, térmicas, fósiles e hidroeléctricas.
Habrá que prestar especial atención a estas últimas en el marco de los principios
y medidas del Pacto Azul propuesto por el CESE. Garantizar dicho equilibrio en el
futuro revestirá una mayor complejidad, debido a las nuevas flexibilidades (como
la elasticidad de la demanda o el almacenamiento).
2.1.7. La seguridad
energética de la UE presupone cuantiosas inversiones, con un marco favorable a la
inversión, en gran medida privada, aunque los Estados miembros puedan ofrecer ayudas.
2.1.8. La transición
energética requiere contar con empleos dignos de diferente nivel y disponer de las
competencias necesarias en todas las actividades. En el Pacto por las Capacidades,
la Comisión Europea insta a todas las partes interesadas a que adopten medidas destinadas
a impulsar el reciclaje y el perfeccionamiento profesionales. Resulta esencial la
coordinación local y regional entre empresas, sindicatos, corporaciones locales,
universidades y escuelas.
2.1.9. Por último,
el CESE llama la atención sobre el riesgo natural, si bien escaso, de las erupciones
solares, cuyas consecuencias, subestimadas en la actualidad, serían catastróficas
y podrían interferir en el funcionamiento de los satélites, las redes eléctricas
y las tecnologías digitales.
2.1.10. El CESE
pide a la Comisión Europea que:
— haga balance y refuerce el dominio
de la UE en las cadenas de valor de las distintas tecnologías de descarbonización;
— evalúe los riesgos de dependencia y
proponga medidas correctoras en casos de alto riesgo, o incluso de monopolio o cuasimonopolio
a escala mundial;
— fomente, manteniendo la neutralidad
tecnológica, la adopción de productos descarbonizados por medio de incentivos (como
impuestos, subvenciones, normas o etiquetas);
— elucide la razón por la que no se desarrolla
la electrificación de los usos energéticos y tome medidas para remediar esta situación;
— garantice la financiación mediante
un marco adecuado y apoye a los Estados miembros para que puedan responder de forma
rápida y eficaz a las necesidades de renovación energética de los edificios;
— compruebe, a partir de los planes nacionales
integrados de energía y clima para 2024, el grado de coherencia de las proyecciones
de los Estados miembros con los objetivos europeos y extraiga las conclusiones necesarias;
— estudie los modelos de mercado eléctrico
que remuneran la flexibilidad en función del valor creciente del servicio prestado;
— tenga en cuenta
las propuestas del CESE sobre el Pacto Azul; y
— evalúe las consecuencias y proponga planes para anticiparse a las erupciones solares.
2.2. Garantizar la seguridad
digital de la UE
2.2.1. Las tecnologías
digitales han revolucionado la existencia de la especie humana y han brindado numerosas
ventajas innegables como la comunicación instantánea o el acceso inmediato a la
información. También facilita muchas de las tareas cotidianas. Para que todo el
mundo pueda beneficiarse, debe mejorarse la formación digital de la ciudadanía;
esto también es fundamental para hacer frente a los retos de la desinformación y
responder a los desafíos del mercado laboral. El CESE también acoge con satisfacción
los recientes avances en materia de IA.
2.2.2. Si se utilizan
indebidamente, las tecnologías digitales facilitan la difusión de información engañosa,
que puede tener graves consecuencias para la sociedad. El CESE acoge favorablemente
las medidas adoptadas a nivel europeo, como el Reglamento de Servicios Digitales
y el Código de Buenas Prácticas en materia de Desinformación. Este último instrumento
de autorregulación se basa en el compromiso voluntario de los firmantes. El CESE
insiste en su vigilancia, tal como prevé la Comisión Europea.
2.2.3. Salvaguardar
las instituciones democráticas requiere educar y formar permanentemente a toda la
ciudadanía europea, a fin de permitirle detectar mejor los patrones de desinformación
y, en consecuencia, contrarrestarlos de manera más eficaz. Esta formación debe permitir
la adquisición de las competencias necesarias para participar de manera constructiva
en las conversaciones sociales y para reconocer y contrarrestar la desinformación.
2.2.4. Los datos
europeos están alojados en diferentes países. Resulta preocupante que en 2021 (1) Estados
Unidos albergase el 35 % de los centros de datos del mundo. Aunque la normativa
de la UE permite escoger el lugar donde se almacenan los datos, no cabe duda de
que el dominio de los agentes digitales extranjeros crea una dependencia de la UE
respecto de países no europeos. El CESE expresa su preocupación por la extraterritorialidad
de la Ley de Computación en la Nube de los Estados Unidos (Cloud Act), que entra
en conflicto con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). El CESE subraya
la importancia del proyecto Gaia-X, cuyo objetivo es crear un ecosistema europeo
en la nube basado en un planteamiento común.
2.2.5. Los principales
riesgos para la ciberseguridad son las amenazas que pueden comprometer la seguridad,
la confidencialidad, la integridad o la disponibilidad de los datos y sistemas informáticos.
Dichos riesgos pueden tener graves consecuencias: el sector sanitario se enfrenta
a un preocupante recrudecimiento de los ciberataques, según se describe en el informe
«Panorama de amenazas» de la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad
(ENISA). El CESE está muy atento al despliegue del Reglamento sobre la Ciberseguridad
y acoge favorablemente el nuevo sistema europeo de certificación de la ciberseguridad.
2.2.6. En la industria
digital hay que distinguir entre la fabricación de dispositivos y el desarrollo
de aplicaciones informáticas. Mientras que casi todos nuestros dispositivos provienen
de Asia, Europa domina eslabones clave de sectores industriales fuertes, como el
de los equipos de litografía ultravioleta. El CESE apoya la Ley Europea de Chips,
indispensable para la reindustrialización digital de la UE, y subraya la importancia
de contar en Europa con empresas líderes en sus mercados a escala mundial.
2.2.7. La independencia
digital de la UE depende de su capacidad informática y de su nivel de ciberseguridad.
A finales de diciembre se inauguró MareNostrum (2), uno
de los diez superordenadores más potentes del mundo, financiado al 50 % con fondos
europeos. Esta iniciativa debe proseguir durante el próximo mandato.
2.2.8. El CESE
pide a la Comisión Europea que:
— siga supervisando
la alfabetización informática de la ciudadanía europea y anime a los Estados miembros
a sensibilizar a la población sobre los riesgos asociados al uso de las tecnologías
digitales;
— evalúe la aplicación
real de la autorregulación mediante el Código de Buenas Prácticas en materia de
Desinformación, sobre todo en este año de elecciones europeas;
— señale los
lugares donde se almacenan los datos europeos, teniendo en cuenta que los datos
sensibles deben alojarse dentro de la UE;
— proponga soluciones
al conflicto entre la Ley de Computación en la Nube de Estados Unidos y el RGPD
de la Unión;
— supervise el
grado de conocimientos de la ciudadanía europea en materia de ciberseguridad;
— extraiga lecciones
del éxito industrial de determinadas empresas de la UE y saque conclusiones sobre
la situación de la competencia a escala mundial;
— siga invirtiendo
en el desarrollo de superordenadores en Europa.
2.3. Garantizar el futuro
de la industria espacial europea
2.3.1. Los servicios
espaciales se han vuelto estratégicos para las sociedades y economías europeas,
y el espacio es esencial para la libertad de acción y la autonomía de decisión de
la UE. Del espacio dependen la economía y muchas políticas públicas: el transporte,
el posicionamiento, las telecomunicaciones, la meteorología, la vigilancia del medio
ambiente, la comprensión del cambio climático y la observación de la Tierra con
fines de defensa y seguridad.
2.3.2. Los principales
clientes y operadores de infraestructuras espaciales son las autoridades públicas,
con atribuciones de servicio público. Las entidades que proporcionan las infraestructuras
necesarias para suministrar estos datos y servicios son empresas industriales privadas.
La industria espacial desempeña un papel estratégico.
2.3.3. La industria
espacial ha contribuido positivamente a la balanza comercial de la UE, con un superávit
neto medio de 900 millones USD anuales en la última década, gracias a las exportaciones
de sistemas de satélites y servicios de lanzamiento. La industria espacial europea
se caracteriza esencialmente por la dependencia respecto a su capacidad para obtener
contratos en mercados abiertos (muy pequeños) en comparación con la situación de
otras potencias espaciales (entre el 30 % y el 50 % del volumen de negocios se genera
en estos mercados abiertos).
2.3.4. La industria
espacial europea se enfrenta a un número cada vez mayor de amenazas:
— El déficit
de financiación respecto de Estados Unidos y China es cada vez mayor: los presupuestos
espaciales europeos son seis veces inferiores a los de Estados Unidos, y los presupuestos
espaciales de que se disponen en la UE no están coordinados en la mayoría de los
casos, mientras que la doctrina espacial estadounidense ha hecho del espacio un
instrumento esencial para su supremacía e independencia. El auge exponencial de
China no puede ignorarse. Otros agentes, como Rusia y la India, también están intensificando
su actividad. Por último, la industria espacial europea se enfrenta ahora a operadores
gigantes no pertenecientes a la Unión (en particular SpaceX) que optimizan sus cadenas
de suministro internas y generan perturbaciones a gran escala en los mercados.
— La crisis de
la industria europea de lanzadores ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de
este segmento, y ahora le toca sufrir la misma suerte a la industria de satélites:
en la actualidad, las cifras muestran que la rentabilidad de la industria espacial
rara vez es positiva en un momento en que realizar inversiones cruciales es cada
vez más importante.
— La norma del
«retorno geográfico» de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha demostrado ser un medio
eficaz de garantizar la mayor parte de la financiación de los programas, pero no
está exenta de defectos. Esta norma también puede favorecer la atomización de la
cadena de suministro con la presencia de contribuyentes muy pequeños. Preservar
a toda costa las capacidades nacionales aumenta la duplicación y la fragmentación
en un mercado muy reducido. Ello conlleva un menor volumen de producción para todos
y mayores costes unitarios para los clientes.
El CESE pide a la Comisión Europea que:
— diseñe y aplique
una estrategia de la industria espacial a escala europea, teniendo en cuenta la
fragmentación, la duplicación y el escaso volumen de los principales mercados institucionales
europeos, que amenazan la sostenibilidad y la soberanía de la industria de la UE;
— garantice que
las autoridades públicas tengan acceso sin trabas a las capacidades espaciales necesarias
para aplicar políticas públicas, con el grado de independencia requerido (capacidades
que pueden, por tanto, obtenerse de manera unificada en Europa y deben mantenerse
bajo el control de entidades europeas);
— apoye la competitividad
de la industria espacial europea, dada la dependencia del sector industrial espacial
respecto de los mercados abiertos y, por tanto, su necesidad vital de ser competitivo;
— integre el
carácter estratégico de la industria espacial, sus características (largo plazo,
alto nivel de riesgo, gran intensidad de capital) y las políticas de otras potencias
para poner en marcha dicha estrategia de la industria espacial. Las autoridades
europeas pueden recurrir a numerosas herramientas (normas de contratación pública,
financiación de la investigación y el desarrollo, legislación, diplomacia).
2.4. Garantizar el futuro
de la defensa europea
2.4.1. La industria
europea de la defensa es esencial para:
— proporcionar
a los Estados miembros de la UE y a sus fuerzas armadas los equipos y las capacidades
de defensa que necesitan para defender a Europa y a su ciudadanía frente a una amplia
gama de amenazas complejas;
— preservar la
soberanía de Europa y garantizar la protección de la democracia y la estabilidad
en el continente a largo plazo, con un nivel adecuado de autonomía estratégica;
y
— apoyar directamente la estabilidad, la paz y la seguridad de los Estados miembros de la OTAN y de la UE, así como de sus aliados.
2.4.2. Los retos
que afronta la industria europea de la defensa son dobles y se han visto todavía
más agravados por la agresión de Rusia contra Ucrania: en los próximos años, dotar
a los Estados miembros y a sus fuerzas armadas de equipos y capacidades de defensa
rentables, de alta calidad y adaptados al nuevo entorno estratégico, y permitirles
prestar asistencia militar continua a Ucrania y a otros socios; a más largo plazo,
garantizar la adaptabilidad, la sostenibilidad, la capacidad, la resiliencia y la
competitividad de la base tecnológica e industrial europea de defensa.
2.4.3. Además,
no puede haber un pilar europeo sólido de la OTAN sin una base industrial creíble,
autónoma y sostenible. La OTAN ha reconocido que la Alianza necesita una industria
de defensa fuerte y eficiente, con una mayor cooperación europea.
El CESE pide a la Comisión Europea que:
— garantice una
mejor coordinación de la industria europea de la defensa (en concreto alentando
las adquisiciones públicas comunes) y su capacidad de suministrar los equipos que
necesitan las fuerzas armadas de los Estados miembros de la UE, en cualquier momento
y circunstancia; por tanto, debe ser capaz de aumentar rápidamente su producción
para responder a las necesidades urgentes del momento y mantener después un nivel
de preparación adecuado;
— invierta masivamente
en I+D para reforzar la soberanía tecnológica de Europa en ámbitos críticos y garantizar
su superioridad operativa frente a posibles adversarios. La UE debe aumentar de
forma sustancial el presupuesto para un Fondo Europeo de Defensa que sea más estratégico;
— vele por que,
en el próximo marco financiero plurianual y en la línea presupuestaria destinada
a defensa, la UE y sus Estados miembros aumenten de forma considerable sus contribuciones
para adaptar la defensa europea al nuevo entorno estratégico;
— facilite el
acceso a la inversión y la financiación privadas y públicas mediante políticas y
medidas reglamentarias que velen por que las consideraciones y los criterios de
sostenibilidad no discriminen a las empresas europeas de defensa; y
— fomente y apoye
los esfuerzos de los Estados miembros para invertir la situación actual destinando
la mayor parte de los presupuestos a adquirir equipos y sistemas de proveedores
europeos, condición sine qua non para mantener una industria europea de la
defensa viable.
Bruselas, 24 de abril de 2024.
El Presidente
del Comité Económico y Social Europeo
Oliver RÖPKE
ELI: http://data.europa.eu/eli/C/2024/4062/oj
ISSN 1977-0928 (electronic edition)
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