Por: Carlos A. FERREYROS SOTO
Doctor en Derecho
Université de Montpellier I Francia.
cferreyros@hotmail.com
PROLOGO
La Comisión Nacional de Informática y Libertades, CNIL, Autoridad de Protección de Datos Personales de Francia, identificó cinco ejes estratégicos para el trienio de 2019-2021:
1. Dar prioridad a los desafíos
digitales de la vida cotidiana.
2. Asumir una regulación
equilibrada de protección de datos a la hora del RGPD.
3. Promover la diplomacia de datos
4. Ofrecer un expertise público de vanguardia sobre el ámbito digital y cíberseguridad.
5. Encarnar un servicio público innovador y reunido en torno a sus valores
3. Promover la diplomacia de datos
4. Ofrecer un expertise público de vanguardia sobre el ámbito digital y cíberseguridad.
5. Encarnar un servicio público innovador y reunido en torno a sus valores
Los mismos que establecen prioridades, dentro de un proceso progresivo y colaborativo con otras autoridades públicas y teniendo como referencia el Reglamento Europeo de Protección de Datos Personales, RGPD.
Esta Hoja de Ruta Estratégica pudiera servir de referencia a autoridades homólogas en Latinoamérica.
Incluyo el enlace al articulo en francés.
https://www.cnil.fr/sites/default/files/atoms/files/cnil-feuille-de-route-strategique-2019-2021.pdf
Incluyo el enlace al articulo en francés.
https://www.cnil.fr/sites/default/files/atoms/files/cnil-feuille-de-route-strategique-2019-2021.pdf
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HOJA DE RUTA
ESTRATÉGICA
2019-2021
Comisión
Nacional de Informática y Libertades, CNIL- Francia.
Introducción
En 2016, la CNIL
adoptó un plan trienal de orientaciones estratégicas y operativas. Este
plan tenía dos objetivos principales: hacer de la CNIL, ante una presión
cuantitativa y cualitativa muy fuerte debido al cambio de la empresa en la era
digital, un regulador completo, ágil e invertido en co-regulación e
inter -regulación; Redactar un proyecto para un período inédito para la
institución, el de la adopción y luego la entrada en aplicación del
Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD).
Tres años después, la
visión propuesta ha demostrado ser relevante: gracias a la inversión de todos
sus equipos, la CNIL se ha reposicionado y modernizado en gran medida. Este
plan estratégico le permitió mejor preparar y llevar a
cabo con eficacia sus misiones durante 2018, un año excepcional debido
al cambio hacia un nuevo marco legal y un nuevo modo de gobernanza de los
datos personales, en gran parte europeizado, y
al considerable incremento de solicitudes dirigidas a la CNIL
por particulares y profesionales en esta ocasión.
También se dieron
importantes pasos en 2019. El nuevo marco legal ya está en marcha y la
cooperación europea se ha convertido en una realidad. Aún queda camino por
recorrer para completar la transformación y lograr una cultura de “tecnologías
de la información y libertades” que sea plenamente compartida y difundida
en el país.
Es en este contexto
que, a partir de marzo de 2019, la CNIL se ha embarcado en nuevas orientaciones
que abarcan el período 2019-2021. Ha optado por hacerlo a través de
un proceso progresivo y colaborativo, asociando a los miembros de la Comisión,
a los responsables y a todos sus agentes reunidos en
talleres transversales, que han permitido enriquecer la reflexión
colectiva y co-construir la orientaciones finales.
Esta hoja de ruta
estratégica 2019-2021 establece las prioridades para los próximos años, con el
fin de ejercer mejor la misión de servicio público que incumbe a la CNIL,
con respecto a sus distintos públicos, cumpliendo mejor sus expectativas, en la
medida de los medios de que dispone la institución y de los retos operativos
del colectivo europeo.
Tras una fase marcada
por cambios y transiciones, el hilo conductor de esta hoja de
ruta es la apropiación, la realización, para todos - personas,
profesionales, colectivo europeo - de todas las promesas y
potencialidades del RGPD. El período 2019-2021 será decisivo para
dar credibilidad al nuevo marco legal y transformar esta ambiciosa apuesta
europea en éxito operativo. Las expectativas de la sociedad civil
y los actores económicos son muy altas. Este modelo está
llamando la atención y marcando hitos en el diseño de marcos regulatorios
en todo el mundo. Para seguir siendo, en este nuevo contexto, un
regulador de datos eficiente y pragmático, que desempeña plenamente su papel
tanto a nivel nacional como europeo, la CNIL debe continuar, hasta la
prueba de la práctica, modernizándose. Por ello, ha identificado cinco
ejes estratégicos que deben orientar su actuación en 2021.
1. Dar
prioridad a los desafíos digitales de la vida cotidiana.
La protección
de los derechos de las personas, reforzada por el RGPD, ha sido el objetivo de
la CNIL desde la ley del 6 de enero de 1978. Pero el contexto ha sufrido
un cambio profundo, marcado por la multiplicación, masificación y
diversificación del procesamiento de datos. personales, así como
en la modificación del comportamiento
individual. En consecuencia, hay que dar prioridad a lo que afecta
más concretamente a la vida de los ciudadanos, para hacer de la CNIL el aliado
de confianza de su cotidianidad digital.
Cuatro
objetivos permitirán de lograrlo:
1. Facilitar
el tratamiento de incoaciones de particulares: la calidad del manejo de
estas incoaciones (reclamos, quejas, ejercicio indirecto de
derechos, etc.) debe mantenerse y ser más que nunca una prioridad para la
CNIL. En un contexto de masificación de estas incoaciones, se debe
buscar una mayor efectividad de las acciones en este ámbito, jugando
sobre todas las palancas susceptibles de facilitar el recurso a la CNIL,
reducir la tramitación interna de estas solicitudes y aumentar el efecto
útil, más allá de los casos concretos, de las soluciones obtenidas: mejora de
las herramientas informáticas, optimización de la gestión de
la tramitación de las reclamaciones, desarrollo continuo de respuestas
estándar a preguntas, etc.
2. Enriquecer
la oferta editorial destinada a las personas: la CNIL debe fortalecer su
pedagogía respecto de las personas, que deben constituir el eje central de
sus acciones, y en particular de los jóvenes. Debe reforzarse la posición
de las producciones dedicadas a los temas más habituales en la vida
cotidiana de las personas. Se desarrollarán nuevos formatos de
comunicación (videos, tutoriales, consejos prácticos, etc.) que
permitan apropiarse adecuadamente de los temas. Los contenidos sobre
los derechos de los niños se enriquecerán y se harán más visible.
3. Ser más
legibles: la CNIL debe fortalecer la legibilidad y la simplicidad de las
palabras respecto de las personas. Se pondrán a disposición de las
personas respuestas llave en mano, recomendaciones prácticas y
herramientas digitales sobre los problemas que les afectan más concretamente,
a fin de que puedan protegerse eficazmente en su vida digital
diaria. La CNIL también debe anticipar, desde el diseño de
una producción que lo justifique, la comunicación pública resultante,
dirigida a todas las personas que enfrentan los mismos problemas,
pero también a los profesionales que procesan sus datos con el fin de
solicitarlos y sensibilizarlos más directamente sobre cuestiones que
afectan la vida diaria de las personas. La redacción
de las producciones debe, en la medida de lo posible, hacerse más simple y
accesible sin perder precisión.
4. Fortalecer
la posición del cotidiano digital en todas las acciones de la CNIL: más allá de
las misiones directamente dirigidas a las personas (información pública,
tramitación de referencias), el ejercicio por la CNIL del conjunto de sus
misiones. debe estar más centrado en la vida digital diaria de las
personas, con el fin de mejorar eficazmente su grado de control sobre sus
datos. Sus misiones de acompañamiento a los profesionales, control, vigilancia
tecnológica o promoción de tecnologías protectoras de la privacidad, pero
también de asesoramiento a las autoridades públicas y reguladoras, deben
estar plenamente orientadas a los temas y objetos que más concretamente afectan
personas, en su vida privada o profesional.
2. Asumir una
regulación equilibrada de protección de datos a la hora del RGPD.
Las acciones
“represivas” de la CNIL adquieren una nueva dimensión con la RGPD y la CNIL
debe invertir plenamente en ella. Al mismo tiempo, ella debe
definitivamente hacer entrar la protección de datos en las
costumbres y la cultura cotidianas de los profesionales, condición
imperativa para el éxito del RGPD y la seguridad jurídica de las acciones de la
CNIL. La CNIL, seguirá caminando de esta manera sobre sus dos
pies, equilibrados y coordinados, acompañamiento y
acción represiva.
Cuatro
objetivos permitirán de garantizar este equilibrio en el nuevo contexto jurídico:
1. Mejor focalización y valorización de la oferta de acompañamiento: para optimizar
la eficacia de sus acciones de acompañamiento teniendo en cuenta los recursos
asignados, esta misión debe basarse en una estrategia claramente definida y
hecha pública, asumiendo un acompañamiento jerarquizado y
priorizado sobre colectivos, profesionales o sociedad civil, así como en
los tipos de tratamiento de datos con mayor impacto, por su naturaleza o
escala, sobre las personas y el mundo de mañana. Las posiciones tomadas
por la CNIL en este contexto deben luego ser transmitidas más ampliamente (al público,
a las "cabezas de redes", a los delegados, etc.). Es necesario
reforzar la visibilidad y las acciones de la CNIL
para aumentar los efectos, buscando en el día a día alianzas con los
actores más cercanos a las empresas, de todos las tallas.
2. Adaptarse
a la madurez y las necesidades variables de los profesionales: para brindar
seguridad jurídica a todos los actores profesionales y facilitar su
interpretación del RGPD, sin por lo tanto asesorarlos individualmente, la CNIL
debe adecuar su discurso a nivel de la experiencia y de las necesidades de
estos profesionales. Sus producciones deben ser más legibles para los
actores pequeños y medianos en particular y deben dedicarse a ellos nuevas
herramientas de cumplimiento más prácticas. Teniendo en cuenta la
especificidad de determinadas organizaciones - les PMETPE, las autoridades
locales y sus agrupaciones, asociaciones, etc. - constituye en adelante un
eje aparte. El recorrido usuario sobre su sitio también se re-diseñará
para tener en cuenta la variedad de necesidades. En última instancia, los
organismos deberían poder auto-evaluar su nivel de preparación
para poder extraer ellos mismos las consecuencias sobre las acciones de
cumplimiento a implementar.
3. Visibilizar
la acción represiva: en el contexto del fortalecimiento de los
poderes represivos de la CNIL, un mejor conocimiento, por parte de
los organismos, procedimientos de control y sanción se hace
imprescindible. Las numerosas actuaciones de la CNIL en el marco
de la tramitación de denuncias y misiones de control deben ser más
capitalizadas (en la web y ante las federaciones profesionales) con el fin
de transmitir las buenas y malas prácticas observadas y así maximizar el
efecto útil de las soluciones encontradas en los expedientes individuales.
4. Mejor
articular sanción y acompañamiento: el
fortalecimiento de estos poderes represivos también implica un mayor riesgo de
litigio. Más aún que hoy, este contexto impone una fina y flexible
coordinación entre servicios, sobre muchos expedientes como sobre los programas
de trabajo, a fin de asegurar las acciones de la CNIL. Esta
articulación también debe integrar las expectativas de los profesionales,
quienes deben ser capaces de comprender fácilmente la postura y el enfoque
de la CNIL en sus diversos intercambios con ella.
3. Promover
la diplomacia de datos
El RGPD
requiere una inversión plena y entera de la CNIL en la cooperación
europea. La participación activa en los trabajos del colectivo europeo es
una necesidad tanto jurídica como política: el éxito del nuevo modelo de
gobernanza de datos europea es la clave para una auténtica soberanía
europea en este ámbito y también refuerza el peso de las acciones
emprendidas en el nivel nacional. La CNIL debe contribuir al éxito del
colectivo europeo portando su propia visión , basada en una
larga experiencia de su profesión como regulador. Más allá del círculo
europeo, la CNIL debe participar activamente, en la medida de sus
posibilidades, en la geopolítica internacional de los datos, en relación con la
diplomacia francesa.
Estos
imperativos estarán garantizados por la consecución de tres objetivos:
1. Anclar la
cooperación europea en el día a día de la CNIL: la europeización de
las actividades de la CNIL, ya ampliamente implementada, debe completarse
definitivamente. En lo sucesivo, los procedimientos y métodos operativos
internos deben adaptarse perfectamente a la hora europea. Una estrategia
de cooperación reforzada con otras autoridades nacionales de control debe
también guiar este nuevo enfoque cooperativo, para facilitar el trabajo
conjunto, la emergencia de una cultura común y una mayor eficiencia visible
para todos.
2. Desempeñar
un rol motor dentro del colectivo europeo: el expertise de
la CNIL es unánimemente reconocido en Europa. Para mantener y
profundizar su valor añadido y su contribución a los trabajos europeos, la
CNIL debe optimizar su estrategia de inversión a nivel europeo y dirigir mas
eficazmente las actividades orientadas al CEPD. Ella también debe igualmente
mejor dar conocer el trabajo del colectivo europeo en Francia, ante los poderes
públicos, las organizaciones y el público.
3. Portar la voz de la CNIL a nivel internacional: más allá del
único colectivo europeo, la CNIL debe seguir influyendo a nivel internacional
donde se jugarán, en los
próximos años, los principales equilibrios geopolíticos en
materia de protección de datos. Dentro de los límites de sus recursos, la
CNIL debe por tanto desarrollar nuevos relevos y palancas de influencia en
este ámbito, con otras autoridades públicas, en particular la diplomacia
francesa, otras redes (francofonía, por ejemplo), sobre temas jurídicos y
técnicos de alto riesgo.
4. Ofrecer un expertise público de
vanguardia sobre el ámbito digital y ciberseguridad.
La CNIL debe
participar activamente en la implementación de nuevas formas de regulación
digital, de las cuales la protección de datos es una parte
esencial. Ella dispone de una experiencia de primer plano en el panorama
de esta regulación que
debe profundizar. Para dar una respuesta más completa a los desafíos
que ella enfrenta y para dotar al Estado en su conjunto de una capacidad
de respuesta global efectiva, debe promover y participar a la implementación de
una red de expertises y herramientas en los demás componentes del
Estado digital. Por último, la regulación no puede basarse exclusivamente en
conocimientos jurídicos y tecnológicos:
la CNIL seguirá invirtiendo en otros enfoques, económicos y éticos en
particular.
Cuatro
objetivos definen este eje estratégico:
1.
Profundizar los conocimientos técnicos de la CNIL: para seguir siendo
capaz de controlar, legal y técnicamente, un ecosistema cada vez más
complejo, la CNIL debe fortalecer aún más su nivel de expertise,
que debe permanecer continuamente al nivel de los grandes actores
privados. Se deben activar todas las palancas para
fortalecer estas competencias, en términos de formación, de herramientas de
investigación o de cooperación con las autoridades homologas, las otras
autoridades públicas competentes en materia digital y el mundo de la
investigación.
2. Promover
la visión de la CNIL sobre la tecnología digital y la innovación: la CNIL no
tiene el monopolio de esta regulación y no tiene tal vocación. Ella tiene, sin
embargo, una singularidad a valorizar, por su antigüedad y su experiencia como
regulador, por el carácter horizontal y diversificado de su ámbito de
intervención y del objeto que regula, los datos personales, hilo conductor del
mundo digital. Por tanto, ella debe contribuir a los debates
que configuran la visión de la tecnología digital y de su regulación. La
CNIL promoverá su visión de la innovación y de las experimentaciones en la era
del RGPD, así como las acciones concretas que está implementando a fin de
sostener a los emprendedores, privados como públicos, en este sentido.
3. Hacer más
concreta la interregulación: más allá de ciertos logros efectivos, la
interregulación de la tecnología digital, con otras autoridades públicas,
debe fortalecerse aún más. Solo este método es capaz, por lo tanto, de
naturaleza a afrontar los retos que plantea el advenimiento de la tecnología
digital, que afecta a todas las personas y organizaciones y en todas sus
actividades y no puede reducirse a una única política pública o un solo marco
regulatorio. La fuerte convicción de la CNIL es que la
interregulación debe realizarse de forma mas concreta, mediante debates sobre
proyectos específicos y de trabajos conjunto más profundos entre los
reguladores.
4. Difundir
el enfoque ético: así como la regulación digital solo puede ser eficaz que
mutualizando y enlazando en red las autoridades públicas, los
enfoques legales y técnicos, el core principal de la CNIL, no
pueden ser suficientes por ellos mismos a aprehender los cambios que se están
produciendo y a proteger eficazmente las personas. En consecuencia, la
CNIL debe fortalecer el carácter multidisciplinario de su enfoque. En la
continuidad de la tendencia iniciada después de varios años, ella continuará su
inversión en el campo de la ética, en conjunto con otros actores públicos del
debate, y valorizando aún más las reflexiones éticas ya presentes en sus
producciones.
5. Encarnar
un servicio público innovador y reunido en torno a sus valores
En el
ejercicio de sus misiones frente a sus agentes, la CNIL debe ser
ejemplar. Responsable de
proteger los derechos fundamentales, sus formas de hacer las
cosas deben, en el momento en que la tecnología digital trastoca las relaciones
sociales y profesionales, creando oportunidades sin precedentes y viendo
emerger nuevos riesgos, reflejar los valores humanistas que la portan. Ella
también debe profundizar en las ventajas que ofrece la tecnología digital
en sus herramientas internas y en su relación con sus
públicos. Estos imperativos constituyen la piedra angular de la
actuación de la CNIL, condición para el ejercicio de su misión de servicio
público.
De estos
requisitos se derivan cuatro objetivos:
1. Escuchar
aún más a sus públicos: la regulación de los datos personales en el
mundo digital no se puede hacer "en la habitación" e impone por
el contrario, una dinámica continua de confrontación con la realidad, de
verificación de los méritos de las acciones. y decisiones con respecto
a sus efectos en el tiempo. La evaluación del impacto de las acciones de
la CNIL y la medida de satisfacción de los públicos a las que ella sirve
constituyen desde ese momento imperativos. Sus modalidades de acciones
deben ser, finalmente, más innovantes y estar más enfocados sobre los usos de
sus públicos, gracias a un creciente uso de los señalamientos y las
múltiples señales débiles que recibe.
2. Conocernos
mejor, integrarse mejor: más allá de las herramientas y procedimientos,
el fortalecimiento de la identidad colectiva de la CNIL también requiere
un trabajo reforzado de integración alrededor de un zócalo de valores
comunes, por una mas grande capacidad de la institución a integrar los nuevos
agentes y por el mantenimiento de vínculos profesionales y humanos conviviales
y benevolentes, en un contexto de evolución acelerada del marco de
acción.
3. Mejorar el
trabajo colectivo dentro de la CNIL: la cohesión interna de la institución
es más que nunca una necesidad, para garantizar la seguridad jurídica
necesaria a sus acciones, para facilitar el trabajo de sus agentes o para
mantener y fortalecer la vínculos que los unen, en un contexto de aumento
y de renovación de sus efectivos. Las herramientas prácticas de transversabilidad
(gestión del conocimiento, intranet, circulación de la información, etc.) deben
ser modernizadas, en el marco de un ambicioso plan de transformación
digital.
4. Crear una
“marca empleadora” CNIL: esta identidad colectiva y sus formas de
trabajo deben constituir la especificidad del
empleador público que es la CNIL, así como su gestión
previsional eficiente de las competencias y recorridos internos y
externos de su personal, que debe formalizarse más. Sobre estas bases,
que garantizan la calidad del grupo de trabajo en el seno de la CNIL , se
debe implementar una verdadera estrategia de marca empleadora, que
contribuya al atractivo de la contratación.
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