viernes, 2 de agosto de 2013

EL VALOR DE LA IDENTIDAD PERSONAL



(Informe del Boston Consulting Group)

Traducción del resumen del Informe: Carlos FERREYROS

(Informe del BGC: Boston Consulting Group sobre el valor de los datos personales en Europa. La encuesta se realizó en Alemania, Holanda y Polonia, y cubrió 3.000 personas)

Los datos personales se han convertido en una nueva moneda. El reto para los responsables políticos y las empresas es de establecer la confianza de los usuarios para que esta moneda circule.

La identidad digital es la suma de todas las informaciones disponibles de un individuo. Ella resulta cada vez más completa y trazable, impulsada por el crecimiento exponencial de los datos y de las posibilidades de Big Data  (datos masivos). El desarrollo de la identidad digital es una de las preocupaciones para los individuos y las empresas. Las personas son sensibles a la confidencialidad de su vida privada y la pérdida de control sobre sus datos. Las empresas se inquietan del robo o pérdida de datos (también mediante la nube, cloud computing) que pueden poner en peligro su posición como proveedor u operador de confianza.

El desarrollo de los suscriptores de redes sociales (1/4 de la población mundial en 2015) y de Internet de objetos (75 millones de máquinas estarán conectadas en 2015 en Europa) no sólo están cambiando el volumen, sino el número de tipos de datos de carácter personal.

Los datos de carácter personal serán un acelerador del crecimiento en una economía deprimida.

Entre 2008 y 2011 el e-Comercio represento: + 15% de crecimiento; las comunidades web 2.0: + 100%.

El valor creado por la identidad personal constituirá 22% del crecimiento anual y 330 mil millones dólares / año en Europa en 2020.

Las personas se beneficiaran de un incremento aún mayor (670 millones desde ahora a 2020) y el % del valor de la identidad personal será del 8% en el PIB de los 27 países europeos[1].

Sin embargo, las dos terceras partes del valor potencial (es decir, 440 000’ 000 000 €) no están asegurados si la confianza no se establece la confianza.

El valor de los datos personales no concierne sólo la Web 2.0, sino también toda la economía. El sector público y el sector salud pueden alcanzar 40% de ahorro.

Mientras que el sector minorista e Internet utilizan ampliamente los datos personales, la industria tradicional y los servicios públicos se encuentran en un estado embrionario para la generación de valor mediante los datos personales. (Se tiene previsto para 2020, un fuerte crecimiento en comparación con aquella de los particulares).

Las preocupaciones de los usuarios acompañan el aumento de los datos personales. Ochentiocho por ciento (88%) de los usuarios consideran este sector como una amenaza a la privacidad. Pero el estudio de BGC muestra también que los individuos no son sensibles a cambiar su comportamiento.

Sólo el 30% de los usuarios son relativamente conscientes de la naturaleza de la información colectada, de aquellos que acopian y utilizan datos personales. Estos últimos piden 26% más de beneficios a cambio de compartir sus datos personales.

 Sólo el 10% de los encuestados en el estudio, protegen sur ordenadores  y teléfonos inteligentes (por ejemplo, la configuración del navegador, etc.). Los consumidores capaces de  proteger su privacidad son 52% a querer compartir sus datos personales, porque saben parametrar sus preferencias de partición.
 
Los usuarios son 30% más, en promedio, a compartir sus datos personales con el e-Commerce, los Proveedores de Acceso Internet, las industrias, el sector automóvil que en las redes sociales.

El derecho al olvido tiene un pequeño impacto (10% > 18%) en la voluntad de compartir datos.

El derecho al olvido (right to be forgotten) no impactaría sino en un 10% sobre la voluntad de compartir datos personales con terceros.

La forma preferida de consentimiento depende del tipo de datos compartidos:     

  • Se prefiere el Opt-out para los datos menos sensibles (69% de los encuestados)     
  • Se prefiere el Opt-in para los datos más sensibles (80%)
  • Hay un gran dilema de decidir entre el control por el usuario (82%) y la facilidad de uso (62%). 
Los usuarios, sin perjuicio de un control adecuado de su información, quieren compartir sus datos personales. Ellos quieren usar la nueva moneda en contrapartida de prestaciones  interesantes para ellos.

Para aumentar el valor de los datos personales, las ventajas del intercambio de datos deben ser claras para los usuarios. Ellos desean responsabilidad, transparencia y control de la utilización.

 El respeto de la confidencialidad deviene un terreno de competencia entre organizaciones que pueden diferenciarse por la inquietud de respetarla por defecto o por parámetros de protección adecuados en los navegadores de los ordenadores de escritorio y teléfonos inteligentes.

Los redactores de contratos de confidencialidad deben garantizar el equilibrio entre la protección y la flexibilidad para utilizar las aplicaciones. Deben permitir a los consumidores tomar sus propias decisiones informadas a fin de generar valor para sus datos personales.

Las políticas deben tener en cuenta el nivel de aceptación de las aplicaciones que utilizan la identidad digital y el desarrollo de un mercado global. No hacerlo, puede bloquear la innovación y la competitividad de las industrias nacionales. Encontrar el justo equilibrio puede estimular la inversión local en las aplicaciones de la identidad digital y atraer la industria a los mercados europeos para desarrollar un entorno seguro de los datos personales.




[1] Actualmente son 28 los paises, con el ingreso de Croacia.

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